El Poder Ejecutivo, decretó que el Contralmirante José Elizondo asumirá como Comandante en Jefe de la Armada Nacional del Uruguay, ascendiendo con fecha 4 de agosto al grado de Almirante. Elizondo quién es el más antiguo de los Oficiales Contralmirante de la Armada había asumido como “Encargado de Despacho” una vez que quedara vacante el cargo de Comandante en Jefe de la Armada, luego del pase a retiro obligatorio del Almirante Jorge Wilson. El Contralmirante Elizondo, que hasta ahora también venía ocupando el cargo de Prefecto Nacional Naval (por más de 5 años), fue el primer oficial del cuerpo de prefectura en acceder al grado de Contralmirante, y ahora también el primero al grado de Almirante.
De esta manera se finaliza con la incertidumbre, pero no el cuestionamiento que ha tenido el nombramiento de Elizondo para alcanzar la mayor jerarquía de la Fuerza Naval. La Ley Orgánica de la Armada establece que la vacante del grado de Almirante debe ser ocupada por un Oficial del grado de Contralmirante del cuerpo general. El Contralmirante Elizondo es del cuerpo de prefectura, y ascendió en 2019 con una vacante que fue creada para ser ocupada exclusivamente por un Oficial proveniente del cuerpo de máquinas y electricidad o del cuerpo de prefectura. El fundamento jurídico que primó para su designación, es que la Ley Orgánica de las FFAA del 2019, en su art 103 establece que los comandantes “serán designados entre los Oficiales Generales de la fuerza respectiva”. Por ser una ley de carácter general, no hay especificaciones particulares para cada una de las fuerzas.
Por tanto, la controversia está dada por las diferentes interpretaciones que se le da a la normativa vigente. Están los que respaldan el ascenso, amparándose que la norma más reciente prevalece sobre la más antigua. Los que se oponen, señalan que la norma general determina los rasgos comunes y dan un marco a las leyes orgánicas de las tres fuerzas. Las especificaciones y particularidades para cada fuerza se determinan justamente en su ley orgánica. Al no estar textualmente expresado, no se debe tomar una ley de carácter general para normar una particularidad de cada fuerza, porque ese no es el espíritu de dicha norma. Si el espíritu de la norma hubiera sido modificar la Ley Orgánica de la Armada, habilitando que la vacante de Almirante también la ocupara el Contralmirante proveniente de los cuerpos de prefectura y de máquinas y electricidad, y no solo de los Contralmirantes provenientes del cuerpo general, eso se debió explicitar en la ley que creó la vacante, o en forma expresa, en la Ley Orgánica de las FFAA, pero eso no ha sido así. Pero además de las diferencias de interpretación, a la controversia, se le agrega otro factor. La Ley Orgánica de las FFAA en su art. 102 especifica que para ascender al grado de Contralmirante los Oficiales deberán ser “diplomados en Estado Mayor”, requisito que será requerido a partir del año 2022. Si bien a Elizondo, quién no es diplomado de Estado Mayor, no debió cumplir con dicho requisito para su ascenso a Contralmirante por ser antes del 2022, si debería alcanzarlo para el ascenso a Almirante, considerando que el espíritu de la misma busca garantizar la adecuada profesionalización para estar en condiciones de desempeñar los grados más altos de la conducción de las FFAA.
En abril de este mismo año, hacíamos referencia a las manifestaciones públicas que la Ministra de Defensa había realizado a mediados de marzo, acerca de la situación particular de la designación del Comandante en Jefe de la Armada. En esa oportunidad declaró:“adelantamos que seguramente vamos a cerrar el mes con esa decisión… con calma tomamos esto a los efectos que se lleven adelante todas las negociaciones diplomáticas, políticas y lo militar esté pronto para hacer ese relevo”. En esa oportunidad, agregábamos, que esa declaración, sumada al hecho inédito de que había transcurrido un mes y medio desde la asunción del nuevo gobierno sin haberse definido este tema, traía consigo todo tipo de valoraciones e inferencias, generando una incertidumbre que, ya a esa altura, resultaba incómoda.
Las inferencias que más sonaban se han confirmado, y si bien la incertidumbre cesó a nivel de la interna de la Armada, nada indica que con ella la incomodidad.
Tal vez te interese EE.UU. concretó la entrega de los primeros vehículos blindados Oshkosh M-ATV y los camiones Mk23 al Ejército de Uruguay






