La Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) de China se prepara para consolidar un nuevo hito en el desarrollo de sus capacidades navales con la próxima incorporación al servicio del nuevo portaaviones Fujian, el tercero de la fuerza y el primero de diseño y fabricación local en incorporar catapultas electromagnéticas. Según medios estatales chinos, la entrada en operaciones del Tipo 003, como también se conocer al Fujian, estaría prevista para antes de finalizar el año 2025, marcando el ingreso oficial del país a una era con tres portaaviones operativos.

El Fujian fue botado el 17 de junio de 2022 y realizó su primera prueba de mar entre el 1 y el 8 de mayo de 2024. Desde entonces, el navío ha completado múltiples campañas de ensayos, acumulando más de 100 días de navegación, de acuerdo con lo informado por China Central Television (CCTV). Especialistas citados por medios oficiales, como el comentarista militar Wei Dongxu, señalaron que el avance en las pruebas del buque es constante, lo que refuerza las expectativas sobre su pronta incorporación al servicio activo.
Con un desplazamiento total superior a las 80.000 toneladas, el Fujian es el primer portaaviones del mundo con propulsión convencional equipado con catapultas electromagnéticas. Este sistema de lanzamiento representa un salto tecnológico con respecto a los portaaviones anteriores de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN), el Liaoning y el Shandong, que emplean rampas tipo “ski-jump” para el despegue de aeronaves.
El nuevo portaaviones podrá operar una amplia variedad de aeronaves embarcadas, incluyendo cazas, aeronaves de alerta temprana, helicópteros antisubmarinos y drones, lo que lo posiciona como una plataforma más versátil y adaptada a la puja que existe en el Pacifico con los EE.UU. Entre los sistemas embarcados se espera la integración de cazas furtivos J-35, lo que sumaría capacidades de sigilo y superioridad aérea al ala embarcada del Fujian.


El Liaoning, de origen soviético y modernizado por China, fue incorporado en 2012, mientras que el Shandong, construido íntegramente en astilleros chinos, entró en servicio en 2019. Ambos forman actualmente la base del poder aeronaval de la PLAN, pero la incorporación del Fujian supondrá un avance cualitativo en términos de proyección de poder, interoperabilidad aérea y doctrina de empleo.
Desde la perspectiva oficial china, el desarrollo de su fuerza de portaaviones tiene un carácter defensivo y busca “fortalecer el equilibrio estratégico y la estabilidad regional”. Voceros como Fu Qianshao, otro analista citado por el Global Times, afirmaron que el uso de nuevas tecnologías exige períodos de pruebas más prolongados, aunque las estimaciones siguen indicando que la incorporación ocurrirá dentro del 2025.

La evolución del programa de portaaviones chinos se inscribe en un contexto de creciente competencia naval en el Indo-Pacífico, en particular en el estrecho de Taiwán y en el Mar de la China Meridional. Mientras Estados Unidos mantiene una red de alianzas navales con despliegues multinacionales, la estrategia china continúa apuntando al fortalecimiento de su capacidad autónoma de disuasión, incrementando su presencia en aguas profundas y ampliando el alcance operativo de su fuerza naval.
Despliegue simultáneo del Shandong y el Liaoning más allá de la primera cadena de islas
Mientras el portaaviones Fujian continúa sus pruebas de mar, China ya ha alcanzado un nuevo hito operativo con el despliegue simultáneo de sus portaaviones Shandong y Liaoning más allá de la primera cadena de islas en el Pacífico Occidental. Esta maniobra, inédita para la Armada del Ejército Popular de Liberación, refleja un creciente nivel de alistamiento y capacidad para sostener operaciones aeronavales prolongadas en aguas más distantes de sus bases continentales. Las imágenes satelitales captadas el 10 de junio confirmaron la presencia del Shandong operando en el Mar de Filipinas con su grupo aeronaval y varios destructores, mientras que el Liaoning fue detectado días antes en el Mar de China Meridional en compañía de unidades de escolta.
Este despliegue se da en el marco de la intención de China de proyectar poder marítimo más allá de sus zonas litorales, al tiempo que señala avances en la integración y coordinación de sus grupos de portaaviones.
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