Con motivo de la IV Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4), celebrada en Sevilla, las Fuerzas Armadas españolas —bajo la coordinación del Mando Operativo Aéreo (MOA)— han llevado a cabo el despliegue de sistemas antiaéreos en el marco de la Operación “Coraza”. Entre el 30 de junio y el 3 de julio, unidades de los tres ejércitos participaron en labores de vigilancia, disuasión y control del espacio aéreo nacional para garantizar la seguridad del evento.
La FfD4 es un foro de alto nivel en el que líderes internacionales debatieron estrategias para reformar la arquitectura financiera global y movilizar recursos que permitan cumplir los Objetivos de la Agenda 2030. Previamente, los días 28 y 29 de junio, se celebró el Foro de la Sociedad Civil, que sirvió como espacio de diálogo previo a la conferencia principal.
La presencia de efectivos militares responde a los protocolos de seguridad habituales en eventos de esta envergadura, que reúnen a jefes de Estado, diplomáticos y representantes de organismos internacionales. En esta ocasión, el MOA asumió la planificación, ejecución y supervisión de las operaciones de vigilancia y defensa aérea.
El Ejército del Aire y del Espacio desplegó dos aviones Eurofighter del Ala 14 en Albacete y dos del Ala 11 en Morón de la Frontera, junto a dos cazas F-18 del Ala 15 en Zaragoza. También participó un avión A400M del Ala 31 en Zaragoza con capacidad de reabastecimiento en vuelo, así como dos helicópteros del Ala 48 en Cuatro Vientos apoyados por tiradores del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas de Alcantarilla.
Por su parte, el Ejército de Tierra movilizó a la Unidad de Defensa Antiaérea del Regimiento de Artillería Antiaérea III/73. Mientras que la Armada contribuyó con la fragata Cristóbal Colón (F-105), desplegada en el Golfo de Cádiz.
Complementaron el dispositivo equipos de detección de drones del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo en Zaragoza, junto con unidades del Sistema de Vigilancia y Control Aéreo de Torrejón de Ardoz, incluyendo el Grupo Móvil de Control Aéreo y los Escuadrones de Vigilancia del sur peninsular. Como refuerzo adicional, se incorporó un avión AWACS de la OTAN para labores de alerta temprana.
Tras el cierre de la conferencia, las unidades iniciaron su repliegue a sus bases, demostrando la efectiva integración de capacidades para establecer un sistema aéreo seguro, robusto y disuasorio.
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