La proliferación de drones de diverso tipo y complejidad en el campo de batalla se encuentra entre las principales amenazas que las fuerzas militares deben enfrentar y contrarrestar. La posibilidad de empleo de estos, tanto por fuerzas regulares como irregulares, representa una opción de bajo costo y disponible en mayor número que el armamento tradicional. Esta situación ha provocado también una necesaria respuesta, como es el caso de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), la cual está evaluando e incorporando nuevas configuraciones aire-aire para varios de sus aviones de combate. La más reciente fue dada a conocer por el Comando Central de los EE.UU. (CENTCOM), que confirmó que los cazabombarderos F-15E Strike Eagle desplegados en Medio Oriente están siendo equipados con un importante número de cohetes guiados por láser AGR-20 APKWS II (Advanced Precision Kill Weapon System II).
En la jornada de ayer, a través de una publicación oficial en la red social X, el CENTCOM divulgó la que es la primera imagen oficial de un cazabombardero F-15E Strike Eagle equipado con una nueva configuración aire-aire, destinada a hacer frente de manera más eficaz y eficiente a la creciente amenaza que representan los drones desplegados por fuerzas irregulares en el Medio Oriente.
La decisión posee antecedentes cercanos que deben ser destacados. En primer lugar, fue confirmado que cazas de la USAF también desplegados en Medio Oriente están siendo equipados con lanzadores de cohetes guiados por láser APKWS II. Inclusive, a mediados del pasado mes de marzo, el CENTCOM divulgó el primer derribo de un dron hutí con un cohete guiado AGR-20 FALCO.
En segundo lugar, semanas atrás, fuentes abiertas de información (OSINT) e imágenes viralizadas dieron cuenta de que los F-15E estaban siendo equipados con los mencionados cohetes guiados y sometidos a pruebas mientras operaban desde la Base Aérea Eglin.

La divulgación de la reciente imagen, publicada el 30 de mayo, podría indicar que las pruebas realizadas en suelo estadounidense han dado paso a las primeras pruebas en combate, o que esta nueva configuración ya está siendo empleada en operaciones reales por los F-15E en Medio Oriente.
En cuanto a los detalles particulares, la aeronave —rápidamente identificada como uno de los F-15E del 389.º Escuadrón de Combate de la USAF, actualmente desplegada en la Base Aérea Muwaffaq Salti, en Jordania— se encuentra equipada con cuatro lanzadores de cohetes LAU-131A y LAU-131A/A, portando un total de 38 cohetes guiados por láser AGR-20 APKWS II (Advanced Precision Kill Weapon System II), con capacidad de seis y siete proyectiles por lanzador, respectivamente.
A su vez, presumiblemente para hacer frente a blancos de mayor complejidad y amenazas más graves, la configuración se complementa con lo que parecen ser cuatro misiles aire-aire AIM-9X de corto alcance y cuatro AIM-120C/D de medio/largo alcance.
Tal y como reportáramos previamente con el derribo del dron hutí por parte de un F-16, el empleo de cohetes guiados como los APKWS II representa una opción mucho más eficiente en términos de costo en comparación con los misiles. Los cohetes pueden ser empleados contra enjambres de drones, mientras que para amenazas de mayor capacidad, como aeronaves no tripuladas sofisticadas, misiles de crucero o misiles balísticos, se emplean los mencionados misiles aire-aire Sidewinder y AMRAAM.
No obstante, como fue expresado en marzo: “…el empleo de cohetes guiados asistidos por láser no debe ser visto como una solución definitiva ni como una ‘bala de plata’, ya que su uso tiene limitaciones, quedando reservado para amenazas de bajo rendimiento y no maniobrables, como drones de escasa sofisticación y misiles de crucero subsónicos. Dicho de otro modo, los APKWS II no están diseñados para el combate aire-aire tipo dogfight”.


Por último, la adopción de esta configuración en un mayor número de plataformas para hacer frente específicamente a drones de baja performance demuestra la creciente preocupación que las fuerzas militares estadounidenses están otorgando a esta cuestión. Los recientes despliegues en el Mar Rojo contra las fuerzas rebeldes hutíes —las cuales emplean en gran número UAVs en ataques asimétricos— demuestran que no solo se requiere su neutralización de forma eficaz, sino también de manera eficiente en términos económicos.
Para finalizar y ejemplificar aún más esta cuestión: un cohete guiado equipado con el mencionado kit APKWS II tendría un valor que ronda los US$ 15.000, frente al costo de los misiles aire-aire, como los AIM-9 o AIM-120, que ascienden aproximadamente a US$ 450.000 y US$ 1.000.000, respectivamente, para hacer frente a drones cuyo valor está mucho más próximo al del primero que al del segundo grupo.
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