Desde hace meses se intenta instalar en la opinión pública una narrativa que reviste con eufemismos lo que en el terreno es precariedad y desgaste. Se presenta al Operativo Roca como un paso histórico, una bisagra en la reconfiguración de las misiones del instrumento militar argentino. Pero basta con hablar con el personal, revisar los números del presupuesto o mirar con atención el patrón de comunicación institucional, para advertir que no estamos ante una transformación real, sino ante una aparente puesta en escena que busca reciclar algo que se viene buscando desde hace más de dos décadas y no ha funcionado.

El argumento trendy sostiene que la Argentina no hace más que replicar lo que “el mundo occidental” viene impulsando: el empleo de las fuerzas armadas en tareas de seguridad interna, en roles de control territorial y frontera, en cooperación con fuerzas policiales. La referencia habitual es Estados Unidos. Pero lo que suele omitirse es que, incluso allí, este tipo de despliegues ha sido fuertemente cuestionado tanto por expertos en defensa como por las propias Fuerzas Armadas. Estas criticas se dieron tanto con el despliegue realizado durante la primera gestión de Trump como en la actual.

Durante esa administración, por ejemplo, el despliegue de tropas en la frontera con México fue criticado por carecer de una lógica operativa clara. El Center for Strategic and International Studies (CSIS) advirtió que la utilización de las fuerzas armadas con fines políticos y mediáticos erosionaba el principio de una institución militar apolítica, una de las bases del sistema democrático estadounidense. El Modern War Institute (MWI) de West Point, por su parte, subrayó que el despliegue era innecesario desde el punto de vista de capacidades: la Patrulla Fronteriza ya contaba con medios logísticos, comunicaciones y personal suficientes como para afrontar el reto migratorio sin recurrir al instrumento militar. En todo caso el enfoque deberia haber sido poner atención en los recursos de esa agencia, mejorarla, dotarla de más personal y mejor equipamiento.

MWI – West Point

Entre las principales críticas realizadas por los think tanks norteamericanos y especialistas independientes se destacan cinco advertencias fundamentales:

  1. Ausencia de justificación operativa: El despliegue militar no responde a una amenaza real y medible. En el caso estadounidense, los migrantes no representaban un desafío que no pudiera ser abordado por fuerzas civiles. En la Argentina, el despliegue en el norte tampoco parte de una evaluación de amenazas documentada ni se encuentra respaldado por un planeamiento estratégico integral. El despliegue al norte parece tener patas cortas, no apunta a al largo plazo, ni tampoco se puede configurar como una doctrina militar perse.
  2. Riesgo de politización de la institución militar: Utilizar a las Fuerzas Armadas para reforzar agendas políticas, especialmente en contextos electorales o de polarización social, compromete la neutralidad que debería garantizar su legitimidad institucional. El uso de las fuerzas como “recurso simbólico” para apuntalar narrativas gubernamentales puede terminar por dañar su reputación y cohesión interna. En este sentido son las propias Fuerzas Armadas las que mas deben velar por mantener este principio, ya que los espejitos de colores actuales y temporales pueden tener impactos negativos a futuro.
  3. Impacto en el profesionalismo y adiestramiento: De esto hemos hablado suficiente desde estas columnas. La asignación de tareas policiales o de presencia territorial permanente desvía a las fuerzas armadas de su misión principal: la defensa nacional. En el mediano plazo, esto afecta la capacidad operativa, el entrenamiento específico y la propia moral de las unidades.
  4. Precedentes pendulares: La experiencia estadounidense ha demostrado que la militarización de la seguridad interior puede derivar en un uso instrumental del poder coercitivo del Estado con fines partidarios. Este deslizamiento es especialmente sensible cuando se naturaliza la presencia militar en tareas que exceden su doctrina y su marco normativo.
  5. Deterioro del vínculo cívico-militar: Cuando la confianza de la ciudadanía en las Fuerzas Armadas se convierte en un activo político partidario, se erosiona la percepción de las fuerzas como patrimonio común de todos los sectores democráticos. Esta fragmentación pone en riesgo la integración del instrumento militar al sistema republicano.

En la Argentina, el Operativo Roca avanza incluso sin los recursos mínimos necesarios para garantizar su sostenimiento. Los aproximadamente 1000 soldados movilizados por el Ejército deben enfrentar condiciones que no distan demasiado de las denunciadas en operativos previos: viáticos ausentes, logística improvisada, equipamiento incompleto y ningún sostenimiento jurídico que defienda al personal a futuro.

La defensa nacional no se construye ni se va a construir con slogans ni con analogías forzadas. Se construye con planificación, recursos y respeto por el rol de las fuerzas armadas. Sin esto, solo le damos mas inercia al péndulo político-doctrinario donde el pensamiento y el planeamiento para el área se respalda más en ventajas electorales (del color partidario que sea) que en gestos de grandeza que busquen transformar a largo plazo. Lo que sí: cuando se intenta convertir al instrumento militar en herramienta de marketing político, el costo es alto. Y lo paga, siempre, el que marcha en silencio y con las botas rotas.

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7 COMENTARIOS

  1. En mi modesta opinión, con 66 años de vida y mas de 34 como Of del EA, es el primer gobierno democrático, que se interesa de verdad en las FFAA y en las FFSS. Los ministros de Defensa siempre fueron meros espantapájaros y nuestros JJEEMM, meras marionetas de la política nefasta de turno, que los ponía y sacaba a su antojo. No lloremos por lo no se hizo y no se quiso hacer en 40 años y pensemos y apostemos por un futuro mejor. Que hay que mejorar mucho? Obvio!!!!!, quien lo duda? Pero nunca mas cierto: “es preferible una verdad incómoda a una mentira confortable”. Buena jornada para todos.

  2. Un tema que seguramente dará siempre un Gran debate, lamentablemente creo que pasan los años y décadas y aun no saben los que dirigen el país como quieren que sean las Fuerzas Armadas en la Argentina, recuerdo allá por el año 1994, después del terrible (Caso Carrasco) cuando una simple ciudadana en la calle al ser preguntada por el servicio militar obligatorio si el mismo debía continuar, la señora de cierta edad dijo NO!, hay que modernizarlas ! tienen que ser como las de EEUU en la Guerra del Golfo, tener soldados totalmente profesionales, incluir aviones modernos, armas guiadas por laser, satélites, etc. , la tenía re-clara, obviamente desconocía los enormes desafíos económicos – políticos para llegar a ese objetivo. Por ende los militares deben cumplir con la constitución y las ordenes legales que reciben, pero creo que el político no debe olvidar cual es el propósito Principal del por qué necesitamos el instrumento militar, que es nada menos que “defender los mas altos intereses de la Nación” por medio de “dicho instrumento”. En otro punto espero que los jóvenes militares sean asesorados y defendidos jurídicamente si en algún momento al cumplir con la nueva normativa sean llevados a juicio. No volvamos a tropezar con la misma piedra. Gran Nota, Saludos a toda la Redacción.

  3. Zapatero a tus zapatos. Hay un montón de Fuerzas de Seguridad con normas reglamentarias que cubren todo el espectro requerido: fronteras, aeropuertos, ríos y mares. Para qué involucrar también a las FFAA en una interpretación forzada de las actuales leyes ?

  4. La FFAA no son instrumentos para desplegar en fronteras ni en ciudades para velar por la seguridad ciudadana para eso están otras fuerzas de seguridad federal y policial, si estoy de acuerdo en sacar de los cuarteles a todo el mundo y realizar prácticas en todo terrenos, pero solo practicas, encerrados no tienen un entrenamiento bueno para desarrollar su misión que es la de defender el país de agresiones extranjeras y ayudar en grandes catástrofes dentro del país.
    Por otro lado reconozco que este gobierno le está dando más importancia a las FFAA después del deterioro que lograron los gobiernos anteriores solo se necesita más tiempo no se puede lograr milagros a corto plazo, excelente nota desde Zona Militar

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