El gobierno de Canadá tiene prevista una inversión de más de U$D 6.000 millones de dólares en armamento para sus cazas de 5ta generación F-35A Lightning II. Los planes canadienses incluyen la adquisición de nuevos misiles aire-aire de corto, mediano y largo alcance, así como la participación en proyectos de desarrollo de otro armamento. El pasado 9 de enero, Ottawa confirmó que comprará 88 F-35A para reemplazar a los veteranos CF-188 Hornet de la Real Fuerza Aérea Canadiense, programa que demandará un desembolso de U$D 19.000 millones de dólares.

Según lo informado por el Ottawa Citizen, parte del nuevo armamento comenzará a incorporarse en el corto plazo, por lo que podrá ser utilizado por los CF-188 Hornet. Sin embargo, el plan contempla que el núcleo del paquete de misiles y bombas comience a integrarse a partir de 2030, fecha para la cual se espera disponer de una flota integrada de por lo menos 16 F-35A, unidades pertenecientes a las primeras tres tandas previstas para ser incorporadas en 2026, 2027 y 2028. El completo reemplazo de los Hornet se estipuló para fines del 2032.

Pese a que la decisión sobre la compra de los F-35 Lightning II corrió riesgo de no materializarse, finalmente Canadá optaría por el caza de 5ta generación de Lockheed Martin luego de concluir diversos estudios de factibilidad. Algunos de los aspectos considerados fueron el incremento de capacidades, sumado a las ventajas de compatibilidad que significa incorporar un sistema de armas que ya cuenta con la capacidad inicial operativa en los Estados Unidos, Noruega, Países Bajos, Italia y Reino Unido.

La participación de la industria de defensa canadiense fue otro factor determinante a la hora de elegir al F-35, ya que desde hace 20 años Canadá es socio del programa. La adquisición y el mantenimiento inicial del F-35 tienen el potencial de aportar a la economía canadiense más de 425 millones de dólares anuales, así como la generación de 3.300 puestos de trabajo anuales para la industria canadiense durante un periodo de 25 años.

En relación a los beneficios económicos, autoridades del Ministerio de Defensa también afirmaron que “…la participación de Canadá en el programa Joint Strike Fighter durante los últimos años ya ha permitido a las empresas canadienses conseguir contratos por valor de casi 3.000 millones de dólares, y esta cifra aumentará…”

Según los datos provistos por la cartera de defensa canadiense, la inversión de 19.000 millones de dólares incluye no sólo los aviones, sino también la instalación y los servicios de mantenimiento de las aeronaves, los equipos asociados y la construcción de modernas instalaciones para los escuadrones de combate en Bagotville y Cold Lake. Estas instalaciones albergarán escuadrones operativos y de entrenamiento, e incluirán espacio para operaciones diarias, mantenimiento, administración, planificación de misiones y entrenamiento en simulador en apoyo de toda la flota.

Imagen de portada: USAF – Capt. Kip Sumner

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