En un contexto marcado por restricciones presupuestarias, la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) atraviesa una de las mayores crisis de personal en su historia reciente. Durante los primeros seis meses de 2025, la institución registró la baja de 41 oficiales aviadores, superando el total de pilotos que dejaron la Fuerza a lo largo de todo 2024, en un proceso que ya empieza a afectar la operatividad de distintas unidades aéreas.

Según datos revelados por el portal de noticias Estado de Minas, entre enero de 2023 y mayo de 2025, 88 pilotos abandonaron la FAB, entre bajas voluntarias, desvinculaciones y suspensiones. En 2023 se registraron 17 salidas, en 2024 unas 30 y, solo en el primer semestre de este año, 41, en su mayoría primeros tenientes y capitanes.

Las causas de este fenómeno son múltiples, pero entre las principales se encuentra la reducción de presupuesto operativo, que ha tenido un impacto directo en el ritmo de actividades aéreas. La institución se ha visto obligada a limitar las jornadas de trabajo, postergar actividades presenciales e implementar el trabajo remoto en funciones administrativas. En lo que respecta al entrenamiento y despliegue, cerca de 140 oficiales fueron relevados temporalmente de sus funciones en vuelo debido a las restricciones presupuestarias, lo que ha limitado sus horas de vuelo y su desarrollo profesional.

La creciente migración de pilotos hacia la aviación comercial también responde a la falta de incentivos salariales, la constante rotación de destinos, que implica cambios frecuentes de ciudad, y el desgaste generado por funciones no operativas, como el transporte de autoridades políticas. Asimismo, diversas compañías de aviación comercial han intensificado su campaña de captación de aviadores experimentados, mientras que otras compañías regionales y extranjeras también se nutren del personal formado por la FAB.

Créditos: Sgt. Müller Anderson Marin / Fuerza Aérea Brasileña

Otro aspecto alarmante es que la cantidad de oficiales egresados tampoco logran revertir la tendencia. Los 107 cadetes aviadores graduados por la Academia de la Fuerza Aérea en 2024 apenas cubrirán las bajas prematuras registradas en los últimos meses, sin compensar las desvinculaciones por retiro ordinario o jubilación.

Si bien en años anteriores las bajas se concentraban principalmente en escuadrones de combate, como los de aviación caza, el panorama actual es más amplio y diverso. Han abandonado la institución oficiales de unidades especializadas como el Esquadrão Guardião (vigilancia aérea), el Esquadrão Pelicano (búsqueda y rescate), el Grupo de Transporte Especial (GTE) —encargado del traslado de altas autoridades—, e incluso el 1º Grupo de Defensa Aérea, que opera los nuevos cazas Saab F-39E Gripen. También se reportaron bajas en unidades de formación, incluyendo instructores de la propia Academia de la Fuerza Aérea.

Aunque el fenómeno tiene ecos en otras fuerzas aéreas del mundo, como la estadounidense, que también enfrenta dificultades para retener a sus pilotos, la FAB carece de herramientas de flexibilidad estructural para mitigar sus efectos. A diferencia de otros países, donde se permiten contrataciones externas o convenios con compañías civiles, la FAB opera bajo un régimen funcional rígido que limita sus respuestas frente a esta creciente pérdida de capital humano.

*Imágenes empleadas en carácter ilustrativo.-

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