El titular de la compañía General Atomics Aeronautical Systems Inc (GA-ASI), Linden Blue, recientemente comunicó la intención de la empresa de transferir sus vehículos aéreos de combate no tripulados a un precio simbólico de 1 dólar a Ucrania. La iniciativa propone la cesión de dos drones de entrenamiento que son propiedad de GA-ASI así como algunos de sus equipos complementarios.
Linden Blue expresó en su comunicado que “…durante casi un año, todo el poderío militar ruso ha golpeado -pero no vencido- a las fuerzas ucranianas que luchan por su propia existencia. El mundo ha reaccionado con un apoyo casi unánime a la causa ucraniana, pero esos esfuerzos han pasado por alto una de las tecnologías más obvias y multiplicadoras de fuerza de la guerra moderna: Los sistemas de aeronaves no tripuladas de largo alcance, de detección a distancia y duraderos…”
General Atomics es conocida por contar con extensos antecedentes en el desarrollo y producción de UAV y UCAV, contando actualmente en su cartera de productos con la familia de drones MQ-9 Reaper, MQ-1C Grey Eagle, MQ-20 Avenger y el Mojave.
Los ofrecimientos de GA-ASI para asistir a Ucrania vienen desde hace varios meses, habiendo puesto sobre la mesas ofertas que fueron desde formar a los operadores ucranianos en estos sistemas sin coste alguno, paquetes de opciones flexibles y recomendaciones para la entrega. “…Hemos discutido la situación sin cesar a todos los niveles del gobierno federal estadounidense y con muchos socios internacionales…” añadió el titular de la firma.
La última proposición de la compañía apunta a transferir dos aeronaves de entrenamiento de su propiedad, además de la estación de control en tierra y otros equipos necesarios para operarlos, por el precio simbólico de 1 dólar. También incluye la formación del primer grupo de pilotos y personal técnico, con los costos a ser cubiertos por la firma.
Sin embargo, Blue también aclaró que esta iniciativa deberá contar y ser acompañada por el gobierno de los Estados Unidos, ya que los costes adicionales asociados a la preparación de estas aeronaves para el combate, equipo, transporte, ancho de banda satelital y mano de obra de apoyo adicional están fuera del control de GA-ASI.
“…Teniendo en cuenta que el hardware y la formación son esencialmente gratuitos, la oferta es un trato extraordinario sin condiciones. Todo lo que se requiere es la aprobación del gobierno estadounidense. Nuestro objetivo es ahora, y siempre ha sido, ayudar a las fuerzas armadas ucranianas a defender y proteger sus hogares y familias, y contribuir a poner fin rápidamente a este conflicto antes de que se pierdan más vidas…Hay límites a lo que una empresa de defensa estadounidense puede hacer para apoyar una situación como ésta. Desde nuestro punto de vista, ya es hora de dotar a las fuerzas ucranianas del dominio de la información necesario para ganar esta guerra…” concluyó en su comunicado Linden Blue.
Por el momento, Washington no se ha expresado al respecto del mencionado ofrecimiento pese a que la iniciativa por ceder drones de la familias General Atomics MQ-9 Reaper y MQ-1C Grey Eagle ha sido analizada desde hace varios meses. Uno de los puntos en contra para avanzar con esta propuesta es la complejidad alcanzada en el teatro de operaciones ucraniano, en el cual operan modernos sistemas de defensa antiaérea, cazabombarderos y sistemas de guerra electrónica. Este despliegue ha limitado considerablemente las operaciones de drones más capaces, tanto de la Clase II como Clase III.
Desde el Pentágono consideran que los Reaper y Grey Eagle serían en extremo vulnerables durante sus operaciones en los campos de batalla ucranianos, sumado a que muchos de sus sistemas podrían verse comprometidos en caso de que uno de los drones sea derribado y capturado por fuerzas rusas. La experiencia previa con los Bayraktar TB2 demostró que, pese a los exitosos golpes iniciales dados con los UCAV de origen turco, la situación en el terreno cambió debido a las contramedidas adoptadas por Rusia, limitando la operación de este tipo de plataformas.
Con un nuevo paquete de asistencia militar en ciernes, solo quedará esperar si Washington da luz verde a la iniciativa de General Atomics.
Imagen de portada: USAF – Airman 1st Class William Rio Rosado
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Le siguen proveyendo tecnología de punta en una guerra que la OTAN está perdiendo, para que Rusia los capture, estudie e incorpore las conclusiones a sus futuros desarrollos. La estrategia Rusa de “la rana en la olla caliente” está dándoles resultados y cuando la OTAN se dé cuenta que no puede ganar, los rusos, chinos, coreanos del norte e iraníes (por gentileza de los primeros) tendrán toda la ingeniería a disposición de las armas capturas. Ya pasó con el HIMARS, Rusia capturó el misil y desarrolló nuevo software de detección para sus PANTSIR y sistemas S 300-/400 que le mejoró de forma drástica la interceptación. Le siguen los Leopards y Abrams, y estos drones si los envían.
La única manera de probar la utilidad de las armas es probarlas en un escenario de combate real. Que algunas caigan en manos del enemigo está más que calculado, puedes estar seguro de ello. Y es recíproco, los aliados esperan capturar las del enemigo para estudiarlas a su vez. Y si además puedes hacerlo sin luchar directamente, te tocó la lotería. Así fue cómo se mejoraron los stingers, por ejemplo, usándolos contra las aeronaves soviéticas en Afganistán. Y por último, seguro que los chinos pagarían a los rusos para que usaran sus armas en Ucrania y así probarlas contra las de Occidente.
Edu, OTAN no provee porque son los buenos de la película, están proveyendo porque cada bala que se dispara, cada dron que despega, cada oruga que se pone en marcha, cada rueda que gira es el sonido de una factura imprimiendose, sea cual sea el resultado final de la guerra ucrania va a dejar de ser un país autonomo
Edu la guerra la pierde Rusia que después de un año sigue luchando contra un ejército de segunda fila y no puede con el. Si la OTAN entra en acción con sus tanques y cazas propios los rusos volverán a su país.
Ucrania no podría pagar ni en 200 años lo que está recibiendo, lo gestionan organismos financieros de los países que donan el armamento.