La Real Armada Británica continúa intensificando su presencia en el Mar del Norte y el Canal de la Mancha ante el constante tránsito de unidades navales de la Armada Rusa en aguas próximas al Reino Unido. Fragatas Tipo 23, patrulleros y helicópteros fueron desplegados en operaciones de vigilancia estratégica en coordinación con aliados de la OTAN.
Entre el 1 y el 8 de julio, el Reino Unido llevó a cabo una serie de operaciones navales en el marco del “Plan para el Cambio”, una estrategia gubernamental orientada a reforzar la seguridad nacional y proteger la integridad de sus aguas territoriales. Durante este período, se activaron tres misiones distintas que involucraron a la fragata HMS Iron Duke, el patrullero HMS Tyne, un helicóptero Wildcat del Escuadrón Aéreo Naval 815 y diversas unidades aliadas de la OTAN.

Estas operaciones se desarrollaron mientras varias embarcaciones rusas —entre ellas dos corbetas clase Steregushchiy, un buque cisterna, un carguero y un buque escuela clase Smolnyy— cruzaban cercanías de aguas británicas. Según el Ministerio de Defensa del Reino Unido, todas las maniobras fueron seguidas de cerca por unidades británicas y posteriormente se realizó la transferencia de vigilancia a buques aliados cuando las naves rusas abandonaban el área de responsabilidad del Reino Unido.
Una vigilancia constante y estratégica
El comandante David Armstrong, al frente del HMS Iron Duke, destacó la importancia de estas tareas: “Proteger la soberanía del Reino Unido y de nuestros aliados de la OTAN está en el corazón de la misión de la Royal Navy. Esta semana se evidenció no solo nuestra interoperabilidad con aliados, sino también nuestro compromiso estratégico con Ucrania a través de ejercicios conjuntos como el Sea Breeze”.
En efecto, Iron Duke también participó del ejercicio Sea Breeze, enfocado en mejorar las capacidades de contramedidas contra minas en el Mar Negro. Este ejercicio involucró a una docena de armadas aliadas, incluidos equipos ucranianos, en la detección y neutralización de amenazas submarinas modernas.



Tras una parada logística en Portsmouth, el HMS Iron Duke fue enviado nuevamente al mar para interceptar y monitorear a la corbeta rusa Soobrazitelny, procedente del Mediterráneo oriental y en tránsito hacia el mar Báltico.
Submarinos, corbetas y fragatas: una creciente presencia rusa
Durante la operación, los sensores embarcados permitieron rastrear la navegación del sumergible ruso mientras se desplazaba hacia el oeste a través del Canal de la Mancha, marcando la sexta vez en apenas tres meses que el HMS Mersey participa en operaciones similares. La semana anterior, fragatas británicas como HMS Duncan y HMS Trent ya habían sido activadas para seguir a la fragata Admiral Grigorovich y a la corbeta Boikiy, reflejando un patrón creciente de vigilancia activa en la región.

Compromiso con la OTAN y defensa marítima
El Reino Unido ha reafirmado su compromiso con la Alianza Atlántica, anunciando su intención de aumentar el gasto en defensa al 2.6% del PBI en 2027, con la meta de elevarlo hasta el 3% durante el próximo parlamento. En este contexto, el retorno de la fragata Iron Duke a operaciones tras un período de mantenimiento en Devonport simboliza el enfoque operativo y la alta disponibilidad de la flota británica.
Las recientes actividades de la Royal Navy no solo demuestran capacidad de respuesta, sino también determinación en proteger su infraestructura marítima crítica y apoyar a aliados estratégicos en un contexto geopolítico cada vez más complejo y competitivo.
*Imágenes a modo ilustrativo.
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Inglaterra se creé que está todavía en el siglo XVIII o XXI cuando la reina le daba patente de corso a sus barcos y tripulaciones para controlar los mares del mundo y era una supremacía inglesa y en verdad se lo creen