Dentro de un giro casi normal en la contratación de defensa en Colombia, el Instituto Nacional de Vías (INVÍAS) frenó de plano el contrato de Selección Abreviada de Menor Cuantía No. SA-MC-SG-PSCN-002-2025, cuyo objeto es la “adquisición de vehículos tácticos livianos blindados – APC para el Programa de Seguridad en Carreteras Nacionales del INVÍAS” para el Ejército y Policía Nacional de Colombia. En dicho proceso se presentaron las empresas: CONSORCIO OVL-TAG 2025, MEVA MAHINDRA EMIRATES VEHICLE ARMOURING, MIAGA SAS, THE ARMORED GROUP y VEHÍCULOS VÍAS 2025.
La semana pasada, en la audiencia realizada para la adjudicación del contrato, se declaró mediante acta que ninguno de los participantes cumplía con los requisitos de experiencia necesarios para presentar una oferta. Tras una revisión minuciosa de las propuestas, se evidenció que los oferentes presentaron contratos previos con entidades del orden nacional e internacional, algunos de los cuales figuran en el sistema de contratación estatal SECOP.
Sin embargo, a juicio de los calificadores del proceso, todos esos contratos carecieron de verificación, ya que, según su óptica, no se allegó constancia por parte de las entidades contratantes. Durante la audiencia —a la cual este reportero pudo asistir— los representantes jurídicos de las empresas presentaron alegaciones manifestando su inconformidad con dicho requerimiento, ya que muchos de los contratos tienen carácter confidencial, mientras que otros son fácilmente verificables por los miembros de la Junta de decisión a través de la plataforma única de contratación estatal.
A pesar de lo anterior, la decisión fue tomada. Frente a esto, solo queda acudir ante un juez de la República para buscar su modificación. Así las cosas, y tras la declaratoria de “desierto”, solo queda la esperanza de que se inicie un nuevo proceso, con el agravante de que, bajo la excusa del fracaso del anterior, se recurra a una contratación directa, como tristemente es habitual, lo que podría derivar —como en tantos otros casos en el país— en sobrecostos o en una adjudicación “a dedo”, sin considerar requisitos técnicos, de mantenimiento y de funcionamiento que verdaderamente mejoren las capacidades de las Fuerzas Militares.
Este autor sí extrañó —como ya lo informó en Zona Militar— la ausencia de proveedores usuales del INVÍAS que fueron analizados en los estudios previos, como lo son ARMOR INTERNATIONAL DE COLOMBIA, BLINDEX S.A. y TECHNOLOGY FOR DEFENSE SAS, lo cual ya dejaba entrever lo que finalmente ocurrió.
Ahora, y tras el ultimátum de algunos de los proponentes originales de acudir a instancias judiciales, así como los cambios que sufrirá el proceso de contratación bajo la justificación de la supuesta incapacidad de demostrar experiencia, seguramente —es una opinión de este autor— el resultado será una disminución en el número de unidades adquiridas y una selección arbitraria, sin criterios técnicos, de la empresa adjudicataria.
Es menester decir que, en mi criterio, las opciones lógicas son el Hunter TR-12 o el Hunter XL de Armor, y el Titan de Blindex, vehículos que ya recorren las carreteras colombianas y que impulsarían la industria nacional sin necesidad de crear nuevas fábricas, algo para lo cual no existen recursos. Otras opciones viables son el SandCat, también operado por la Policía y el Ejército, aunque su compra podría verse frustrada por su origen israelí, y los HMMWV blindados, que pueden ser suministrados por múltiples empresas.
Como colombiano y defensor de las Fuerzas Militares, estaré vigilante del desarrollo de este proceso de contratación, tan importante para la seguridad de nuestros soldados, especialmente considerando el alarmante aumento de muertes en los últimos meses y la necesidad urgente de proteger nuestras carreteras nacionales.
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