Por Andrea Guidugli

En los últimos tiempos, Perú ha intensificado de forma notable sus vínculos en materia de defensa con Corea del Sur, país que ha pasado a ocupar el rol de principal proveedor de equipamiento militar y soluciones tecnológicas para las Fuerzas Armadas peruanas. Esta relación estratégica emergente, que conecta a Lima con Seúl, se ha traducido en acuerdos millonarios, programas de construcción naval conjunta, transferencia de conocimientos técnicos y proyectos de largo aliento destinados a renovar y ampliar las capacidades de la Marina de Guerra del Perú.

Acuerdos estratégicos y desarrollo naval conjunto

Uno de los hitos más importantes de esta cooperación se alcanzó en marzo de 2024, cuando el gobierno peruano firmó un contrato con HD Hyundai Heavy Industries (HD HHI) para la fabricación de cuatro embarcaciones de guerra: una fragata de 3.400 toneladas, una OPV de 2.200 toneladas y dos unidades de desembarco anfibio (LCU) de 1.400 toneladas cada una. Este contrato, valorado en 462,9 millones de dólares, constituye el mayor acuerdo de exportación militar surcoreana hacia América Latina. Las unidades serán construidas en Perú, en los astilleros de Servicios Industriales de la Marina (SIMA), con asistencia técnica directa y transferencia de tecnología por parte de HD HHI. Se prevé que la primera nave esté lista en 2026, con el resto del proyecto concluido para 2029.

Una colaboración que se afianza con el tiempo

La relación entre SIMA y los astilleros surcoreanos tiene ya una historia consolidada. En 2013, la empresa estatal peruana firmó un acuerdo con STX Offshore & Shipbuilding para producir seis patrulleras Clase Río Pativilca, basadas en el diseño Taeguk de Corea del Sur. Estas embarcaciones fueron ensambladas en el astillero SIMA de Chimbote como parte de una estrategia para potenciar la industria naval local mediante la incorporación de tecnología extranjera.

Más recientemente, en noviembre de 2024, SIMA y HD Hyundai Heavy Industries suscribieron un memorando de entendimiento para desarrollar de forma conjunta un nuevo modelo de submarino que sustituya a los envejecidos Tipo 209, en operación desde los años setenta. Este nuevo paso revela el nivel de confianza alcanzado entre ambas partes y el compromiso de Corea del Sur con una cooperación tecnológica profunda.

Licitación internacional bajo la lupa

El contrato adjudicado a HD HHI fue el resultado de una licitación internacional en la que participaron astilleros de al menos ocho países, incluyendo Alemania, España, Italia, Francia, Estados Unidos, Países Bajos y Reino Unido. Aunque no se han revelado todos los detalles del proceso, se sabe que empresas de alto perfil como Navantia (España), Fincantieri (Italia) y Damen (Países Bajos) presentaron sus propuestas.

Hasta ahora no existen evidencias públicas de reclamaciones formales o impugnaciones por parte de estas compañías sobre el proceso de selección. Sin embargo, fuentes del sector especulan sobre posibles cuestionamientos informales respecto a la transparencia del procedimiento y la rapidez con la que se cerró el acuerdo. Al tratarse de una adjudicación estratégica y de gran magnitud, la industria internacional mantiene la atención puesta en cualquier señal de controversia.

Hemos tenido acceso a documentos de un astillero que reflejan un malestar respecto a ciertas acciones consideradas poco transparentes. En estos documentos se destaca la preocupación por la falta de claridad en el proceso de subsanación de documentos y la ausencia de información sobre las correcciones realizadas por Hyundai. Este malestar resalta la importancia de la transparencia en un proceso que involucra a actores globales de alto perfil.

En particular, el proceso de subsanación llevado a cabo por el postor Hyundai ha generado especial atención, sobre todo en lo relativo a la transparencia del procedimiento. En los documentos, el astillero solicita que se proporcionen detalles sobre las correcciones realizadas por Hyundai, conforme a lo estipulado en las Bases Integradas de la licitación. La empresa extranjera señala que dichas subsanaciones no deben implicar la presentación de documentos nuevos ni modificaciones sustanciales en las ofertas originales, siguiendo las reglas establecidas en el numeral 2.6 de las Bases. Esta solicitud refleja el compromiso de la empresa con la transparencia y la integridad del proceso.

Además, el astillero expresa su preocupación por la falta de comunicación respecto a las correcciones efectuadas, subrayando que, según las Bases, las modificaciones deben ser informadas a todos los postores para garantizar que no existan favoritismos o irregularidades durante la evaluación de las ofertas. La claridad en la comunicación y el respeto al principio de igualdad de trato son fundamentales para mantener la confianza en la licitación.

Una alianza estratégica que trasciende lo naval

La creciente cooperación entre Perú y Corea del Sur en materia de defensa tiene un alcance que va mucho más allá de lo técnico. Para Perú, representa el acceso a tecnología avanzada, la capacitación de personal especializado y el fortalecimiento de sus capacidades industriales en el sector naval. Desde una perspectiva geopolítica, esta alianza también refleja la intención de diversificar socios estratégicos y disminuir la dependencia tradicional de proveedores occidentales.

Para Corea del Sur, este acuerdo no solo constituye un importante logro comercial, sino que abre una valiosa puerta hacia el mercado latinoamericano en un sector altamente competitivo. Mediante este contrato, Seúl consolida su posición como un actor emergente en la industria global de defensa, expandiendo su influencia en regiones hasta ahora dominadas por otros jugadores.

Transparencia en riesgo: desafíos y expectativas

Considerando la historia reciente del Perú, donde varios contratos de defensa han estado marcados por escándalos de corrupción, la transparencia en la ejecución de estos acuerdos resulta fundamental. Aunque hasta ahora no se han presentado denuncias formales sobre irregularidades en el contrato con HD HHI, tanto analistas como organizaciones civiles han pedido una vigilancia ciudadana activa y un monitoreo institucional riguroso para asegurar el correcto desarrollo del proyecto.
En este contexto, la colaboración con Corea del Sur puede también interpretarse como una oportunidad para instaurar nuevos estándares de gobernanza en los procesos de adquisición militar, especialmente si se incorpora la supervisión de mecanismos independientes de control y auditoría.

Otros acuerdos con el Ejército y la Fuerza Aérea del Perú

El fortalecimiento del vínculo con Corea del Sur no se limita al ámbito naval. En años recientes, el Ejército del Perú ha mostrado interés en sistemas de artillería autopropulsada de origen surcoreano, como el K9 Thunder, y vehículos blindados K808 y K806 fabricados por Hanwha Defense. Si bien no se ha concretado aún una compra oficial, las evaluaciones técnicas y demostraciones han sido bien recibidas por la institución.

Asimismo, la Fuerza Aérea del Perú (FAP) ha mantenido contactos activos con la empresa Korea Aerospace Industries (KAI), en particular respecto al avión de entrenamiento avanzado FA-50. Este modelo ha sido ofrecido como una solución integral que permitiría reemplazar a los obsoletos A-37B Dragonfly. En 2023 y 2024 se realizaron reuniones y vuelos de demostración, y el interés de la FAP fue reiterado públicamente por sus autoridades.

Cambio radical en la política militar del país andino

El cambio del Perú hacia Corea del Sur como su principal proveedor de sistemas de defensa representa una transformación significativa en la política militar del país andino. Los acuerdos firmados, el volumen de inversión comprometido y la participación activa de SIMA en la construcción de nuevas embarcaciones evidencian una estrategia a largo plazo orientada a modernizar capacidades, diversificar alianzas y fortalecer la industria nacional. Además, el interés mostrado por el Ejército y la Fuerza Aérea en la tecnología surcoreana confirma que esta alianza bilateral va más allá del ámbito naval.

Sin embargo, este crecimiento rápido y concentrado en un solo proveedor extranjero implica riesgos. La experiencia histórica del Perú en adquisiciones militares, a menudo caracterizada por procesos poco transparentes, exige una obligación estricta de máxima transparencia, fiscalización independiente y mecanismos sólidos de control. Sin estos elementos, la cooperación con Corea del Sur podría convertirse, paradójicamente, en una fuente de vulnerabilidad institucional. Para evitar que los beneficios estratégicos se vean empañados por escándalos o desvíos, es esencial que estos contratos cumplan no solo con las necesidades operativas, sino también con los más altos estándares de ética pública y legalidad.

Tal vez te interese La Fuerza Aérea del Perú y la urgente modernización de sus sistemas de control aeroespacial

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor deje su comentario
Ingrese su nombre aquí

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.