En el marco de un ambicioso plan de inversión en defensa, el gobierno de Bélgica evalúa la compra de 21 cazas furtivos F-35A Lightning II adicionales a los Estados Unidos con el objetivo de reforzar las capacidades operativas de su Fuerza Aérea. De concretarse la adquisición, la flota belga alcanzaría las 55 unidades, una cifra que, según diversas fuentes, responde a los requisitos operativos establecidos por la OTAN.

La potencial compra se da en un contexto donde Bélgica proyecta aumentar su gasto en defensa para alcanzar el 2% del PBI, en línea con los objetivos de capacidades establecidos por la Alianza Atlántica. En este sentido, el Ejecutivo belga se encuentra ultimando los detalles de un plan de inversión que prevé uno 36.000 millones de euros en pedidos en el ámbito de la defensa hasta 2035, de los cuales se espera ejecutar unos 28.000 millones.
Uno de los componentes clave de esta planificación es el fortalecimiento del componente aéreo. Para ello, se destinarán aproximadamente 5.000 millones de euros, monto que incluye no solo la compra de nuevos F-35, sino que también futuras actualizaciones de los sistemas y el desarrollo de un proyecto europeo para gestionar su base de datos, actualmente bajo el control estadounidense.
Esta decisión se alinea con el cumplimiento de los “capability targets” de la OTAN, definidos cada cuatro años para cada país miembro. A medida que se acerca la próxima cumbre de la alianza, se espera que Bruselas anuncie oficialmente esta adquisición, la cual permitirá cubrir el abanico completo de las operaciones aéreas requeridas en el marco de compromisos individuales o conjunto con otros aliados, pero sobre todo teniendo en cuenta la guerra en Ucrania.

La Fuerza Aérea de Bélgica y los cazas F-35
Actualmente el país europeo se encuentra en un proceso de incorporación del F-35ª que comenzó en 2018, cuando Bélgica firmó el contrato para adquirir 34 unidades del caza de quinta generación, en remplazo de los veteranos F-16. La operación en aquel entonces, valuada en USD 6.530 millones, previó la llegada de los primeros ejemplares para el año 2025.
El primer caza, designado “AY-01”, fue presentado oficialmente por Lockheed Martin en diciembre de 2023 en su planta de Fort Worth, Texas. Posteriormente, en diciembre de 2024, esta aeronave fue trasladada a la Base Aérea Luke, en Arizona, donde se constituyó como plataforma de entrenamiento para los nuevos pilotos belgas, en conjunto con clases teóricas y simuladores. Luego en mayo del 2024, otro hito importante fue alcanzado cuando el “AY-03” realizó con éxito su vuelo inaugural desde las instalaciones de Lockheed Martin, con una duración de aproximadamente una hora. Esta prueba forma parte del proceso de validación previo a la entrega final.

Está previsto que, a partir de 2027, los F-35A comiencen a operar desde la base aérea de Kleine-Brogel, consolidando así su despliegue definitivo en territorio belga. Durante la ceremonia de presentación del primer caza, el jefe de Defensa de Bélgica, almirante Michel Hofman, destacó que la llegada del F-35 representa un punto de inflexión para las Fuerzas Armadas, permitiendo al país cumplir con un amplio abanico de misiones aéreas, ya sea de forma autónoma o integrada con aliados de la OTAN.
En paralelo, la decisión de Bélgica de ampliar su flota de F-35 también refuerza los lazos con Estados Unidos, socio clave en el marco de la OTAN. En paralelo, la inversión en esta aeronave posiciona al país dentro de un selecto grupo de usuarios de cazas de quinta generación, en un momento de redefinición de las capacidades estratégicas del continente europeo.
Con esta iniciativa, el gobierno belga no solo apunta a modernizar su fuerza aérea, sino también a elevar su perfil como aliado comprometido con la defensa colectiva. La integración plena del F-35A al sistema de defensa europeo promete una interoperabilidad reforzada, al tiempo que marca el inicio de una nueva etapa en el desarrollo de capacidades tecnológicas avanzadas para la región.
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