Siguiendo los últimos movimientos del Grupo de Ataque del portaaviones Liaoning (CV-16) de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN), autoridades japonesas ubicaron a los buques en una nueva ubicación en el Pacífico Occidental, destacando que es la mayor distancia alcanzada por las unidades navales del Gigante Asiático a la fecha. Esto expone los objetivos de proyección naval y poder cada vez más ambiciosos de Pekín desplegando a sus buques y portaaviones en localización cada vez más alejadas del territorio continental chino.

Hace tan solo una semana atrás, el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas de Autodefensa de Japón advirtió sobre la presencia del Liaoning (CV-16) en las cercanías del norte de las islas Senkaku, en el Mar de China Oriental. Posteriormente, la derrota prosiguió hacia el sureste a través de las aguas situadas entre la isla principal de Okinawa y las islas de Miyako, rumbo al el océano Pacífico. Esta travesía, tildada de “inusual” por ser la primera vez que se observó al portaaviones cerca de los archipiélagos mencionados, estuvo acompañada de ejercitaciones, como así también de despegues y aterrizajes de cazas y helicópteros pertenecientes al Grupo Aérea Embarcado de portaaviones. Según los datos revelados oficialmente, se detectaron un total de 120 operaciones de vuelo de cazas y helicópteros en 48 horas.

Con el correr de los días y ante la falta de novedades, un nuevo informe japones mostró que el portaaviones Liaoning y su Grupo de Ataque se ubicaron el pasado viernes 30 de mayo al este de la isla Samar (Filipinas) y al oeste de Guam, una posición que representa uno de los puntos más alejados registrado hasta la fecha por parte del CV-16. En navegaciones previas, su despliegue habia comprendido los limites del Mar del Sur de China y al Mar de Filipinas.

Como se viene observando de forma cada vez más recurrente, este tipo de acercamientos a archipiélagos y zonas disputadas forman parte las constantes operaciones que China, a través de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN), viene llevando a cabo como una especie de mensaje para la región, demostrando sus capacidades de proyección y capacidades aeronavales para hacer valer sus intereses sobre las islas y territorios donde reclama soberanía.

En ese contexto, no es menor señalar que estas proyecciones navales se dan en aguas de alta relevancia estratégica para China, particularmente en el Pacífico Occidental. Esta zona comprende el Mar de Filipinas, situada al este de la isla de Taiwán, al noreste de Filipinas, al sur de Japón y al noreste de Guam, configurando un espacio geopolítico clave en el cual también ha operado el Shandong. La elección de estos escenarios no es aleatoria: forman parte de la llamada “primera cadena de islas”, cuya ruptura o control resulta central en la estrategia de acceso y negación de área impulsada por Pekín para hacer frente a rivales geopolíticos.

Pero esta estrategia no es exclusiva del Liaoning. Hace ya varios años que el portaaviones Shandong (CV-17) también lleva a cabo navegaciones de largo alcance, sobre todo desplazándose por el Pacífico Occidental. Sin ir más lejos, a mediados del mes de septiembre del 2024, el buque de gran porte fue observado en esta zona, donde estuvo realizando ejercitaciones, acompañado de un Buque de Asalto Anfibio Tipo 075. Previamente en 2023, el Shandong también navegó por las mencionadas aguas, alcanzado el sur de la isla de Miyako, entre otras.

Las maniobras, cada vez más prolongadas, responden al objetivo del Gigante Asiático de consolidar una presencia sostenida más allá del Mar del Sur de China, ampliando su radio de acción y afirmándose como una potencia marítima capaz de proyectar poder en todo el Indo-Pacífico.

En particular, en esta última navegación de Liaoning, también fue observado la presencia de un buque de reaprovisionamiento de combustible Tipo 901 -identificado como el CNS Hulunhu (901)-, un activo clave que permite extender significativamente el tiempo de permanencia en el mar de los Grupos de Tareas, dotándolo de mayor autonomía operativa y flexibilidad. Este tipo de apoyo logística no solo refleja una mejora en las capacidades de proyección de la flota, sino que también evidencia la intención de China de preparar a sus portaaviones para escenario de despliegues prolongado y operaciones de largo alcance, en línea con las ambiciones de la PLAN de operar como una armada de aguas azules.

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