La Armada de los Estados Unidos confirmó recientemente que el portaaviones USS Nimitz (CVN-68) realizó maniobras en aguas del Mar del Sur de China, en el marco de un nuevo despliegue de la Séptima Flota en el Indo-Pacífico. La información indicó que el grupo de ataque conducido por el Nimitz llevó a cabo ejercicios de guerra naval en un área de creciente tensión estratégica, mientras los portaaviones chinos Liaoning y Shandong operan en el Pacifico occidental.

El Comando del Indo-Pacífico de los Estados Unidos (INDOPACOM) indicó que las operaciones en curso incluyen misiones de interdicción marítima, patrullas de presencia extendida, entrenamiento de vuelo, y ejercicios de preparación para combate con aeronaves F/A-18 Super Hornet, helicópteros MH-60 Seahawk y aviones de alerta temprana E-2C Hawkeye. El objetivo principal, según la marina estadounidense, es asegurar la libertad de navegación y reforzar la postura disuasiva frente a la expansión de la capacidad naval china en la región.
El ejercicio se produce pocos días después de que China desplegara por primera vez dos portaaviones más allá de la primera cadena de islas del Pacífico. Tal como informó Zona Militar el pasado 11 de junio, el Shandong (CV-17) y el Liaoning (CV-16) realizaron operaciones conjuntas de navegación y entrenamiento al este de Taiwán y en el entorno del Pacífico Occidental, una acción que representa una señal de proyección creciente de la Armada del Ejército Popular de Liberación.
El despliegue del USS Nimitz en el Mar del Sur de China forma parte de una estrategia regional más amplia por parte de Washington, que desde hace más de una década mantiene una política de presencia naval permanente en zonas críticas del Indo-Pacífico. La presencia de grupos de ataque con portaviones, como los liderados anteriormente por el USS Ronald Reagan y el USS Carl Vinson, busca contrarrestar las capacidades de denegación de acceso (A2/AD) desarrolladas por Beijing.
El ejercicio también incluye prácticas con escoltas de superficie como destructores clase Arleigh Burke y cruceros con sistema Aegis, los cuales integran el Grupo de Ataque 11 del USS Nimitz. Este tipo de despliegues no solo permite operaciones prolongadas lejos del territorio continental estadounidense, sino que también asegura interoperabilidad con fuerzas aliadas en la región como Japón, Filipinas y Australia.
El avance sostenido de la capacidad naval china en los últimos años, incluyendo la botadura del tercer portaaviones, el Fujian (CV-18), acelerando el ritmo de ejercicios militares en el Indo-Pacífico. A esto se suma la creciente actividad de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberacion Chino en zonas cercanas a Taiwán y la consolidación de bases militares artificiales en el archipiélago Spratly, acciones que han sido denunciadas por varios países del sudeste asiático.

La convergencia de dos portaaviones chinos operando más allá del umbral marítimo tradicional, junto con la presencia del USS Nimitz y su grupo de combate en zonas disputadas, eleva el nivel de alerta entre las potencias navales de la región. Aunque sin incidentes directos entre unidades de ambas marinas, los desplazamientos simultáneos refuerzan el carácter competitivo y estratégico que ha tomado la dinámica en el Mar del Sur de China.
Las autoridades estadounidenses insisten en que el despliegue responde al cumplimiento de normas internacionales de navegación y que continuará la presencia disuasiva como forma de evitar cambios unilaterales en el statu quo regional. Por su parte, desde Beijing se considera que estos movimientos constituyen provocaciones que afectan su soberanía territorial.
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