El “Mindset Digital” propone un escenario cotidiano, donde cualquier usuario digital construye su identidad y percepción de su entorno social en el ciberespacio y su proyección en el diálogo interpersonal frente a frente con otra persona. Sin embargo, no se trata solo de publicar fotos en redes o hacer comentarios impulsivos en blogs o medios de comunicación y manifestar nuestros gustos o preferencias.

En un ejemplo de gran simpleza, podemos observar un jugador de cualquier edad en una consola de videojuego. Mientras el “Gamer” se entretiene, interacciona con otros jugadores pero no sólo jugando, sino  también dialogando de los temas más variados; como puede ser de sus estudios, su intención de comprar un auto,  de mudarse o de lo bien o mal que se encuentra la economía en su país; además en algún momento decide compartir su partida digital en un canal de Youtube, que automáticamente lo comparte en redes sociales o  en espacios de video de otros jugadores. En esta situación graficada, intervienen también otros puntos de recolección de datos, como el televisor SMART donde se encuentra conectada la consola, el teléfono móvil del jugador y de otras personas conectadas a la misma red, y desde luego diferentes elementos de tránsito, relacionados con el movimiento del usuario, por ejemplo si se trasladó posteriormente a un espacio deportivo, de estudios, al trabajo, o alguna reunión de amigos.  En este entorno digital intervienen diferentes herramientas de aplicaciones que sobre todo convertirán la voz en texto y después en pequeñas palabras claves que servirán para el prototipado de un usuario. Protegiendo los datos personales de acuerdo a la ley de cada región, todos los usuarios digitales conforman segmentos que se integran en una “Protopersona”, es decir un destinatario ideal de una marca, un votante, un ciudadano, y en una guerra el destinatario del mensaje para un enemigo o un aliado.

La modificación de conducta

En 2018  el escándalo de Cambridge Analytica  en la campaña política de EEUU anticipaba algunas de las acciones que en los últimos años se han visto en diferentes campañas en todo el mundo. Sin entrar en detalles profundos sobre caso de Cambridge, y a modo de ejemplo, visualicemos una noticia en un diario digital y los diferentes comentarios a favor o en contra sobre el contenido. En la lectura de los comentarios, los lectores digitales construirán una percepción de mayoría o idea predominante en las numerosas expresiones a favor de la nota.  Ahora bien,  quienes opinan en enjambre pueden ser usuarios reales dirigidos con técnicas de marketing de contenidos, pero también pueden ser robots accionando mediante aplicaciones y utilizando perfiles con diferentes estrategias de acción. En ambos casos el objetivo se centra en obtener percepción digital y el nivel de  “agresividad comunicacional” puede crecer en distintos niveles según el escenario. En el conflicto actual de Ucrania observamos numerosas estrategias de construcción de identidad social, terror, victoria y rendición, según el emisor y los diferentes recursos de Inteligencia Artificial y Robótica aplicados a la movilización masiva mediante canales digitales. Recordemos que la robótica en estos aspectos, se refiere a programas informáticos que después de analizar grandes volúmenes de datos accionan mediante IA para construir mensajes de opinión o impacto, previamente configurados.

El periodista de New York Times, Thomas L. Friedman, afirma que “Es la primera guerra que será cubierta por individuos armados con teléfonos inteligentes”. Es decir que la inmediatez con que registramos momentos de amistad, trabajo, reuniones y otros, es un canal directo para el registro de la brutalidad de un conflicto armado. Y en esta realidad, en la comunicación organizada para construir percepciones intervienen robots de Inteligencia Artificial para dirigir estados de ánimo en redes, imágenes  y contenidos multimedia analizando grandes volúmenes de datos, del mismo modo que se organiza una campaña política pero con mayor velocidad e inmediatez.

Según detalla Marc Argemí en el libro Rumores en guerra (A Contravent), donde documenta una recopilación de los rumores que se intercambiaron británicos y alemanes durante la II Guerra Mundial; los británico lograron afectar de manera emocional a los alemanes en determinados periodos de 1941 con la versión de que contaban con un arma que podía incendiar grandes espacios de mar. Un gran mentira que como rumor, se sumó a las tantas técnicas de mensajes para desmoralizar al enemigo.

Seguridad de sistemas y la huella de 2014

En 2014, el enfrentamiento entre Ucrania y Rusia mostraba nuevos recursos en el campo de batalla. En el terreno digital, miles de Smartphone de la población ucraniana eran infectados por virus y aplicaciones rusas; estas acciones entre otras cosas posibilitaron a la estrategia rusa observar en vivo el movimiento de la población en el mapa y de usuarios determinantes en su relación con las fuerzas en el campo de batalla. El envío de la localización de los móviles pertenecientes a soldados ha sido un factor importante en el enfrentamiento de 2014 ya que no se ha necesitado infectar ningún teléfono, solo con las emisiones de los dispositivos se han podido localizar las presencias de soldados y tropas, sin contar con el análisis fotográfico de redes sociales que se realiza después de captar datos mediante técnicas de guerra ciberelectrónica, todo esto para direccionar artillería.

Por otra parte en esta confrontación pudimos ver acciones de psicología social con envíos personalizados en sms o aplicaciones para desmoralizar a militares ucranianos, enviando mensajes con fotos y nombres o referencias a padres, hijos, hermanos y familiares obtenidas de redes sociales.

Desde 2014 a 2022, los ucranianos han mejorado y aprendido de estas experiencias. En la protección digital se han desarrollado numerosas acciones asesorados principalmente desde EEUU, además de reforzar comunicaciones y medios de guerra electrónica que afecten la estructura de comunicaciones civiles, incluyendo cableados entre ciudades.

En el actual escenario que se ha desatado en el conflicto de Ucrania, ambos bandos han demostrado contar con un importante despliegue de recursos cibernéticos cuyo principal objetivo es la denegación o control de servicios.  Diferentes páginas de gobierno en Rusia y diferentes entidades relacionadas con la defensa han visto sus sitios web caer desde el inicio del conflicto y más intensamente desde el 28 de febrero. En información revelada por el sitio nationalinterest.org muchos de estos ataques provienen de sectores de Ucrania, y de diversos grupos de hacking en Europa y EEUU como Anonymus y agrupaciones menores, además de los organismos estatales que no ocultan sus huellas para dejar la firma sobre el origen y capacidad del organismo atacante. Si bien predominan los ataques de DDoS orientados a saturar y denegar servicios de internet, principalmente sitios web y aplicaciones, no se han registrado ataques de mayor magnitud en la denegación de otros servicios, como pueden ser la electricidad y el agua; aunque sí se ha intervenido en el control de Internet. Es decir que más allá de la negación total de servicios, el control de los mismos se plantea como el desafío continuo de los ciberataques.  En el mundo no es la primera vez que mediante el conocimiento de la ingeniería social se busca el control de determinados elementos. En junio de 2020, el sitio israelnoticias.com, informaba sobre el intento de hackers iraníes para envenenar el agua de  Israel. Mediante el hackeo de perfiles de importancia en una planta potabilizadora de agua, como gerentes o ingenieros, se ha buscado tomar el control de determinados sectores puntuales, como intentar modificar la cantidad de cloro para  afectar la salud de una población. Esta acción atribuida a Irán, anticipaba un conjunto de acciones de protección  de datos, que no solo se limita a los existentes en una institución, sino también a los referidos a los perfiles que la componen.  Mediante tratamientos de big data e Inteligencia Artificial, se pueden acelerar los análisis de perfiles y puntos débiles en un software, pero también las herramientas necesarias para la defensa de las estructuras civiles que afectan directamente a la salud y emocionalidad de una población.

La inmediatez y la movilización social

En un contexto de comunicación inmediata, los medios y canales digitales aplican técnicas de otras ciencias para lograr la efectividad deseada en la aplicación de Inteligencia Artificial y robots de intervención social, de este modo la Semiótica, la psicología, la sociología y otros conocimientos cognitivos se hacen presentes en un mensaje que cuenta con un profundo conocimiento sobre el destinatario y la manera en que consume información. En el caso de Ucrania se trata de una región que mantiene desde 2019 el privilegio de ser el cuarto país con la conexión a Internet más barata del mundo según la firma británica de telecomunicaciones Cable.co.uk, y de contar según el Banco Mundial con un acceso del 80% de la población a servicios digitales y el 95% con conectividad móvil. Estos datos no difieren mucho con los que manifiesta CEPAL para la población de Latinoamérica y el Caribe durante 2021.

En el caso de la semiótica con el estudio detallado del “Signo” social, nos encontramos ante recursos que contribuyen a comprender como entiende o decodifican el mensaje determinados usuarios; y como el mensaje impacta en sus relaciones sociales.

En pocas horas de intervención militar en Ucrania, se podían observar en redes como Tik Tok o Instagram a paracaidistas descendiendo en cercanías de Kiev, soldados tomándose Selfies en el avance ruso, y más tarde un sinnúmero de videos sobre el terror de la guerra con cuerpos quemados, blindados destruidos y puentes que han caído. Muchos medios de comunicación tradicional han replicado algunas de estas imágenes en forma constante y adicionado información con verbos imprecisos como habrían, estarían, se encontrarían, etc. Porque la creencia a priori y la comprobación a posteriori sobre la veracidad del mensaje se un contrato tácito con el medio que lo expresa.

En una población temerosa por la proximidad del conflicto y el peligro de perder la vida,  el rumor juega un papel que puede ser determinante en la moral. Si ese mensaje es un video a modo de selfie que evidencia proximidad, decisión y diferentes elementos emocionales en un destinatario preciso, la expansión de boca en boca se convierte en una pesadilla emocional. La selección de datos por medio robots, puede dirigir el mensaje además a los miembros de las fuerzas armadas, donde la moral y el estado de apresto al combate pueden verse afectados si además intervienen variables más precisas, como la destrucción de pueblos o ciudades donde se encuentran familiares o la proximidad de armas y tropas enemigas, aunque esto puede o no ser verdad.

Si durante la segunda guerra mundial, las técnicas de lanzar folletos sobre poblados podían anticipar una rendición, actualmente la inmediatez propone una guerra comunicacional donde la psicología social y otras ciencias han dado paso a la Guerra Cognitiva.

Al igual que en los ejemplos expresados por generación de contenido de tropas rusas, podemos observar un gran despliegue visual en redes sociales y canales digitales sobre la legitimación de la causa por el gobierno de Ucrania y su legitimación. Una acción de legitimación que se expresa en la visualidad de referentes sociales, para motivar a los propios ciudadanos, el presidente utilizando Twitter, la Miss Ucrania Anastasiia Lenna vistiendo uniforme y armas , la diputada Kida Rudik, y los hermanos Vitali y Vladimir Klitschko alistándose y compartiendo imágenes que se vuelven virales en segundos al ser impulsadas por recursos europeos y norteamericanos. El control de las percepciones es un terreno de batalla que puede explicar por qué aún no ha caído la utilización de Internet en todo el país, ya que la seguridad digital y el ataque estratégico de portales e instituciones ocupa otro aspecto de los escenarios de ciberdefensa.

Hacia la tarde del segundo día de enfrentamiento, el control de las redes sociales por parte de Rusia, y el monitoreo e intervención estratégica de Internet se mostraba de manera concerta; si embargo, la aparición de Elon Musk para proveer Internet Satelital a Ucrania, propone un contexto comunicativo donde las potencias ponen en juego recursos que se observan por primera vez de manera masiva y en un conflicto bélico moderno de gran escala.

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Marcelo Cusmai
Director de las Carreras de Lic. en Seguridad Informática, Lic. en Inteligencia Artificial y Robótica de Universidad Siglo 21. Profesor en UTN e Instructor de Ciberdefensa. Es Licenciado en Comunicación Social, Programador en sistemas, y se ha formado en programas de Posgrado como la Maestría en Administración y Aplicaciones Tecnológicas en la empresa, Diplomado en Criminalística y Cibercrimen, Diplomado en Gerenciamiento de Innovación, Perito informático Forense, y QA certificado, entre otras especializaciones. Ha participado en grupos de trabajo y formaciones en Argentina, Chile, Colombia, España, Alemania, Italia y Reino Unido.

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