A fines de abril e inicios de mayo, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) operó desde autopistas con sus drones MQ-9 Reaper, aviones de ataque A-10 Thunderbolt II y aeronaves de apoyo MC-130J Commando II. La particular actividad formó parte del ejercicio denominado Agile Chariot, adiestramiento durante el cual las mencionadas aeronaves realizaron despliegues en las autopistas 287 y 789 al sur del estado de Wyoming.

Agile Chariot tuvo como objetivo comprobar las capacidades de las aeronaves y de las tripulaciones para aterrizar en entornos austeros con requisitos mínimos de infraestructura y máxima flexibilidad, escenario al cual sin duda deberán enfrentar en caso de un conflicto. Agile Chariot puso a prueba el concepto Agile Combat Employment (ACE), incluido el uso de emplazamientos y equipos más pequeños y dispersos para trasladar y apoyar rápidamente aeronaves, pilotos y demás personal.

En esta ocasión, un MC-130J Commando II perteneciente al 15th Special Operations Squadron, 1st Special Operations Wing, fue el encargado de transportar al personal y medios necesarios para el emplazamiento de un Punto Adelantado de Armamento y Reabastecimiento (mejor conocido como FARP, por sus siglas en inglés) desde el cual se reabasteció (combustible y armamento) en caliente a un par de aviones de ataque A-10 Thunderbolt II, a la vez que se simuló similar operatoria con un drone MQ-9 Reaper. Previamente, efectivos del 123rd Special Tactics Squadron se habían infiltrado por medio de paracaídas, asegurando y señalizando la zona de aterrizaje.

La unidades de la Fuerza Aérea y de la Guardia Nacional de los EE.UU. equipadas con A-10 Thunderbolt II suelen realizar adiestramientos de este tipo, así como desde pistas de tierra. Sin embargo, para el personal a los mandos del MC-130J Commando II, la actividad tuvo sus particularidades ya que “al principio, la tripulación nos dijo que lo consideráramos como un aterrizaje más, porque aterrizamos en lugares únicos todo el tiempo”, declaró la comandante de la aeronave, la capitán Katheryn Richardson.

La capitán señaló que la misión se volvió más surrealista a medida que se acercaban a la zona de aterrizaje. “Todos tuvimos un momento en el que mirábamos a la autopista y pensábamos en lo poco natural que resultaba aterrizar allí”. Richardson también destacó la importancia de Agile Chariot ya que “…tener la capacidad de aterrizar en una autopista o una carretera puede plantear absolutamente algunos retos únicos a nuestros adversarios. Podemos tomar los conceptos de este ejercicio y aplicarlos a cualquier carretera, y en los entornos más austeros…”.

Uno de los hitos del ejercicio Agile Chariot fue el primer aterrizaje de un vehículo aéreo no tripulado MQ-9 Reaper en una autopista estadounidense. El drone es uno de los que opera el 919th Special Operations Wing, unidad con asiento en Duke Field, Florida.

El despliegue de las aeronaves de la Fuerza Aérea de los EE.UU. contó con el apoyo de helicópteros MH-6M Little Birds del 160th Special Operation Aviation Regiment, unidad popularmente conocida como “Nightstalkers”. Como parte de la misión simulada, los helicópteros MH-6M Little Bird fueron transportados en un MC-130J a la zona de aterrizaje de la autopista a los fines de ejecutar apoyo de búsqueda y rescate en combate.

Imagen de portada: USAF – Master Sgt. Cody H. Ramírez

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