Acorde ha sido informado a medios especializados en fechas recientes, el futuro USS John F. Kennedy (CVN-79) que equipará a la Armada de EE.UU. enfrenta importantes retrasos en su construcción que demorarían el proceso por un estimado de dos años, lo que tendría un impacto en la flota de portaaviones que vería reducida la cantidad de unidades disponibles próximamente. En línea con ello, la presentación presupuestaria para el año 2026 delineada por la institución, expresa que el portaaviones arribaría recién en marzo del 2027 y no durante este mismo mes como se preveía en la presentación del año pasado.

Recogiendo algunas citas textuales de la presentación citada: “La fecha de entrega del CVN 79 se cambió de julio de 2025 a marzo de 2027 (aceptación preliminar por determinar) para apoyar la finalización de la certificación del Equipo de Detención Avanzado (AAG) y la continuación del trabajo del Elevador de Armas Avanzado (AWE).” Particularmente, el AAG se trata del sistema que detecta y facilita el aterrizaje de las aeronaves en la cubierta del buque, mientras que el AWE permite el transporte de municiones por el buque. En ambos casos, se trata de nuevas tecnologías incorporadas especialmente para la nueva clase Ford.
Cabe destacar en este punto, que el proceso de construcción del USS John F. Kennedy ya cuenta con antecedentes de retrasos en su haber, en tanto durante el año 2023 la Armada estadounidense postergó la fecha de entrega estipulada desde junio del 2024 a julio del 2025 para que el astillero realice obras que normalmente se suelen llevar a cabo durante el período conocido como Post Shakedown Availability. Los retrasos en la construcción también fueron observados en el primer buque de la serie, el USS Gerald R. Ford (CVN-78), considerando las demoras para poder incorporar los once elevadores de armas que lo equipan y del desarrollo del mencionado AAG.

Por otra parte el USS Enterprise (CVN-80), tercer portaaviones previsto de para conformar una clase Ford de seis ejemplares, también estaría enfrentando obstáculos que retrasarían hasta un año más su entrega; la cuál paso desde septiembre del 2029 a julio del 2030. Según es planteado en las presentaciones presupuestarias de la Armada estadounidense, ello se debería principalmente a la escasez de componentes clave que deberían ser suministrados por la industria, con la cuál se está trabajando para reducir esos márgenes.
Retomando lo mencionado en líneas iniciales resulta importante mencionar que antes de la nueva fecha de entrega del CVN-79 programada por la Armada de EE.UU., está previsto el retiro del USS Nimitz (CVN-68) tras 50 años en servicio, lo que ocurrirá para mayo del año próximo. De no modificarse dicho esquema, la institución vería reducida de 11 a 10 la cantidad de portaaviones nucleares disponibles por todo un año antes de recuperarse con la llegada del nuevo buque, lo que sin dudas pondrá una presión mayor sobre la ya exigida flota actual para sostener sus despliegues y rotaciones en diferentes partes del mundo.

Particularmente, el Nimitz inició en marzo de este año el que será su último despliegue en servicio para la Armada estadounidense, mismo en el que navegó inicialmente hacia la región del Indo-Pacífico desde la ciudad de San Diego. Acompañado por el Ala Aérea de Portaaviones 17, y una escolta compuesta por el Escuadrón de Destructores 9, su misión residía en tomar la posición del USS Carl Vinson mientras este último se dirigía hacia Medio Oriente en medio del aumento de las tensiones entre Israel e Irán. Posteriormente, ya en el mes de junio, la nave siguió un camino similar para fortalecer la presencia de Washington en defensa de su principal aliado regional, acompañando lo que fue un despliegue a gran escala de aeronaves y sistemas de defensa aérea.
*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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