Anunciado por el presidente Vladimir Putin, las Fuerzas Armadas de Rusia ha llevado a cabo en las últimas horas un lanzamiento de misiles balísticos teniendo simulando lo que sería una respuesta de un ataque nuclear masivo. “Dadas las crecientes tensiones geopolíticas y la aparición de nuevas amenazas externas, es importante contar con fuerzas estratégicas modernas y listas para ser utilizadas en cualquier momento” expresó el mandatario ruso.
El objetivo del simulacro de lanzamiento de misiles balísticos, señaló el Ministro de Defensa de la Federación Rusa, tuvo como punto esencial la puesta en práctica de un “ataque nuclear masivo por parte de las fuerzas ofensivas estratégicas en respuesta a un ataque nuclear enemigo” con misiles siendo lanzados desde tierra, mar y aire. Además, este ejercicio sucedió un mes después de que el presidente Putin revelara los planes para ampliar las normas de Rusia sobre el uso de armas nucleares. Claro está que esta reforma busca, para los analistas, enviar un mensaje a los países occidentales que se encuentran considerando la idea de permitirles a Ucrania utilizar este tipo de misiles de largo alcance.
En ese sentido, un misil balístico intercontinental Yars (ICBM) fue lanzado desde una ubicación elegida en Plesetsk, en el noroeste de Rusia, hacia Kamchatka, en el extremo oriental. También se lanzaron misiles balísticos Sineva y Bulava desde submarinos de la Armada Rusa, y misiles de crucero desde bombarderos estratégicos, informó el ministerio de defensa.
No obstante, el presidente ruso señaló que la utilización de armamento de este tipo es una medida excepcional y enfatizó que el país mantendrá sus fuerzas nucleares al nivel de “suficiencia necesaria”, aunque no buscará una nueva carrera armamentista.
Desde el inicio de la guerra, Putin ha lanzado múltiples señales a Occidente, incluyendo cambios en la postura rusa respecto a tratados nucleares y el despliegue de armas de este tipo tácticas en Bielorrusia, lo que desde Ucrania se considera un “chantaje”.
Por otro lado, la OTAN ha rechazado la intimidación, mientras que Rusia ha ampliado los escenarios en los que usaría armas nucleares, considerando ahora cualquier ataque apoyado por una potencia como un ataque conjunto. Por último, aunque Putin sostiene que no necesita recurrir a armas nucleares para vencer en Ucrania, Estados Unidos sigue atento a la postura rusa y ha advertido sobre las graves consecuencias de su uso.
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