Se dice que Napoleón comentó que Jomini “traicionó los secretos más íntimos de su estrategia,” lo que le valió el “dudoso título de fundador de la estrategia moderna.”[i] Aún así, su contemporáneo Clausewitz llegó a ser reconocido como “un mayor teórico de la guerra” en comparación.[ii]

Estos teóricos tuvieron diferentes experiencias en la guerra—el éxito de Jomini le llevó a escribir con un tono optimista y favorecer la ofensiva, pero las pérdidas de Clausewitz le llevaron a enfocarse en la fricción y el azar y favorecer la defensa. Otra diferencia fue que Jomini se enfocó en el nivel operacional de la guerra, pero Clausewitz, en el estratégico. Los dos también tuvieron diferentes motivaciones para escribir. Jomini y Clausewitz analizaron los mismos eventos, pero tuvieron diferentes teorías, debido a sus experiencias como ganador o perdedor, enfoque en diferentes niveles de guerra, y motivaciones disimilares para escribir.

Un factor por lo cual estos teóricos desarrollaron diferentes perspectivas sobre los mismos eventos históricos fue sus diferentes experiencias en la guerra; Jomini siempre ganaba, pero Clausewitz perdía. Primero, estas experiencias influyeron la disposición y tono de sus escritos. Las constantes victorias de Jomini, principalmente bajo Napoleón, le llevó a escribir con un tono optimista y a ser prescriptivo en la victoria. Por ejemplo, Jomini afirmó que “si unos pocos militares prejuiciosos” leían su trabajo y aún pensaban que la guerra no tenía principios ni reglas, como él afirmó, él “solo podría compadecerse de ellos” por sus nociones equivocadas.[iii]

Por el contrario, las pérdidas de Clausewitz asociadas principalmente con el ejército ruso contribuyeron a que el azar desempeñara un papel más importante de su teoría. Clausewitz reconoció el caos de la guerra y escribió, “Lástima el soldado que se supone que se arrastra entre estos pedazos de reglas, no lo suficientemente bueno para ser genio, que el genio puede ignorar o reírse.”[iv] Él argumentó que no existen “principios, reglas y métodos que lo abarquen todo” para garantizar la victoria y, como ejemplo, atacó específicamente la confiabilidad de “las ‘líneas interiores’ de Jomini” y afirmó que “nunca han demostrado ser absolutas y efectivas.”[v]

Segundo, estas experiencias llevaron a Jomini a considerar la ofensiva como la posición favorable, pero Clausewitz prefería la defensa. Por ejemplo, Jomini escribió que “para una sola operación, […] la ofensiva es casi siempre ventajosa, particularmente en la estrategia.”[vi] A diferencia de Jomini, Clausewitz argumentó que “la forma defensiva de la guerra es intrínsecamente más fuerte que la ofensiva” en gran parte debido al curso natural de la guerra, la fricción que impide la ofensiva, el tiempo favorece a la defensa y el propósito pasivo de preservación de la defensa.[vii] El alcance de sus enfoques complementó sus experiencias en formar sus tonos.

Otro factor que explica sus diferentes teorías fue que Jomini y Clausewitz se enfocaron en diferentes niveles de guerra, ya que Jomini analizó el operativo mientras que Clausewitz analizó el estratégico. En primer lugar, aunque estudiaron los mismos conflictos, estos estrategas llegaron a opiniones diferentes sobre las relaciones cívico-militares. Jomini escribió que “los gobiernos no deben interferir en las cuestiones militares […] ya que los profesionales militares tienen la educación y la experiencia para tales cuestiones, por lo cual son ellos quienes deben encargarse de estas.”[viii] Clausewitz argumentó lo contrario en su conceptualización de la trinidad paradójica y el “elemento de subordinación” que coloca al comandante del ejército al servicio del gobierno.[ix]

En segundo lugar, este enfoque en diferentes niveles los llevó a llegar a diferentes percepciones de los mismos conflictos, como las lecciones aprendidas de Austerlitz en 1805 que deberían haberse aplicado a otros escenarios. Jomini usó la batalla como un ejemplo de una “retirada operativa” adecuada y exitosa que, según él, debería haberse aplicado en Dresde.[x] Clausewitz, sin embargo, comentó sobre la hábil identificación de Bonaparte de la capital como el centro de gravedad estratégico, lo que llevó al emperador Francisco a hacer la paz en Austerlitz, pero argumentó que el enfoque similar de Napoleón en Moscú lo llevó a su “derrota estratégica.”[xi] Este enfoque explica divergencias en su análisis de las mismas batallas, pero sus diferencias en sus razones para escribir ayudan a explicar sus diferentes tonos.

Un tercer factor que llevó a estos teóricos a diferentes perspectivas fue su motivación para escribir. Primeramente, Jomini escribió una teoría orientada a los sistemas que proporcionó a los militares de aquel tiempo lo que querían—una guía para la victoria.[xii] Jomini afirmó que “los principios de la estrategia son siempre los mismos”[xiii] y contó que varias tácticas, como pequeñas columnas, “siempre han tenido éxito.”[xiv] También escribió con adverbios de frecuencia extremas en cuanto a la manera hacia éxito[xv], lo cual hizo que sus escritos parecieron pontifical en cuanto a la manera de lograr la victoria.

En cambio, el trabajo de Clausewitz tenía otro propósito previsto. Clausewitz explicó que su libro estaba destinado a educar a los oficiales, “pero no a acompañarlos al campo de batalla” como una guía a la victoria en todas las situaciones.[xvi] Él reconoció la falibilidad de la evolución de la teoría y no buscaba dar todas las respuestas a la guerra, ni creía que fuera posible hacerlo. A diferencia de Jomini, Clausewitz dijo que “hay ocasiones en las que nada se probará con una docena de ejemplos” porque él siempre podría proveer evidencias en contra de cualquier conclusión sobre una regla de guerra que un oficial había justificado en algunos ejemplos históricos.[xvii]

En segundo lugar, Jomini buscó construir su reputación mientras estaba en el servicio, mientras que Clausewitz no le hizo caso y registró sus reflexiones después de una carrera de servicio militar. Jomini escribió sobre sí mismo e incluso argumentó que cuando su fuerza, en ausencia de Napoleón, sufrió una derrota devastadora en Dresde, habrían evitado la derrota si el liderazgo hubiera seguido su consejo de una retirada. Jomini hizo referencia a la retirada operativa de Napoleón en Wischau hacia Brunn (antes de Austerlitz) y la retirada de Wellington de Quatre-Bras a Waterloo, y afirmó que “esto es lo que [él] propuso hacer antes del ataque en Dresde,” pero en lugar de eso, “una idea equivocada del honor impedía un movimiento retrógrado sin lucha que habría sido el medio de evitar la catástrofe de ese día siguiente.”[xviii]

En cambio, el tono de Clausewitz lleva más humildad e introspección sincera que muestran una búsqueda para razones explicando porque su lado perdió en muchas batallas. Por ejemplo, él luchó en el lado ruso contra los franceses en la batalla de Großgörschen, pero en vez de escribir sobre su propia experiencia (como Jomini hizo en Dresde), Clausewitz analizó las razones de su derrota y el papel de la caballería en salvar a su fuerza de destrucción completa.[xix] Sus palabras también expresan modestia en cómo analizó eventos históricos. Explicó al lector que su libro no contenía todas las respuestas de la guerra[xx], listó las suposiciones que hizo en cada caso para reconocer parcialidad o faltas de conocimiento y puso referencias a batallas que él había perdido. Estas observaciones llevan lecciones importantes para militares de hoy.

Una lección importante para profesionales militares de hoy es que muchos de los principios que ambos teóricos han mencionado siguen aplicables. Aunque ha avanzado la tecnología y han cambiado las circunstancias geopolíticas, hay consideraciones como el azar que siempre tendrá un papel en la guerra. Los líderes que estudian y aplican los libros de estos teóricos tendrán ventajas en la guerra.

Otra lección es que el optimismo puede llevar a los militares a cometer falacias en su búsqueda para una guía hacia la victoria. El historiador Lawrence Freedman escribió que en lugar de reconocer que los principios que predicaba no garantizaban la victoria, Jomini “no probó los casos históricos que no se ajustaban a sus preceptos.”[xxi] Así, los militares pueden repetir las falacias de Jomini, brindando la veracidad de una cita de un general alemán: “es bien sabido que la historia militar, cuando se estudia superficialmente, proporcionará argumentos en apoyo de cualquier teoría u opinión.”[xxii]

En conclusión, aunque Jomini y Clausewitz analizaron los mismos eventos, desarrollaron diferentes teorías por cuenta de sus experiencias contrastantes en la guerra, énfasis en diferentes niveles de guerra, y desemejantes razones para publicar sus ideas. Los éxitos de Jomini le guiaron a escribir con un tono optimista y una preferencia para la ofensiva, mientras que Clausewitz era pesimista y dio más énfasis al azar. Jomini se enfocó en el nivel operacional, pero Clausewitz, en la estratégica. Mientras que Jomini escribió para mejorar su reputación durante su servicio militar, Clausewitz escribió después de su carrera para compartir lecciones aprendidas. Los profesionales militares de hoy deben considerar ambas narrativas, como siguen siendo relevante a pesar de que factores que han cambiado. Además, militares de hoy siguen vulnerables a cometer las falacias al buscar principios de la guerra que siempre aplican.


[i] Lawrence Freedman, Strategy: A History (Estratégia: Una Historia) (Oxford: Oxford University Press, 2013), 83-84.

[ii] Freedman, Strategy: A History (Estratégia: Una Historia), 85.

[iii] Barón de Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra), traducido del francés por el Capitán G. H. Mendell y el Teniente W. P. Craighill (Westport, CT: Greenwood Press, 1992), publicado por primera vez en 1862 por J. B. Lippincott & Co, 273.

[iv] Carl von Clausewitz, On War (De La Guerra), editado por Michael Eliot Howard y Peter Paret (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1989), 136.

[v] Clausewitz, On War (De La Guerra), 516.

[vi] Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra), 246.

[vii] Clausewitz, On War (De La Guerra), 358.

[viii] Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra), 188.

[ix] Clausewitz, On War (De La Guerra), 89.

[x] Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra), 259.

[xi] Clausewitz, On War (De La Guerra), 166.

[xii] George Fust, “Clausewitz is from Mars, Jomini is from Venus: Why Context Matters in Military Theory (Clausewitz es de Marte, Jomini es de Venus: por qué el contexto es importante en la teoría militar),” Modern War Institute at West Point, 30 de diciembre de 2020, https://mwi.usma.edu/clausewitz-is-from-mars-jomini-is-from-venus-why-context-matters-in-military-theory/.

[xiii] Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra), 18.

[xiv] Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra), 298.

[xv] Algunos ejemplos incluyen “el primer paso para asegurar el éxito será” (p. 24); “si el éxito es posible en una guerra de este tipo, es muy probable que el siguiente curso general lo asegure […]” (p. 32); y “proporcionar una base, así como todos los medios materiales necesarios para garantizar el éxito de la empresa,” todo de Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra).

[xvi] Clausewitz, On War (De La Guerra), 141.

[xvii]  Clausewitz, On War (De La Guerra), 170 y 172-173, como citado en Jay Luvaas, “Military History: Is It Still Practicable? (Historia militar: ¿es todavía practicable?),” Parameters 12 (marzo 1982): 2-14, 4.

[xviii] Jomini, Summary of the Art of War (Resumen del Arte de la Guerra), 259.

[xix] Sobre esto, vease Clausewitz, On War (De La Guerra), 266.

[xx] Clausewitz, On War (De La Guerra), 141.

[xxi] Freedman, Strategy: A History (Estratégia: Una Historia), 28.

[xxii] Príncipe Kraft zu Hohenlohe-Ingelfingen, Letters on Artillery (Cartas de la artillería) , 2d ed. (London: Edward Stanford, 1890), 108, como citado en Luvaas, “Military History: Is It Still Practicable? (Historia militar: ¿es todavía practicable?),” 2.

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Matthew A. Hughes
Matthew A. Hughes es un estudiante del Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica (WHINSEC) en Fuerte Benning, Georgia. Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen únicamente al autor y no reflejan la posición oficial del Ejército de los EEUU, el Departamento de Defensa (DOD) o el gobierno de los EEUU. Además, la aparición de hipervínculos no constituye un respaldo por parte del Ejército de los EEUU, el DOD o el gobierno de los EEUU de los sitios de referencia o la información, productos o servicios contenidos en ellos.

4 COMENTARIOS

  1. En estrategia todo es discutible y ni Clausewitz ni Jomini tienen la razón absoluta, en la batalla de Waterloo Napoleón tenía 50.000 soldados menos que los aliados, al final perdió la batalla por poco, sin embargo el cuerpo de ejército del Mariscal Grouchy con 35.000 soldados jamás fue derrotado, venció a los Prusianos en Ligny y no pudo regresar a tiempo a Waterloo, después derrotó de nuevo a los Prusianos en Namur, y entró en Francia sin conocer la derrota y se reunió en París con el Emperador que llegó antes escoltado por su Guardia Imperial.

  2. La historia de la guerra está plagada de ejemplos de cosas “que no deberían haber sucedido” pero lo hicieron. Recordar la victoria inglesa en la batalla de Calatrava durante la guerra de Crimea

    • Y la planificación y la estrategia a veces no sirve de nada, los Británicos sufrieron una terrible derrota en la Península de Gallipoli en Turquía, con muchos desembarcos fallidos y combates que duraron meses, y con un costo de 46.000 bajas mortales, hasta Winston Churchill tuvo que dimitir.

  3. Me parece un buen artículo, interesante, de plena vigencia. ¿Ataque o defensa?. El mayor conflicto bélico que sufrió la humanidad en toda su historia, hasta el día de hoy, fue la Gran Guerra Patriótica. La Wehrmacht parecía guiarse por Jomini y obtuvo enormes triunfos iniciales. El Ejército Rojo se guiaba por von Clausewitz, quién hizo escuela en las filas marxistas. El resultado fue que los rusos ocuparon Berlín.

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