La Armada Española adquirió señuelos -conocidos como chaff, a la compañía alemana Rheinmetall para defender a sus buques de ataques de misiles, por un importe de 800.000 euros. El modelo elegido es el Bullfighter RF/IR, teniendo como misión según detalla el fabricante, proteger a los barcos de los misiles antibuque guiados por frecuencias de radio, e infrarrojos (RF e IR).

El Bullfighter consiste en un contenedor de forma cilíndrica que es disparado desde los lanzadores de señuelos Srboc. Este señuelo genera una sección transversal de radio (KRCSK) gracias a unas tiras de metal contenidas en su interior, que, tras el lanzamiento, generan interferencia en el sistema de guiado del misil.

Detalle del lanzador Mk-36. Créditos: foronaval

También dispara bengalas (contra sistemas infrarrojos) que producen la marca infrarroja típica de un barco, en todas sus longitudes de onda.

El chaff puede utilizarse en la etapa previa al lanzamiento del misil, para intentar distraer al enemigo y evitar la localización de la posición del buque, o bien en la etapa en la que el misil esta en la trayectoria hacia el buque, para perturbar y desviarlo.

Buque de Asalto Anfibio tipo LPD Castilla (L-52) Créditos: Wikipedia

El sistema de lanzamiento de estos chaff es el lanzador de señuelos Mk-36 Super Rapid Bloom Offboard Countermeasure (Srboc, en sus siglas en inglés), se encuentra a bordo de las fragatas F-100, F-80 y los buques anfibios Galicia y Castilla. Este equipo se instala directamente sobre la cubierta, totalizando seis (6) tubos con distintos grados de elevación, de los cuales tres (3) se encuentran orientados a 45ª y los restantes a 60ª, garantizando de esta forma un mayor campo de operación.

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