En medio de crecientes dudas por parte de potenciales clientes respecto de la plataforma F-35 y su fiabilidad, sumada a las nuevas tensiones en materia política tras la llegada a la presidencia de Donald Trump, EE.UU. ha salido a desmentir que exista un “kill switch” en el caza de quinta generación que les permita inutilizar por completo a la aeronave remotamente. La novedad se produce poco después de que aliados tradicionales de Washington, tales como Canadá y Portugal, dieran a conocer que se encuentran reconsiderando la adquisición de estas aeronaves para reforzar a sus propias Fuerzas Aéreas.

Puesto en palabras oficiales de la Oficina del Programa Conjunto (JPO) del programa F-35: “No hay un interruptor de seguridad (NdE: el mencionado “kill switch”). El programa opera bajo acuerdos consolidados que garantizan que todos los operadores del F-35 cuenten con las capacidades necesarias para mantener y operar sus aeronaves eficazmente. La fortaleza del programa F-35 reside en su colaboración global, y mantenemos nuestro compromiso de brindar a todos los usuarios la funcionalidad y el soporte completos que necesitan.”
Cabe recordar en este punto, que el mito de este supuesto interruptor instalado en los F-35 ha tomado impulso, especialmente en Europa, gracias a diversos reportes de prensa que apuntaban a dicha cuestión después de que los EE.UU. decidieran suspender la ayuda militar a Ucrania. Diferentes actores de la política y de la industria local se han manifestado al respecto, siendo uno de los casos más ilustrativos el del actual presidente de la Fundación de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Wolfgang Ischinger, quién afirmó: “Si tememos que EE. UU. pueda hacer con los futuros F-35 alemanes lo que está haciendo actualmente con Ucrania, podríamos considerar rescindir el contrato.” Por su parte, Joachim Schranzhofer, quién funge como jefe de comunicaciones de la empresa armamentística alemana Hensoldt, se refería al tema de la siguiente manera: “es algo más que un simple rumor“.

El impacto de este tipo de afirmaciones ya ha tenido algunas muestras concretas. Rescatando lo mencionado inicialmente, resulta de utilidad remitirse a los procesos de adquisición de Canadá y Portugal, países que han expresado sus dudas sobre la concreción de sus planes de compra originales del caza F-35. En el primer caso, tratándose de uno de los principales apuntados por las nueva política exterior del gobierno estadounidense, fue dado a conocer que se están llevando a cabo charlas con diversos fabricantes en aras de explorar alternativas a la plataforma cuya adquisición ya ha cerrado por unos USD 19.000 millones. Mientras que en el caso de Portugal, un pensamiento similar fue deslizado por el ministro de defensa Nuno Melo, quién indicó que se están evaluando opciones de producción europea para reemplazar a sus veteranos F-16.
Desde países como Bélgica y Suiza se ha sostenido una posición contraria, reafirmando la capacidad de operar los cazas de forma independiente, desechando así los rumores respecto del “kill switch”. Por el contrario, un argumento con un considerablemente mayor grado de realismo se halla en que la dependencia de EE.UU. no toma forma de un interruptor activable a distancia de dudosa veracidad, sino que en la adquisición de paquetes de actualización, armamentos y demás materiales necesarios para sostener a la plataforma en servicio a lo largo de su vida útil; recordando que Washington sostiene el poder de autorizar o no las ventas de los mismos. Además, los EE.UU. cuentan con el poder sobre las redes de datos informáticos que conectan a los F-35, que en caso de cortarse su conexión dejarían a los cazas en una posición de gran vulnerabilidad para operar.

Sin embargo, cabe mencionarse que no se observa ningún tipo de señal que indique una intención de los EE.UU. por abandonar a su suerte a los más de 19 socios del programa F-35, alejando los temores asociados a la idea anterior. Desde el fabricante de la plataforma, la empresa estadounidense Lockheed Martin, ha sido manifestado que se sostendrá el compromiso tomado para hacer del F-35 una plataforma fiable y altamente capaz en combate. Mientras que del lado de la ya citada JPO, se dijo: “El F-35 fue concebido, desarrollado y continúa operando y manteniéndose como una plataforma conjunta, basada en sólidas alianzas con aliados de EE. UU. y países socios de todo el mundo.”
Entre otras muestras de confianza destacables en el programa, ha de traerse a colación el caso de Finlandia, país que a través de la empresa Patria se encuentra en proceso de culminar la construcción de su nuevo centro de motores F-135. De cara a una incorporación de la plataforma en el futuro cercano, Helsinki ha logrado acordar junto al suministrador de estas plantas de propulsión (Pratt & Whitney) la posibilidad de realizar tareas de ensamblaje hasta 2030, con posibilidades de seguir ofreciendo servicios de mantenimiento a partir de dicho año. Por su parte, Dinamarca avanza a paso firme en la conformación de su flota de cazas furtivos, afirmando que su Real Fuerza Aérea ya se encuentra preparando el camino para involucrar al F-35 en misiones de interceptación en sustitución de sus F-16 Fighting Falcon.

*Imágenes empleadas a modo ilustrativo
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Si USA quiere tomar control total de Groenlandia, utilizando billetes o la fuerza, puede hacer cualquier cosa imaginable. Creo que Canadá y Europa ya no pueden confiar su futuro a los caprichos de un excéntrico como Trump (o a cualquier otro que ocupe su lugar). Se ha roto la confianza en una forma brutal y profunda.
USA no es un aliado de Europa, ya no. La UE debe invertir seriamente en sus propias tecnologías y rearmarse con total independencia del tío Sam.
Porque además Groenlandia está en manos EUROPEAS. Y USA puede influir en nuestra contra apoyando a países hostiles colindantes (Marruecos, Turquía, Rusia…).
Cuidado con poner al zorro al cuidado de las gallinas.