Teniendo como marco la Base Aérea Militar Morón, provincia de Buenos Aires, tuvo lugar el acto principal de conmemoración por el 43° aniversario del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina (FAA). La ceremonia fue encabezada por el Ministro de Defensa de la República Argentina, Luis Petri, y el Jefe del Estado Mayor General de FAA, Brigadier Gustavo Javier Valverde, contando con la importante presencia de veteranos del guerra y familiares, e invitados especiales.
Durante su alocución, el Brigadier Valverde expresó que “… a 43 años del Bautismo de Fuego de nuestra gloriosa Fuerza Aérea Argentina, nos reunimos para honrar a nuestros héroes, que lo dieron todo sin pedir nada a cambio”. A lo largo de su discurso el jefe de la Institución resalto las importantes acciones que las Fuerza Aérea Sur ejecutó el Teatro de Operaciones Malvinas, abarcando desde el ataque a la flota británica, el sostenimiento del puente aéreo entre las islas y el continente, el apoyo aéreo, bombarderos, misiones de diversión, por solo señalar algunos ejemplos de arrojo y valentía de los hombres de la Fuerza Aérea Argentina en aquellos días de abril, mayo y junio.
A su vez, resaltó el apoyo brindado por otros países como el Perú, al expresar que: “En este momento, quiero hacer un reconocimiento especial a la Fuerza Aérea del Perú, a los técnicos, a los mecánicos que nos acompañan, y a sus familiares. Le pido al señor Comandante de la Fuerza Aérea del Perú que transmita a todo el personal de su institución el profundo y sincero reconocimiento de la Fuerza Aérea Argentina por tan loable acción”.
Por su parte, el titular de la Cartera de Defensa, Luis Petri, destacó que: “Hace 43 años, nuestros valientes pilotos alzaron su vuelo sabiendo que lo hacían con más coraje que medios, con más temple que tecnología. Aun conscientes de que estaban en inferioridad de condiciones, fueron protagonistas de un acto de la más absoluta entrega.
Con aviones cansados, pero con el espíritu invicto, despegaron de una patria herida y volaron hacia el horizonte incierto de la historia, sabiendo que en ese vuelo podían no volver, pero sabiendo también que lo hacían para defender a su patria. Y cuando el cielo se volvió infierno, no dudaron, no retrocedieron. Siguieron adelante con coraje, siguieron adelante con determinación.
Sortearon lo imposible con una destreza excepcional que seguimos recordando hasta hoy, y que seguirán recordando las generaciones venideras, con la dignidad como escudo y el deber como norte. Porque hay algo que no se negocia, y eso que no claudica y no se rinde es el honor. Y la patria no se rinde. La patria no se entrega. Porque, como bien se dijo aquí, se defiende hasta el último vuelo, con el último hombre y avión. Aquel 1º de mayo de 1982 significó un punto de inflexión para nuestras Fuerzas Armadas y para la memoria colectiva de todo un pueblo: el pueblo argentino”.
A las palabras oficiales, se prosiguió con la realización del desfile terrestres, como el pasaje en formación de numeral caída de aeronaves C-130H Hércules y Fokker F-28 Fellowship, como de a Escuadrilla Histórica B-45 Mentor.
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