Previsto para el próximo otoño boreal, el ejercicio Zapad 2025 —también conocido como Ejercicio del Oeste— se perfila como un evento clave para las fuerzas armadas de Rusia y Bielorrusia, generando inquietud en Occidente sobre sus posibles implicaciones en el contexto de la guerra en Ucrania. Aunque se trata de un entrenamiento cuatrienal iniciado en 2013, el reciente anuncio del ministro de Defensa ruso, Andréi Belousov, ha reactivado las alarmas en las capitales europeas y la OTAN. Esta nueva edición de Zapad tendrá lugar a mediados de septiembre – informa la agencia estatal BeITA, citando al ministro de Defensa bielorruso, Valery Ravenko.


Zapad forma parte de la serie de ejercicios estratégicos rusos —junto con Vostok, Tsentr y Kavkaz—, cada uno enfocado en un teatro operacional distinto. La edición de 2021 movilizó, según Moscú, unos 200.000 efectivos (la OTAN redujo la cifra a 100.000) y simuló escenarios de defensa contra una coalición occidental. Para 2025, se espera que Bielorrusia asuma un papel aún más destacado, reforzando la integración militar con Rusia bajo el marco de la Unión Estatal ruso-bielorrusa, contando con el despliegue de más de 13.000 tropas, afirmó en febrero del corriente año Valery Revenko, funcionario de la cartera de defensa bielorrusa. Además comentó que se invitaría a un grupo de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)con el fin de monitorear los ejercicios.
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha subrayado la naturaleza defensiva y transparente del ejercicio: “El evento clave de este año será nuestro ejercicio conjunto Zapad-2025, que se desarrollará en campos de entrenamiento de ambos países. Estamos preparados y no ocultamos nada. Estos ejercicios son puramente defensivos”.
Sin embargo, las declaraciones no han calmado las suspicacias occidentales. Kaspars Pudans, jefe de Defensa de Letonia, advirtió en una entrevista con LETA sobre los riesgos históricos de estas maniobras: “En 2021 y 2022, Rusia realizó ejercicios no programados cerca de Ucrania que precedieron a la invasión. Vigilaremos estrechamente el desarrollo de Zapad 2025, especialmente en un contexto donde la OTAN ya ha desplegado fuerzas en Letonia como medida disuasoria”.
El Servicio de Inteligencia y Seguridad Militar de Letonia ha señalado que, tras la guerra en Ucrania, las fuerzas rusas enfrentan limitaciones en entrenamiento táctico y estratégico, debido a la escasez de personal y equipo. Esto podría afectar la escala real de Zapad-2025, cuyo desarrollo también dependerá de la situación en el frente ucraniano.


Más allá de su carácter rutinario, Zapad 025 servirá a Rusia para reafirmar su capacidad disuasoria en Europa del Este, mientras consolida a Bielorrusia como plataforma militar estratégica. No obstante, su ejecución estará condicionada por el desgaste bélico en Ucrania y la respuesta de la OTAN, que ya ha incrementado sus despliegues en la región.
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