Como parte del repliegue de fuerzas especiales participantes del ejercicio conjunto combinado Estrella Austral 2025, un avión de transporte táctico C-130 Hércules de la Fuerza Aérea de los EE.UU. arribó el pasado 6 de junio a la Base Aérea Cerro Moreno, en Antofagasta. Su misión fue concretar el retorno del personal de fuerzas especiales norteamericanas que tomó parte en las operaciones desarrolladas en el norte y sur del Chile a lo largo de 14 días.
La operación de repliegue fue realizada de forma coordinada y segura junto al Grupo de Operaciones Base de la Vª Brigada Aérea, marcando el cierre oficial del ejercicio desde la dimensión logística y operativa. La salida del contingente estadounidense a bordo del C-130 no solo representa el fin de las actividades tácticas desplegadas en terreno, sino también la continuidad del compromiso entre Chile y Estados Unidos en materia de interoperabilidad, entrenamiento conjunto y respuesta combinada ante escenarios de crisis.

Durante su permanencia en el país, las fuerzas especiales de EE.UU. participaron activamente en múltiples maniobras junto a unidades de la Iª y Vª Brigadas Aéreas, bajo un escenario de exigencia operativa que contempló misiones de inserción, infiltración, reconocimiento especial y evacuación médica. Estas actividades se llevaron a cabo en estrecha coordinación con el personal chileno, favoreciendo la integración doctrinaria y el empleo combinado de medios aéreos, navales y terrestres.

El ejercicio Estrella Austral 2025 involucró a más de 2.700 efectivos provenientes de Chile, Estados Unidos, España, Argentina, Colombia y Paraguay. El ejercicio cubrió una franja de 3.700 kilómetros, con despliegues simultáneos desde la Región de Tarapacá hasta Magallanes y la Antártica Chilena. Participaron 67 vehículos terrestres, 42 aeronaves y 4 unidades navales, en una planificación conjunta que contempló 28 objetivos específicos.

A lo largo del ejercicio se ejecutaron 37 acciones tácticas, distribuidas en 20 misiones de acción directa, 15 de reconocimiento especial y 2 evacuaciones de no combatientes. Asimismo, se realizaron 193 operaciones aéreas, de las cuales 99 correspondieron a medios nacionales y 94 a aeronaves de EE.UU. Entre las acciones más destacadas figuran 14 lanzamientos de paracaidistas, 9 infiltraciones y 2 evacuaciones médicas bajo condiciones operacionales simuladas.
Una de las operaciones más destacadas fue protagonizada por un C-130J Super Hércules de la Fuerza Aérea de EE.UU., que llevó a cabo lanzamientos paracaidistas del Ejército de Chile en la zona de Arenales, región de Antofagasta, como parte de una operación aerotransportada diurna con equipo completo. Esta actividad incluyó la participación de efectivos de la Agrupación Especial de Montaña y del Batallón de Paracaidistas N.° 1 “Pelantaru”, integrando capacidades de despliegue conjunto en entornos extremos. Además de los C-130, la Fuerza Aérea de Estados Unidos operó plataformas de transporte estratégico como los C-5M Super Galaxy y C-17 Globemaster III, así como aeronaves destinadas a operaciones especiales, entre ellas el MC-130J Commando II y el U-28A Draco.
*Créditos de las imágenes: Fuerza Aérea de Chile.-
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