Durante el curso de la semana pasada, fueron nuevamente dados a conocer dos nuevos incidentes que involucraron a cazabombarderos JH-7 chinos en maniobras de intercepción peligrosas contra un avión de inteligencia electrónica (ELINT) YS-11EB de la Fuerza Aérea de Autodefensa japonés, lo que derivó en una rápida protesta de Tokio dirigida al embajador de China en el país. La noticia en cuestión se suma a lo que en junio fueron antecedentes similares de maniobras de intercepción realizadas sobre el Pacífico, tratándose en este caso de cazas J-15 de la Armada de China dirigidos contra un P-3C Orión de su par nipona.
Ahondando en algunos detalles de la denuncia realizada por Japón, resulta importante destacar que las dos maniobras aludidas se habrían producido los días miércoles y jueves por la mañana, momento en el que la mencionada aeronave YS-11EB realizaba vuelos de vigilancia sobre aguas internacionales del Mar de China Oriental. En el primero de ellos, el cazabombardero JH-7 se acercó de forma inusual y riesgosa a unos 30 metros en el eje horizontal y 60 metros en vertical, mientras que en el segundo incidente reportado se dió la relación inversa.
Como parte del comunicado oficial publicado el mismo jueves, el Ministerio de Defensa de Japón manifestaba: “Esos acercamientos inusuales por parte de aviones militares chinos podrían provocar una colisión accidental, y expresamos nuestra seria preocupación y solicitamos encarecidamente que se evite que se repitan.” Agregado a ello, fueron adjuntadas fotografías del avión chino dando cuenta de lo reportado por los pilotos japoneses del YS-11EB, plataforma que está en servicio para la Fuerza Aérea de Autodefensa desde la década del 60′; contando la institución con unos tres ejemplares.
Por su parte, tal y como fue mencionado en líneas anteriores, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón elevó las correspondientes quejas diplomáticas a través de su viceministro Funakoshi Takehiro, quién se reunió con el embajador Wu Jianghao para expresarle sus preocupaciones respecto de ambos incidentes y el pedido de que no se repitan. Desde Pekín no fueron emitidas las respuestas de forma oficial, aunque en base a su postura previa, su mirada apunta a que estos incidentes son responsabilidad de Tokio y sus operaciones realizadas cerca de las actividades militares chinas.
Ante esto último, el ministro de defensa japonés Gen Nakatani declaraba: “Las aeronaves de la Fuerza de Autodefensa no se acercarán a menos de 45 metros de otras aeronaves en alta mar. No podemos aceptar las declaraciones de la parte china que sugieren que Japón es el responsable de este incidente, y hemos presentado la postura de Japón debidamente a la parte china.“
*Imagen de portada: Fuerza Aérea de Autodefensa
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Usualmente cuando se producen estos encuentros cercanos son debidos a que uno de ellos se acercó más de lo usual o cruzó una línea demarcada como ADIZ, o Zona de Identificación de Defensa Aérea, o acercarse con un avión de reconocimiento a un portaaviones o base militar. En este caso, si bien el avión YS-11EB realizaba vuelos de vigilancia sobre aguas internacionales del Mar de China Oriental, se ha omitido decir que tal avión había cruzado el ADIZ de China, y lo había cruzado al menos dos veces, y le habían advertido por radio, pero no hacían caso los japoneses, esperando la reacción china y tomando el tiempo. La vez pasada se habían acercado más de la cuenta a los portaaviones chinos que hacían ejercicios. La verdad es que esos pilotos japoneses buscan adrenalina de la buena.
De hecho, el avión de patrulla japonés se encontraba en el archipiélago de las Islas Senkaku, una isla japonesa disputada por China tras el descubrimiento de minerales raros y petróleo y gas.