En el curso de esta semana, las Armadas de China y Rusia concluyeron una ejercitación de guerra antisubmarina en el Mar de Japón conocida como Joint Sea 2025, misma que se extendió por cinco días tras su inicio el pasado 1 de agosto. Durante las actividades, ambas fuerzas simularon la presencia de un submarino enemigo apoyado por un buque de asalto anfibio, mismos a los que debían rastrear y eliminar en defensa de sus posiciones costeras en el Pacífico, a lo cuál se agregó un ensayo de rescate de un submarino dañado en altamar.

Ahondando en los detalles conocidos de la actividad, ha de mencionarse que la búsqueda y destrucción del submarino enemigo planteado por el ejercicio estuvo principalmente a cargo de dos aeronaves de patrulla marítima, a saber: un avión Y-8 de la Armada de China, y por parte de su par rusa, otro avión IL-38. Por otra parte, los elementos navales desplegados por ambas instituciones se abocaron al ataque de un blanco naval que hacía las veces del antes mencionado buque de asalto anfibio enemigo, para lo cuál fue realizado un ejercicio de tiro conjunto con cañones navales.
Siguiendo esa línea, pasando revista de los buques que fueron desplegados por desde el puerto de Vladivostok para los ejercicios, podemos dar cuenta de que la Armada de China dispuso a sus destructores CNS Urumqi (118) y CNS Shaoxing (134), los cuáles contaban con el apoyo del buque de reabastecimiento CNS Qiandaohu (886), el buque de rescate CNS Xihu (841) y el submarino Great Wall 210. Por su parte, la Armada Rusa envió al destructor RFS Admiral Tributs (564) acompañado por la corbeta RFS Gromkiy (335), a los cuáles se sumaron el buque de rescate Igor Belusov y al submarino RFS Volkov (B-603).

Por otra parte, en lo referido a la maniobra de rescate de submarinos dañados, la información disponible indica que esta se llevó a cabo en la bahía de Pedro el Grande, misma que se constituye como la entrada a la antes nombrada ciudad portuaria rusa. En ese escenario, el submarino ruso RFS Volkov se sumergió hasta el fondo de sus aguas para simular una emergencia, mientras que el buque de rescate Xihu lideró la búsqueda con su vehículo sumergible LR-7 capaz de acoplarse al submarino ruso; tras lo cuál se simuló la evacuación de la tripulación del submarino. En una etapa posterior, se realizaron maniobras casi idénticas con los actores invertidos, involucrando al submarino chino Great Wall 210 y al buque de rescate Igor Belusov.
Ampliando la lente sobre el impacto del ejercicio, resulta importante mencionar que Japón mantuvo a sus medios en alerta a fines de vigilar cada paso de las maniobras realizadas por los buques y aeronaves chinas y rusas, emitiendo diversos comunicados que permitían observar el paso de fuerzas en las aguas aledañas al país insular. Además, se mantuvo a la vista el movimiento de buques de guerra chinos que si bien no se integraron a los ejercicios combinados, sí estuvieron navegando sobre el Mar de Filipinas tras pasar cerca de las islas de Miyako y Okinawa; estando su seguimiento a cargo de un avión P-3 Orión y del buque JS Towada pertenecientes a las Fuerzas de Autodefensa Marítima.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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