La Flota del Norte de la Armada rusa realizó hace unos días una serie de ejercitaciones con los sistemas de defensa de costa Bal. Las actividades se desarrollaron en un contexto simulado, en el cual las unidades locales debieron hacer frente a buques hostiles que navegaban en aguas del mar de Barents, a gran distancia de la costa.
Conforme a lo informado por la cartera de Defensa rusa, “…El despliegue de los sistemas de defensa costeros ( Bal ) empleó misiles contra objetivos marítimos que simulaban buques enemigos ubicados a más de 200 kilómetros de la costa, en el mar de Barents…”.
La unidad de la Armada rusa encargada de llevar adelante este adiestramiento fue la División de Misiles de la Brigada Separada de Misiles de la Flota del Norte. El despliegue de los sistemas de misiles de defensa de costa Bal incluyó ejercitaciones de formaciones de combate y acondicionamiento de los vehículos una vez ocupada las posiciones de lanzamiento. Una vez consolidados los puntos desde los cuales se tenía que operar, el personal ruso desplegó el complejo Bal, para posteriormente poner en marcha el plan de acción para detectar objetos marítimos, sumulándose el lanzamiento de misiles contra buques a más de 200 kilómetros de la costa.
“…La capacitación tiene como objetivo mejorar las habilidades prácticas del personal de la división en el desempeño de sus tareas asignadas…”, mencionó el Ministerio de Defensa ruso en su gacetilla de prensa.
El sistema de defensa de costa Bal fue concebido para integrar el dispositivo defensivo terrestre ruso contra la amenaza de buques enemigos, brindando protección a bases navales, instalaciones costeras e infraestructura crítica. “…Una característica especial del complejo Bal es su alta movilidad, así como capacidad para cambios de posiciones y rápido lanzamiento de sus misiles…”.
Pese a que el sistema de defensa de costa Bal fue concebido para destruir objetivos a una distancia de hasta 120 km en cualquier momento del día y, en las condiciones climáticas más desfavorables, la incorporación de nuevas tecnologías, como es el caso de las últimas versiones del misil Kh-35, habrían incrementado su alcance hasta los 300 kilómetros.
Una batería del complejo Bal puede operar con uno o varios sistemas centralizados de comando y control, además de poder utilizar los sistemas de control con que disponen los mismos vehículos lanzadores. Esto último permite descentralizar las operaciones, además de proporcionar una necesaria flexibilidad ante la amenaza enemiga. Otro aspecto destacable es la capacidad todo-terreno del sistema, ya que el mismo está montado en vehículos lanzadores MZKT-7930 8×8, permitiendo al sistema operar en condiciones desfavorables como puede ser la nieve o barro.
Imagen de portada: MinDef Rusia
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