Con la publicación del mas reciente documento presupuestario para el año fiscal 2026, la Armada de EE.UU. ha deslizado que volverá a retrasar la entrada en servicio de su nuevo drone de reabastecimiento MQ-25 Stingray, previéndose ahora que estará listo recién para 2027. Se trata de una nueva demora en el historial del programa, el cuál originalmente estipulaba que los nuevos sistemas no tripulados alcanzaran la capacidad operativa inicial (IOC) en 2024, fecha que posteriormente se demoró hasta 2026 y ahora vuelve a ser modificada.

Ampliando en detalles, los citados documentos presupuestarios de la Armada estadounidense dejan planteado que la etapa conocida como Prueba y Evaluación Operativa Inicial (IOT&E) se ha retrasado un año más de lo previsto, lo que ha tenido como consecuencia un considerable atraso para lograr el hito de la IOC. La noticia ya fue a su vez confirmada por funcionarios de la institución, pero sin embargo, se omitió dar mayores precisiones respecto de cuál ha sido la causa de fondo para estos problemas; algo sobre lo cuál tampoco se expresó el fabricante Boeing al remitir las consultas hacia la fuerza.

Entre las múltiples causas posibles, los reportes desde territorio estadounidense indican que Boeing ha enfrentado una importante serie de sobrecostos originados en contratos firmados a coste fijo, sumado a que han sido denotadas diversas fallas de fabricación que retrasaron el proyecto. En suma, se especula con que la situación se vea empeorada con la amenaza latente de una huelga de trabajadores de la compañía que participan del programa en las instalaciones de St. Louis, ello teniendo en cuenta que los sindicatos que los nuclean han rechazado las últimas propuestas contractuales de Boeing.

Por otra parte, resulta de utilidad recordar que para alcanzar la mencionada IOC del drone de reabastecimiento MQ-25 Stingray, la Armada de EE.UU. requiere poder contar con un total de tres ejemplares listos para operar desde sus portaaviones, a lo que ha de sumarse también la capacitación del personal destinado a emplearlos y brindarles mantenimiento. A fechas actuales, el sistema recién esta comenzando a ser evaluado en pruebas realizadas en tierra antes del primer vuelo del año según afirmó el director ejecutivo de Boeing, Kelly Ortberg; suscitando con ello diversas dudas en los analistas estadounidenses que abordaron la temática.

Mas allá de estas cuestiones, ha de mencionarse que la Armada de EE.UU. tiene prevista la inversión de unos 161.5 millones de dólares por unidad para adquirir estos primeros 3 drones MQ-25, mientras que a largo plazo buscaría hacerse con un total de 76 ejemplares para equipar a sus flotas. En ese sentido, cabe destacar que la tarea de reabastecimiento de combustible para la cuál fueron diseñados estos drones, vienen siendo realizadas por cazas F/A-18 Super Hornet equipados con tanques externos, convirtiendo al desarrollo de estos sistemas un punto de gran relevancia para las estrategias futuras de la fuerza y la exigencia a la cuál se somete a sus cazas embarcados.

*Imágenes empleadas a modo ilustrativo

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