Foto: Facundo Pannero

En el marco del esfuerzo operacional que viene desarrollando la Fuerza Aérea Argentina para brindar apoyo logístico ante el embate del coronavirus, se viene avanzando en trabajos para poner en servicio una mayor cantidad de medios aéreos a disposición. A raíz de esto, el Fokker F-28 matricula TC-53 se encuentra actualmente siendo recorrido con el objetivo de ponerlo en servicio en el corto plazo.

Zona Militar se puso en contacto con la institución y quien brindó un panorama sobre los trabajos sobre el sistema F-28 fué el Brigadier Pablo Solé, Subdirector General de Material de la Fuerza Aérea Argentina.

Consultado sobre el estado del sistema F-28 en la Argentina, confirmó que los trabajos se vienen realizando desde hace dos semanas en Palomar. Allí, personal técnico de la Fuerza Aérea junto a personal de calidad de la Fabrica Argentina de Aviones (FAdeA) avanzan en el ciclo mayor del avión, denominado D Check, que incluye remoción de pintura y distintas partes estructurales del fuselaje para realizar una inspección total de la aeronave. A su vez, se le realizará un control funcional a los distintos componentes y sistemas para proceder a su reparación o recambio.

Los trabajos actuales sobre el TC-53 en las instalaciones de la Fuerza en El Palomar se realizan con soporte oficial y guía de Fokker Services B.V. en conjunto con personal de FAdeA, quien tiene habilitación para liberar finalmente la aeronave.

El ciclo de mantenimiento mayor sobre el segundo Fokker demoraría entre 7 y 8 meses, estimando que la entrega para su puesta en servicio se haga alrededor de noviembre o diciembre del presente año.

La vuelta a la vida del sistema F-28

A mitad del 2019 y tras una serie de novedades estructurales en el TC-53, el sistema Fokker F-28 en la Argentina terminó siendo radiado de servicio. Observando el contexto argentino y la dificultad para avanzar en el reemplazo del sistema por uno moderno, la Fuerza Aerea Argentina se dispuso en recuperar la capacidad de transporte mediano seleccionando una unidad que no volaba hacia un año, el TC-52.

Tras renovar un contrato con la Fokker Services B.V. y consolidar la capacidad de hacerse con elementos como rotables tambien en el mercado local, la institución acordó con FAdeA retornar al servicio una aeronave. En ese caso se pactó formar un equipo conjunto entre personal de la fabrica de aviones y mano de obra de la propia Fuerza a utilizarse directamente en las instalaciones de El Palomar.

Realizandole un Check 2C que duró unos cuatro meses, se reincorporó la unidad y se llevó a dotar de capacidad al personal técnico que posee la I Brigada Aérea. En palabras de la propia Fuerza, el proyecto ha generado “orgullo y satisfacción” por el impacto que se observa actualmente en el contexto del coronavirus.

Es sustancial reconocer que el trabajo exitoso y que marcó un hito para la Fuerza, ha llevado a que la orgánica logística del país pueda hacer uso de las capacidades del F-28 en el envío de material sanitario, como respiradores y material descartable a las distintas provincias. Desde el brote pandémico, el TC-52 no deja de mostrarse activo y ha resultado imprescindible en el traslado de material y personal.

Consultada la Fuerza sobre si se planea poner en servicio mas aeronaves preservadas, la respuesta fué “no lo descartamos”.

Imagen de portada: Facundo Fernández.

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3 COMENTARIOS

  1. Otro buen ejemplo de las capacidades tecnicas , tanto de la Fuerza Aerea Argentina como del personal de FADEA.En las crisis se ve que aprovechando al máximo las distintas sinergias , podemos avanzar con los pocos medios que disponemos.Ya vendran tiempos en que se puedan reponer las capacidades perdidas con mayores presupuestos .Pero el honor de haber extremado todos los recursos, ingenios, capacidades humanas y tecnicas no se lo podran quitar nunca a este valioso personal tecnico .Vaya para ellos cordial saludo.

  2. Los gobiernos se acuerdan que tienen fuerzas armadas cuando las necesitan. Nuestra falta de previsión, primero es cultural (vivimos al día, somos incapaces de proyectarnos, llevamos una cultura de selva), ideológica (pensamos que as fuerzas armadas son intrinsecamente malas) y por último, presupuestaria (no sabemos y no queremos hacer más efectivo el gasto público).

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