En una nueva señal de creciente actividad naval de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN) en las inmediaciones del archipiélago japonés, la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón informaron que durante la madrugada del 24 de julio fue detectado un grupo de unidades chinas operando en aguas al oeste del archipiélago de Gotō, en la prefectura de Nagasaki. Según un comunicado oficial, la formación estuvo compuesta por dos destructores lanzamisiles clase Luyang III Tipo 052D —identificados con los números de casco 134 y 118—, escoltados por un buque de reabastecimiento clase Fuchi (casco 886), los cuales transitaron por el estrecho de Tsushima con rumbo hacia el Mar de Japón.

De acuerdo a las autoridades japonesas, el despliegue tuvo lugar a aproximadamente 90 kilómetros de las costas del archipiélago de Gotō, una zona que se ha convertido en uno de los principales puntos de observación estratégica del país asiático frente al constante aumento de patrullas navales chinas en sus inmediaciones. En respuesta, las Fuerzas de Autodefensa desplegaron al buque Shirataka de la 3ª Flotilla de Misiles, con base en Sasebo, además de aeronaves de patrulla marítima P-1 del 1er Grupo Aéreo Naval, con base en Kanoya, para realizar tareas de vigilancia, monitoreo y recolección de información.

En este punto vale mencionar que este nuevo tránsito de China forma parte de una dinámica cada vez más frecuente en la región del Asia-Pacífico, donde la Armada del EPL intensifica su presencia en zonas de interés geopolítico clave para Japón, como los estrechos de Miyako, Osumi o Tsushima. Para Tokio, la frecuencia y el patrón de estos movimientos no son meros entrenamientos o navegaciones de rutina, sino que refleja la intención de Beijing de proyectar poder marítimo en áreas tradicionalmente sensibles, donde confluyen intereses estratégicos no solo de Japón, sino también de aliados como Estados Unidos y Corea del Sur.

Además, cabe recordar que el incremento sostenido de las actividades navales chinas en los accesos al Mar de Japón y al Mar de China Oriental ha sido objeto de preocupación reiterada por parte del Ministerio de Defensa japonés, que en sus últimos White Papers sobre defensa ha señalado la necesidad de reforzar su postura disuasiva ante un entorno de seguridad cada vez más desafiante. No debe dejarse de lado, que semanas atrás la Armada de China desplegó a sus dos portaaviones, Liaoning (CV-16) y Shandong (CV-17), por la región del Indo Pacífico donde uno de ellos navegó por primera vez en aguas cercanas a los archipiélagos japoneses, marcando una nueva postura del Gigante Asiático de ir más allá de sus costas.

Para muchos este constante despliegue de destructores y buques logísticos por parte del PLAN representa tanto una presión directa sobre el flanco occidental de Japón como una herramienta para normalizar su presencia operativa en espacios marítimos regionales clave, frente a la presencia de aliados como Estados Unidos.

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