La India habría informado a funcionarios estadounidenses su decisión de no avanzar en la adquisición del caza furtivo F-35A para quipar a su Fuerza Aérea, a pesar de los esfuerzos continuos de EE.UU. por expandir sus exportaciones de defensa hacia Nueva Delhi. Según esta información, el gobierno del primer ministro Narendra Modi no tendría previsto aprobar nuevos acuerdos de defensa significativos con Estados Unidos en el corto plazo.
El tema habría sido tratado durante la visita oficial de Modi a la Casa Blanca en febrero, instancia en la que el entonces presidente Donald Trump presentó personalmente la propuesta del F-35A como parte de una estrategia más amplia de cooperación estratégica y militar. No obstante, las autoridades indias habrían reiterado que su enfoque continúa centrado en programas de defensa que prioricen la transferencia de tecnología y la producción local.

Entre compra de equipamiento extranjero y producción local
Un funcionario indio señaló que “el gobierno está más interesado en una asociación enfocada en el diseño y fabricación conjunta de equipamiento de defensa en territorio nacional”. Esta posición se enmarca dentro de la política del programa “Make in India”, que busca fortalecer la capacidad industrial local.

Es por esta razón que la propuesta de EE.UU., que formaba parte de un intento más amplio por profundizar los lazos en materia de industria de defensa, en un contexto donde India ha incrementado la compra de plataformas estadounidenses en los últimos años (como los helicópteros MH-60R Seahawk y los aviones de patrullaje marítimo P-8I), no habría sido aceptada por Nueva Dehli. El gobierno de Narendra Modi no estaría dispuesto a adquirir equipos de alta gama sin garantías claras sobre producción local y acceso tecnológico.
A pesar de la negativa, hay que tener en consideración que la India sigue manteniendo fuertes lazos en materia de defensa con EE.UU., y esto lo podemos ver en las entregas del mes de julio, cuando llegaron a territorio indio los tres primeros helicópteros de ataque AH-64E “Apache” de un total de seis unidades.
El papel de Rusia en la India
Paralelamente, Rusia habría presentado una alternativa más alineada con las prioridades de defensa de India. En julio, Moscú ofreció un paquete que incluye el caza furtivo de quinta generación Su-57E y el avión polivalente Su-35M, a través del conglomerado estatal Rostec y el fabricante Sukhoi.
Fuentes conocedoras de las negociaciones indicaron que la oferta rusa contempla una transferencia total de tecnología para el Su-57E, cuya producción local se llevaría a cabo en la planta de Hindustan Aeronautics Limited (HAL) en Nashik, la misma que ha ensamblado más de 220 cazas Su-30MKI. El grado de localización podría alcanzar el 60%, permitiendo la integración de sistemas nacionales como el misil aire-aire Astra, el misil antirradiación Rudram y el radar AESA Virupaksha.


Las primeras entregas de entre 20 y 30 unidades del Su-57E podrían concretarse en un plazo de tres a cuatro años, con una producción nacional a gran escala posterior. El acuerdo total contemplaría entre 70 y 100 aeronaves, a ser entregadas hasta comienzos de la década de 2030.
En paralelo, Rusia también ofreció el Su-35M como una solución a corto plazo para reforzar el número de escuadrones de la Fuerza Aérea India. Según Rostec, esta aeronave comparte hasta un 80% de componentes con el Su-30MKI, lo cual podría facilitar la logística y la adaptación de los pilotos.
¿En qué situación está la Fuerza Aérea de la India?
Una cosa es clara y evidente, la India debe modernizar su Fuerza Aérea, y esto lo saben en Nueva Dehli. Especialmente tras el reciente conflicto con su vecino acérrimo rival, Pakistán. Sin entrar en demasiado detalle, es importante tener en consideración que durante el conflicto, la Fuerza Aérea de la India presentó graves problemas al tratar de contener y contrarestar los ataques de los JF-17 y los J-10C.
Es por esta razón, que se ha iniciado un proceso de retiro de aeronaves antiguas, sumado a la incorporación de nuevos sistemas de combate y la modernización de plataformas en servicio. Esta etapa refleja tanto los esfuerzos del país por actualizar su poder aéreo como las dificultades técnicas y logísticas que enfrentan dichos procesos.

Uno de los hitos recientes más significativos es la baja progresiva de los cazas MiG-21, de diseño soviético, que fueron incorporados en 1963 y representaron los primeros aviones de combate supersónicos del país. Actualmente, la Fuerza Aérea de la India mantiene en servicio unas 36 aeronaves de este modelo, una cifra considerablemente menor en comparación con las más de 850 que operaron en las últimas seis décadas. Con esta baja, la India reducirá su número de escuadrones de combate activos a aproximadamente 29, uno de los valores más bajos en su historia reciente.
Un detalle curioso es que, los MiG-21 participaron en múltiples conflictos regionales, incluidos la guerra Indo-Pakistaní de 1965, la guerra de Independencia de Bangladesh en 1971 y el conflicto de Kargil en 1999. Sin embargo, el modelo también ha sido objeto de múltiples críticas debido a su historial de accidentes, que incluyen más de 400 incidentes y cerca de 200 pilotos fallecidos.
Mientras que no está claro si los rusos serán los proveedores de los cazas de quinta generación para la India o si será el proyecto de producción nacional con el AMCA, si es un hecho de que la Fuerza Aérea y la Marina de la India han impulsado otras adquisiciones con el objetivo de reforzar sus capacidades operativas. En abril, el país firmó un acuerdo con la empresa francesa Dassault Aviation para la compra de 26 cazas Rafale M, destinados a operaciones embarcadas desde los portaaviones INS Vikrant e INS Vikramaditya. El contrato contempla 22 unidades monoplaza y 4 biplaza. Esta será la primera exportación del Rafale en su versión naval, que actualmente opera la Marina Nacional de Francia.

En resumen, la Fuerza Aérea de la India se encuentra en una etapa de reconfiguración estructural. Mientras avanza hacia una modernización de su flota, debe lidiar con limitaciones operativas temporales derivadas de retrasos en la producción nacional y la necesidad de extender la vida útil de aeronaves antiguas. Esta combinación de factores define el panorama actual de una de las principales fuerzas aéreas del continente asiático.
*Imágenes a modo ilustrativo.
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