A pesar de la pobreza apreciada en la calidad de las preguntas y respuestas en el Informe N° 142 de la Jefatura de Gabinete de Ministros, presentado a la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación, algunos extractos resultan de interés a los fines de conocer el estado del Instrumento Militar de la República Argentina. En particular, aquellos relacionados con el Programa Peace Condor, por el cual la Fuerza Aérea Argentina está en proceso de incorporación de 24 cazas F-16 Fighting Falcon adquiridos a Dinamarca, y su despliegue en la Patagonia.

Siguiendo las preguntas realizadas por los miembros de la Cámara Baja del Poder Legislativo —las cuales vuelven sobre los mismos temas repetidos en informes previos, sin brindar ni buscar ningún tipo de profundidad en las respuestas—, se pudo conocer presumiblemente parte de los futuros planes para lo que será el despliegue operacional de los Fighting Falcon en el territorio nacional.
No obstante, antes de proseguir, algunas cuestiones deben ser mencionadas, aprovechando el primer aniversario de la firma de los acuerdos con Dinamarca para la adquisición de los aviones de combate de origen estadounidense.

En primer lugar, tal y como se está registrando, el Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea Argentina están realizando importantes esfuerzos para la puesta en valor de las instalaciones que serán la morada de los F-16 en la Argentina. Más precisamente, en la VI Brigada Aérea de Tandil, provincia de Buenos Aires, en la cual están siendo construidas nuevas instalaciones para lo que será el nuevo Centro de Instrucción; destacándose recientemente el arribo de nuevos simuladores DART provistos por la empresa danesa IFAD.
Estas obras también se complementarán con otras inversiones enfocadas en la adecuación global de las instalaciones, para garantizar la operación en óptimas condiciones del nuevo sistema de armas durante las próximas décadas.
La otra instalación que también será puesta en valor es el Área Material Río Cuarto, en la provincia de Córdoba, la cual será la “primera” morada de los F-16 cuando el primer lote de aeronaves en condición de vuelo arribe a la Argentina a finales de este año, mientras avanzan los trabajos en la VI Brigada Aérea.



A tales efectos, durante el pasado mes de febrero, previo a la presentación del primer F-16BM —el cual será utilizado como entrenador terrestre en el Centro de Instrucción—, se aprobó un plan de obras valuado en $12.700 millones, que comprende la rehabilitación de la pista de pavimento de 2.260 metros de largo, balizamiento y otras modificaciones que permitan la operación de los aviones de combate, por solo citar algunos ítems del plan.
Sin embargo, y tal como reporta el Informe N° 142 de la Jefatura de Gabinete, la Fuerza Aérea Argentina, de cara al futuro del sistema de armas, prevé el despliegue de los cazas F-16 en otros puntos del país, como en la Patagonia. Al respecto, esto surge a raíz de una de las preguntas donde se señala que “…si Estados Unidos estableció algún tipo de restricción operativa al Sistema de Armas F-16 y/o su armamento para operar, por ejemplo, sobre el Atlántico Sur”, recibiendo como respuesta que “No se han establecido restricciones operativas por parte de los Estados Unidos respecto al empleo del sistema de armas F-16, ni sobre su armamento, incluyendo su operación en el Atlántico Sur”.



A su vez, la respuesta indica que la FAA proyecta el despliegue en otros puntos del país, con foco en el sur, al indicar que: “El SARm F-16 desplegará fuera de su Brigada de asiento a los aeropuertos que sean compatibles con su operación para el control del espacio aéreo de jurisdicción”. Añadiendo: “Con respecto a las obras, está prevista la repavimentación de la pista de Río Gallegos”.
La mención a Río Gallegos no es casual, ya que en la capital de la provincia de Santa Cruz, en la zona austral de la Patagonia, se encuentra la X Brigada Aérea, que recuperó su denominación —ya que hasta el año 2023 era la Base Aérea Militar Río Gallegos— en el marco de la búsqueda del fortalecimiento de la presencia de la Fuerza Aérea en el sur del país.
Sin embargo, más allá de la mención en el informe a la repavimentación de la pista de la X Brigada, esto por sí solo no garantiza la futura operación de los F-16, ya que deberían realizarse otras inversiones y esfuerzos en términos de infraestructura y capacidades relacionadas para la operación del sistema de armas.

Además, debe mencionarse que este es un plan a futuro, mientras la Institución avanza en las primeras etapas del Programa Peace Condor, a través de las obras e inversiones realizadas en Tandil y Río Cuarto, así como en la formación de los primeros pilotos y técnicos, mientras se aguarda, a finales de año, el arribo de los primeros F-16 en condición de vuelo provenientes de Dinamarca.
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Vamos a esperar que se haga realidad, la FAA necesita de bases que permitan operar con capacidad todo tipo de sus aeronaves como así también de las otras fuerzas.