En el marco de una creciente actividad operativa en sus espacios marítimos, la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) de China realizó recientemente un nuevo ejercicio de guerra antisubmarina (ASW) orientado al combate, en el cual se desplegaron aeronaves Shaanxi KQ-200. Teniendo en cuenta ello, el objetivo de las actividades fue evaluar las capacidades de búsqueda, clasificación y ataque de blancos submarinos, además de fortalecer la interoperabilidad entre los distintos vectores involucrados en este tipo de misiones.

Según lo informado por medios oficiales de China, las prácticas se centraron en mejorar las tácticas de localización y ataque mediante simulaciones de combate, con el empleo de sensores y sistemas de detección acústica para identificar amenazas submarinas y ejecutar ataques simulados sobre blancos designados. Esta clase de adiestramientos, enmarcados bajo el concepto de “combate real”, buscan aumentar la capacidad de respuesta integrada de la Armada de China ante amenazas subacuáticas, particularmente en regiones sensibles como el Mar del Sur de China.
Si bien no se precisaron ni la fecha ni la ubicación concreta del ejercicio, la difusión pública de estas actividades por medios estatales refleja el interés de Beijing por exhibir sus avances en capacidades de guerra submarina alineado con su estrategia de disuasión en un entorno regional cada vez más disputado.
Este tipo de ejercicios se da en un contexto de creciente militarización regional y presencial naval extranjera en las aguas del Indo-Pacífico. China ha incrementado sustancialmente su inversión en plataformas y doctrinas destinadas a asegurar el dominio del espectro submarino, consciente del desafío que representan los submarinos convencionales y nucleares desplegados por potencias como Estados Unidos, Japón o Australia.

Finalmente, como fue mencionado, la Armada de China desplegó aviones Shaanxi KQ-200, una versión antisubmarina y de patrullaje marítimo del avión de transporte turbohélice Shanxi Y-9, contando con un alcance de aproximadamente 5.000 km y una autonomía de patrulla de unas 10 horas. Esta variante, ampliamente operativa en la Armada de China, está equipada con una suite avanzada de sensores, radar de apertura sintética, detector de anomalías magnéticas (MAD), sonoboyas desplegadas y sistemas de armamento interno y externo que le permiten llevar torpedos, minas o misiles. Sobre esto último, se rumorea que puede llevar misiles antibuque YJ-83K bajo las alas, aunque esto no ha sido confirmado.
Gracias a estas capacidades, el KQ-200 se ha consolidado como el principal avión ASW de largo alcance de la avión naval de la PLAN, destinados en la Flota del Mar del Norte y la Flota del Mar del Sur, siendo habitual su despliegue en zonas de fricción, incluyendo las cercanías de Taiwán y aérea disputadas del Mar del Sur de China.
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