La jornada de ayer, 4 de julio, no fue un día cualquiera para la Fuerza Aérea de Taiwán, ya que marcó, con la despedida de los últimos aviones de reconocimiento RF-5E Tigergazer, el retiro definitivo de los cazas ligeros F-5E/F Tiger II, tras más de 50 años de servicio. La posta dejada por estos guerreros de la Guerra Fría ha sido tomada por una nueva generación de aeronaves, encabezada por el F-16 y, más recientemente, por los nuevos aviones de entrenamiento T-5 Brave Eagle, una versión de entrenamiento avanzado desarrollada a partir del avión de combate F-CK-1.

Como parte de las actividades planeadas por la Fuerza Aérea de Taiwán con motivo del cierre de esta era para la institución, el epicentro fue la Base Aérea de Hualien, desde donde una formación compuesta por aviones F-5F y RF-5E, pertenecientes a la 5.ª Ala de Caza Táctica, realizó un último vuelo, emulando aquellos efectuados a lo largo de cinco décadas en defensa de la isla.

Al regreso de esta última misión, la formación de aeronaves Tiger II y Tigergazer fue recibida con el ceremonial saludo del arco de agua, simbolizando el cierre de una era para la Fuerza Aérea de Taiwán, que se inició hace más de 50 años, cuando los primeros F-5E fueron recibidos en 1974.

Desde la década de 1960, Taiwán supo operar una importante flota de estas aeronaves de origen estadounidense. Más en detalle, sumando todas las variantes —desde las primeras A/B, pasando por las E/F y las de reconocimiento—, la Fuerza Aérea Taiwanesa llegó a operar un total de 500 ejemplares, donde los primeros Freedom Fighter, provistos por Estados Unidos en 1965, reemplazaron a los F-86 Sabre bajo programas de asistencia militar.

Por su parte, parte de los Tiger II fueron ensamblados localmente por la empresa AIDC, registrándose un total de 242 F-5E monoplazas y 66 F-5F biplazas producidos.

Mención aparte merecen los Tigergazer, los cuales son una variante especializada de los F-5E para la realización de misiones de reconocimiento. El programa de conversión de varios ejemplares de la flota fue llevado a cabo en colaboración con la empresa Singapore Technologies Aerospace. Entre las modificaciones se incluyó el reemplazo del radar original y de los cañones ubicados en el morro del avión, modificándolo para albergar una serie de equipos de observación, como una cámara KA-95 de gran angular para baja altitud, una cámara KA-87D de visión frontal y una cámara infrarroja RS-710E.

A lo largo de las últimas décadas y años, el rol de los Tiger II fue cediendo lugar a nuevas generaciones de aeronaves de combate, en primer lugar los F-16, y luego aeronaves destinadas al entrenamiento avanzado de pilotos. En el caso de los RF-5E, su lugar en las misiones de reconocimiento será ocupado por una versión especializada del Fighting Falcon, designada oficialmente como RF-16V, presumiblemente equipada con pods especializados, así como por los nuevos drones MQ-9B SkyGuardian adquiridos a los Estados Unidos.

Por último, y como reportó el coronel Hsu Chun-jung, quien tuvo el honor de liderar esta última formación de Tiger II, al ministro de Defensa de Taiwán: tras más de 50 años de servicio, estos guerreros de la Guerra Fría y sus tripulaciones pueden decir con orgullo: “misión cumplida”.

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