La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) utilizó una de sus aeronaves de transporte KC-390 para llevar a cabo una inédita investigación científica sobre radiación cósmica en la región antártica, en el marco de la misión PERIGEU. La operación, liderada por el Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) en conjunto con el Instituto de Estudios Avanzados (IEAv) y otras organizaciones vinculadas al Departamento de Ciencia y Tecnología Aeroespacial (DCTA), tuvo como objetivo recolectar datos pioneros sobre la radiación ionizante en grandes extremos australes. Esta misión estratégica se centró especialmente en la zona de transición entre la Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS) y la región polar, donde las condiciones de exposición a radiación cósmica son críticas.

A bordo del KC-390, la tripulación recorrió el trayecto desde Río de Janeiro hasta el continente antártico, monitoreando en tiempo real la dosis de radiación ionizante en distintas altitudes. El equipo estuvo integrado por el doctor Mauricio Tizziani Pazianotto (ITA), el doctor Claudio Antonio Federico (IEAv) y el capitán ingeniero Tássio Côrtes Cavalcante (IEAv).
Los datos obtenidos permitirán validar la Radiation Environment Platform (REP), una plataforma computacional desarrollada en Brasil que simula con alta precisión el ambiente de radiación desde el nivel del suelo hasta los 100 kilómetros de altitud. Para asegurar la calidad de los instrumentos de medición, la misión contó con el respaldo del CERN (Conseil Européen pour La Recherche Nucléaire), el mayor centro de investigación en física de Europa, ubicado en Suiza, que colaboró en la calibración de los sensores utilizando aceleradores de partículas.

“La REP nos permite estimar dosis de radiación para tripulaciones y evaluar riesgos para equipos en condiciones cada vez más exigentes, incluso en vuelos supersónicos e hipersónicos”, destacó el profesor Pazianotto.
Impacto en el área de salud y protección de tripulaciones
Uno de los aspectos más innovadores de la misión fue la instalación de múltiples sensores en distintos puntos del interior del avión, con el objetivo de mapear cómo varía la exposición a la radiación dependiendo de la ubicación dentro de la aeronave. También se utilizó un fantoma antropomórfico, un modelo que simula el cuerpo humano, para estimar la distribución de la dosis en diferentes órganos.
Este experimento, con soporte técnico del Instituto de Radioprotección y Dosimetría (IRD) del Consejo Nacional de Energía Nuclear (CNEN), representa un avance importante en estudios dosimétricos aplicables tanto a la aviación como a otras áreas sensibles como la defensa.

La misión PERIGEU se enmarca dentro del programa ERISA-D, liderado por el IEAv, que estudia los efectos de la radiación ionizante sobre sistemas aeroespaciales, tripulaciones y posibles aplicaciones militares. Además, contó con el respaldo del Programa Antártico Brasileño (PROANTAR), coordinado por la Marina de Brasil y apoyado logísticamente por el 1.º/1.º Grupo de Transporte – Esquadrão Gordo.
Antecedente histórico reciente
Esta misión científica se suma a un hito reciente de la FAB: en noviembre de 2024, se realizó por primera vez un aterrizaje exitoso de un C-105 Amazonas sobre hielo en la Antártida. Aquella operación, a cargo del Escuadrón Onça (1.º/15.º GAV), marcó el regreso de vuelos brasileños al continente blanco tras varios años de ausencia, abriendo camino para nuevas operaciones logísticas y científicas en la región.

Con estas acciones, Brasil no solo reafirma su compromiso con la investigación polar, sino que también fortalece su capacidad de operar en entornos extremos, integrando ciencia, defensa y soberanía en una sola estrategia.
*Imágenes a modo ilustrativo.
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