En horas de la mañana del 6 de febrero, la Fragata y Buque Escuela de la Armada Argentina, ARA Libertad (Q-2), partió desde el Apostadero Naval Buenos Aires hacia la ciudad de Mar del Plata, de cara a los preparativos para su próximo 51° Viaje de Instrucción.
Zona Militar fue testigo privilegiado del viaje, cubriendo el breve periplo de 4 días entre Buenos Aires y Mar del Plata, que ha servido para familiarizar a la tripulación antes de que se defina el rumbo que tendrá el próximo viaje que este emblema marino realizará como embajadora de la República Argentina por distintos puntos del mundo. Además de ir fomentando el conocimiento entre el Comandante del buque, el Capitán de Navío Gonzalo Horacio Nieto, y su tripulación, este derrotero ha tenido la misión de contribuir en la formación de cadetes y aspirantes de distintos Institutos de la Armada Argentina, quienes también han formado parte del pasaje, entre oficiales, suboficiales, marineros e invitados especiales.
El viaje hacia Mar del Plata, que duró hasta el mediodía del día 9 de febrero, ha sido el primer destino de esta etapa de preparación, arribando oportunamente para formar parte de las celebraciones por el aniversario de la fundación de la ciudad con un puertas abiertas que durará hasta fines de la próxima semana.
El periodo de navegación a su vez, ha servido para aceitar distintos procedimientos marineros en la tripulación y dar algunos primeros pantallazos a los aspirantes y cadetes. En esa línea, se realizaron diversos ejercicios, entre la asignación de roles para todos los marinos, el despliegue de procedimientos para el abandono del buque y la posterior supervivencia en el mar, la navegación de salida por canal hasta arribar a aguas marítimas del Atlántico, las majestuosas maniobras con velas, lucha contra incendios y control de averías del buque y finalmente el fondeo en Mar del Plata.
Cada una de estas intensas actividades fue desarrollada por todo el personal de la embarcación, aunque dejando espacio para contarle a cada uno de los invitados y a la prensa, los pormenores de las acciones que tienen que ser coordinadas metódicamente.
Algunas actividades a bordo
Tanto los invitados como la prensa a bordo pudieron experimentar las peripecias navales viviendo tres días como y con el personal naval. A estos efectos fue imprescindible que cada uno de los mas de 300 tripulantes conociera y realizara los zafarranchos de abandono del buque. Para que esto funcionara bien, el personal de la Armada brindó charlas instructivas a la totalidad del pasaje sobre los procedimientos a realizar ante el caso de una emergencia. Se asignaron ubicaciones en la cubierta a distintos grupos armados además de botes específicos. También se explicó la importancia de contar con un bolso de desembarco con elementos esenciales de supervivencia en el mar. Terminada las explicaciones se avanzó en algunos ejercicios dinámicos que fueron llevados a cabo a la perfección.
La pacifica salida del Rio de la Plata tuvo la perlita de un sobrevuelo de aeronaves del Comando de la Aviación Naval, quienes saludaron al pasaje con dos aeronaves T-34C1 Turbo Mentor y un B200 basados en Punta Indio (BAPI), los cuales realizaron maniobras aéreas a ojos de la tripulación apostado en la cubierta del buque.
Si bien la meteorología durante la travesía fue inestable, hubo momentos de claridad para que el personal pudiera realizar maniobras generales de velas en la fastuosa embarcación. Los procedimientos fueron realizados numerosas veces por hombres y mujeres de mar, desplegando velas en los palos mayor, trinquete y mesana.
De tanto en tanto, en los altavoces del buque se mencionaba algún ejercicio para comprobar la respuesta de la tripulación. Es así como el viaje sirvió de experiencia para coordinar a los marinos ante situaciones de emergencia, entre incendios, averías en los equipos o en motores, inundaciones, entre otras. Cada una de las actividades era observada por los invitados, quienes al finalizar las mismas recibían una explicación por parte de un oficial de la importancia de mantener equipos rápidos para interceder ante situaciones de crisis.
Un poco sobre un gran emblema que tiene la Argentina
Es importante mencionar que la tripulación de la Fragata ARA Libertad da luz del espíritu naval que tiene la Armada Argentina. Este buque emblema es tripulado por lo mejor que tiene la institución, quienes no solo se desenvuelven como elementos de mar, sino que se convierten en maestros de novenes que ingresaran a la Armada y tendrán nuevos destinos en el futuro.
El buque, que en abril pondrá nuevamente proa como embajadora argentina de los mares, transportará a la Promoción 152° del Escalafón Comando Naval, 87° del Escalafón Infantería de Marina y 108° del Cuerpo Profesional, Escalafón Intendencia en un viaje de instrucción de las faenas marineras.
La Fragata Libertad, construida en AFNE, fue asignada a la Armada Argentina en 1963 y a partir de ese año comenzó a construir su legado de embajada argentina en el mar. Recibió modernizaciones desde el 2004 al 2007 que ampliaron su ciclo de vida y mejoró las condiciones de navegación y habitabilidad. Con sus 103,7 metros de eslora, manga de 14,3 metros y una altura de 50 metros, la embarcación de tres palos realiza anualmente los viajes de instrucción para los cadetes de la Armada Argentina, llevando a que estos incorporen las costumbres del mar y las tradiciones de la vida a bordo.
A su vez, cada viaje de la Fragata no solamente impacta en la formación profesional de los cadetes, sino que contribuye a posicionar a la Nación Argentina en cada puerto al que llega con distintas actividades protocolares y culturales.
En las próximas notas exclusivas sobre la navegación en la Fragata Libertad abordaremos algunos detalles de la actividad y la vida a bordo, que se respalda en la importante labor de cada hombre y mujer que con ímpetu realizan sus tareas para que este esplendido buque cumpla con la función que tiene: ser un símbolo argentino en todo el mundo.
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