Mientras en EE.UU. persisten las dudas sobre el futuro del programa E-7 Wedgetail, el Reino Unido avanza decididamente en la incorporación de esta plataforma de alerta temprana y control aerotransportado (AEW&C). La primera unidad británica del E-7, designada WT001, completó recientemente otro vuelo de prueba exitoso, validando el correcto funcionamiento de sus sistemas aéreos y acercándose un paso más a su incorporación operativa por parte de la Real Fuerza Aérea (RAF).
Este progreso contrasta con la incertidumbre que enfrenta el programa en EE.UU., donde el Departamento de Defensa ha manifestado intenciones de reducir y eventualmente finalizar el desarrollo del E-7 en favor de soluciones alternativas basadas en plataformas navales o satelitales. Sin embargo, el Congreso estadounidense ha comenzado a bloquear estos intentos. La Cámara de Representantes introdujo enmiendas legislativas que impiden al Pentágono utilizar fondos del año fiscal 2026 para cancelar el contrato de prototipos o cerrar la línea de producción del Wedgetail, reflejando una clara oposición política a la interrupción de uno de los proyectos más relevantes para la vigilancia aérea.
Avance del Programa Británico
En 2019, el Reino Unido tomó la decisión estratégica de adquirir el E-7 Wedgetail para reemplazar a sus veteranos E-3D Sentry, retirados en 2021. Este movimiento no solo fortaleció las capacidades de vigilancia aérea británicas, sino que también derivó en la transferencia de tres E-3D a la Fuerza Aérea de Chile. Desde entonces, el programa británico ha ganado tracción. La aeronave WT001, una conversión del Boeing 737-700, no solo completó su primer vuelo en cielos británicos, sino que también continúa acumulando pruebas para verificar su desempeño operacional.
El E-7 Wedgetail es reconocido por su capacidad de detectar amenazas aéreas y coordinar operaciones con activos aliados. Equipa un radar de vigilancia de largo alcance, sensores secundarios y sistemas avanzados de comunicaciones, capaces de cubrir más de cuatro millones de kilómetros cuadrados. A ello se suma su capacidad de reabastecimiento en vuelo, lo que extiende significativamente su autonomía en misiones críticas.
Propuestas de los Estados Unidos
Mientras tanto, el Pentágono ha justificado su intención de detener el programa E-7 argumentando que la Marina de los EE.UU. ya opera una plataforma AEW&C moderna: el E-2D Advanced Hawkeye, desplegado a bordo de portaaviones. Esta aeronave, aunque más pequeña que el Wedgetail y optimizada para operaciones navales, ofrece capacidades avanzadas de radar y vigilancia. Según altos funcionarios del Departamento de Defensa, en un futuro próximo podrían integrarse estas capacidades navales con soluciones espaciales, como constelaciones de satélites, para cubrir la brecha que dejaría el E-3 Sentry.
Sin embargo, esta estrategia ha sido duramente cuestionada por sectores del Congreso, que advierten que ni los E-2D ni los sistemas satelitales propuestos pueden reemplazar de manera inmediata y efectiva al E-7 en el rol de vigilancia y comando aéreo sobre grandes extensiones terrestres. Los críticos sostienen que una transición precipitada pondría en riesgo la conciencia situacional del país en escenarios de conflicto de alta intensidad.
Por el momento, la RAF continúa su hoja de ruta sin sobresaltos, con la meta de disponer de una flota operativa de E-7 para restablecer su capacidad AEW&C, esencial para operaciones en entornos modernos y altamente contestados. Mientras tanto, el destino del programa estadounidense permanece en suspenso, a la espera de una definición del Senado sobre el presupuesto de defensa de 2026.
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