El gobierno de Bélgica confirmó que avanzará en la adquisición de 11 nuevos cazas furtivos F-35A Lightning II, en el marco de su ambicioso programa de modernización de las Fuerzas Armadas del país. La noticia fue anunciada este viernes por autoridades del ejecutivo belga, quienes destacaron que los aviones serán producidos en Italia como parte del esquema de coproducción del programa F-35, liderado por Estados Unidos.
“Vamos a comprar 11 F-35 adicionales, los mejores cazas del mundo. Serán producidos en Italia”, aseguró Theo Francken, Ministro de Defensa y Comercio Exterior de Bélgica, ratificando así la decisión de ampliar la flota originalmente prevista y consolidar la transición de la Fuerza Aérea belga (Composante air) hacia una plataforma de combate de quinta generación.
Con esta nueva compra, la flota total de F-35A belgas se elevaría a 45 unidades, acercándose al objetivo operativo de 55 aeronaves planteado como ideal por fuentes militares y de la OTAN. La expansión de la flota de aviones de combate furtivo forma parte de un plan de inversiones en defensa que prevé unos 36.000 millones de euros hasta 2035, de los cuales se espera ejecutar al menos 28.000 millones. Este esfuerzo presupuestario se enmarca en el compromiso de elevar el gasto en defensa, en línea con los estándares de la Alianza Atlántica.
Desde 2018, Bélgica se encuentra inmersa en un proceso de modernización de sus capacidades aéreas, tras acordar la compra inicial de 34 cazas F-35A por un valor de 6.530 millones de dólares. Durante 2024, se registraron avances significativos: el primer avión belga comenzó su fase final de producción en las instalaciones de Lockheed Martin y ya fue destinado a la Base Aérea Luke, en Arizona (EE.UU.), donde también inició el entrenamiento el primer contingente de personal técnico y operativo.

En ese mismo marco, el pasado 19 de julio se celebró la graduación de los primeros dos pilotos belgas certificados como instructores del F-35A, también en la Base Luke. Este hito refuerza la preparación del país para operar de forma autónoma la nueva plataforma, que reemplazará paulatinamente a los históricos F-16 Fighting Falcon.
La adquisición de los F-35 no solo representa una renovación tecnológica sin precedentes para Bélgica, sino que también consolida su cooperación estratégica con Estados Unidos y su compromiso con la defensa colectiva de la OTAN, en un escenario global marcado por crecientes tensiones geopolíticas y la necesidad de reforzar la disuasión aérea en Europa.
*Imágenes a modo ilustrativo.
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