En un contexto de creciente competencia para la modernización de las flotas submarinas y de superficie militares, la empresa española Navantia ha fijado su atención en la Real Armada de Canadá, aprovechando su participación en la feria CANSEC celebrada entre el 28 y29 de mayo para presentar sus nuevos submarinos de ataque S-80. Esta iniciativa representa una oportunidad clave para demostrar las capacidades de esta nueva plataforma, buscando competir en la licitación del Canadian Patrol Submarine Project (CPSP), un programa estratégico para renovar la fuerza submarina canadiense.

La necesidad de modernizar la flota de submarinos de Canadá se enmarca en un complejo escenario geopolítico, donde el Ártico, el Pacífico Norte y el Atlántico Norte se han convertido en zonas de creciente tensión por el control de recursos naturales y futuras rutas comerciales. Ante este desafío, el gobierno canadiense ha definido claras líneas de política exterior y defensa, materializadas en julio de 2024 con el anuncio de la intención de adquisición de 12 nuevos submarinos de ataque de propulsión convencional o diésel-eléctricos. El objetivo es reemplazar los cuatro submarinos clase Victoria, adquiridos al Reino Unido a principios de los años 2000 y cuya obsolescencia exige una solución urgente.
Entre las últimas novedades registradas, el proceso de selección avanza con el lanzamiento de un Request for Information (RFI) para evaluar propuestas preliminares de diversos fabricantes. Aunque varias compañías han mostrado interés, dos actores destacan: Corea del Sur, con sus submarinos KSS-III, y España, con el S-80.


Corea del Sur ha posicionado el KSS-III como una opción sólida tras la visita de delegaciones militares canadienses a los astilleros de Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering y HD Hyundai Heavy Industries en 2023. Hanwha Ocean y Hyundai Heavy Industries presentaron una oferta conjunta valorada entre 20.000 y 24.000 millones de dólares, comprometiéndose a entregar los cuatro primeros submarinos antes de 2035.
Con características similares al S-80, el KSS-III es un submarino diésel-eléctrico de 3.000 toneladas, pero Navantia busca diferenciarse reforzando su compromiso con el mercado canadiense. La empresa española destaca su submarino como “el más avanzado y operativo de la OTAN”, subrayando su interoperabilidad, tecnología probada y respaldo industrial.

Por último, la participación de Navantia en CANSEC (Feria Comercial Global de Defensa y Seguridad) puede que haya servido para presentar el S-80 como una solución adaptada a las necesidades de Canadá, y siendo una primera toma de contacto para las autoridades navales. Este submarino oceánico de nueva generación, diseñado y construido íntegramente en España, cuenta con un sistema de propulsión anaeróbica (AIP) de tercera generación, permitiéndole operar de forma autónoma en entornos hostiles durante semanas.
Actualmente, la primera unidad, el S-81 Isaac Peral, se encuentra ultimando los detalles para lo que será su entrada en servicio con la Armada Española, mientras Navantia también avanza en la construcción de las restantes unidades de la clase, como la promoción a otras naciones del mundo con la misma necesidad de Canadá, tanto para renovar o expandir sus actuales flotas de submarinos de ataque.
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