Después de 43 años de servicio y con 15 campañas antárticas realizadas, la Armada Española ha dado de baja al buque auxiliar Las Palmas. La ceremonia de retiro oficial tuvo lugar el 7 de marzo del presente año en el muelle Juan de Borbón, con la participación del Almirante Jefe del Arsenal de Cartagena, Vicealmirante Alejandro Cuerda Lorenzo, y el último comandante del buque, Capitán de Corbeta Javier Mendoza Fernández-Aceytuno.

El A-52 ha sido un buque de gran versatilidad, desempeñando múltiples funciones a lo largo de su trayectoria. Construido en los Astilleros del Atlántico, en Santander, en 1978, fue adquirido por España en 1982. Desde entonces, ha participado en misiones de salvamento, remolque, vigilancia marítima, ejercicios navales, auxilio en zonas catastróficas, lucha contra la contaminación marina y apoyo a la flota pesquera.
Uno de los hitos más destacados de su historia fue convertirse en el primer buque español en participar en misiones científicas en la Antártida, operando como buque de investigación oceanográfica entre 1988 y 1991. Tras 15 campañas antárticas, el buque La Palmas fue reemplazado por el BIO Hespérides, que entró en servicio en 1991.

Posteriormente, en 1999, el buque fue sometido a modificaciones, y a partir de enero de 2015 pasó a operar como buque auxiliar (B/A), iniciando una nueva etapa en la que llevó a cabo misiones de apoyo en ejercicios y colaboraciones nacionales. Durante más de 10 años, ha participado en ejercicios de remolque, transporte de blancos para ejercicios de tiro, fondeo y recogida de minas de práctica, así como en la recuperación de torpedos.


Además, ha desempeñado un papel clave en ejercicios nacionales e internacionales como buque de apoyo a buceadores, con la integración de unidades del CBA y UBMCM a bordo. Su capacidad de transporte también permitió el relevo de personal destacado en el mar de Alborán, así como el traslado de contenedores auxiliares y equipos de buceo.
Finalmente, tras haber navegado más de 300.000 millas náuticas, el buque auxiliar culminó su servicio con la ceremonia de arriado de bandera, marcando el relevo definitivo de su dotación. El acto concluyó con la interpretación del himno de la Armada y la entrega de una enseña al Almirante del Arsenal.
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