La empresa alemana Rheinmetall inauguró oficialmente su nueva planta de producción aeronáutica en la localidad de Weeze, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, donde se fabricarán secciones del fuselaje central de los cazas furtivos F-35A Lightning II. La instalación, una de las más modernas de Europa en su tipo, fue construida en menos de un año y medio y marca un nuevo capítulo en la cooperación transatlántica en materia de defensa.

Durante una visita a la fábrica, el ministro presidente del estado, Hendrik Wüst, elogió el trabajo de los empleados y destacó la importancia estratégica de la planta: “Pueden estar orgullosos de este trabajo, de lo que están logrando aquí. Defienden nuestros valores, nuestra democracia libre y nuestra seguridad en Europa con cada pieza que sale de esta fábrica”, afirmó.

Por su parte, Armin Papperger, director general de Rheinmetall, celebró el hito como “una señal tangible de un punto de inflexión” y agradeció la confianza de los socios estadounidenses en el proyecto, entre ellos Northrop Grumman y Lockheed Martin, compañías que junto a Rheinmetall firmaron en 2023 un acuerdo para desarrollar esta planta como parte de la modernización de la defensa alemana.

Imagen obtenida de la cuenta de X de Rheinmetall

Las Instalaciones

La fábrica de Weeze tendrá la capacidad de producir hasta 36 secciones de fuselaje por año, con una meta de al menos 400 unidades destinadas tanto a los 35 F-35A adquiridos por la Luftwaffe (Fuerza Aérea de Alemania) como a otros países aliados. La producción comenzará formalmente en julio de 2025, en línea con lo previsto por la empresa.

Esta es una doble victoria para Alemania, dado que no solo obtendrá los cazas furtivos de quinta generción que reemplazarán a los Panavia Tornado (un avión de diseño europeo producido entre 1974 y 1998), sino que también la planta generará 400 puestos de trabajo en la región de Dusseldorf.

El presidente de Northrop Grumman International, Stephen O’Bryan, también participó en la ceremonia y subrayó la importancia de este emprendimiento como símbolo de la cooperación industrial transatlántica.

La planta no solo refuerza el compromiso de Alemania con el programa F-35 —a pesar de las recientes dudas en Europa sobre la fiabilidad del modelo estadounidense—, sino que también consolida el papel de Rheinmetall como actor clave en la industria aeroespacial de defensa europea.

El proyecto forma parte de una estrategia más amplia de Berlín para renovar y fortalecer sus capacidades militares en un contexto de creciente tensión internacional, apostando por tecnologías de punta y alianzas estratégicas en el marco de la OTAN.

*Imágenes a modo ilustrativo.

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