Lockheed Martin cerró el año calendario 2019 con USD 2.35 mil millones con cinco nuevos contratos para el programa F-35. El F-35 Lightning II Joint Strike Fighter, un avión de combate multirol furtivo utilizado por la Fuerza Aérea, la Armada y el Cuerpo de Marines de los EE. UU., es considerado el avión de combate más avanzado del mundo, así como un conductor notable del aumento presupuestario del Pentágono.
El contrato más grande en la lista del Departamento de Defensa de los EE.UU., por USD 1.93 mil millones, financia servicios logísticos recurrentes, incluidos el mantenimiento en tierra y la gestión de la cadena de suministro, para los F-35 en la Fuerza Aérea, el Cuerpo de Marines, la Armada y los clientes bajo el programa Ventas Militares Extranjeros.
Un segundo contrato, por USD 172.2 millones, financia la adquisición de materiales para 28 lotes de 15 aviones F-35 para la Marina y el Cuerpo de Marines.
Un tercer contrato proporcionó USD 98.9 millones en fondos para un acuerdo de pedido emitido previamente para sistemas de sensores de próxima generación para todas las variantes del avión F-35 para la Marina, el Cuerpo de Marines, la Fuerza Aérea y los participantes que no pertenecen al Departamento de Defensa.
Asimismo, el lunes pasado, Lockheed Martin anunció que había entregado su avión de combate F-35 número 134, superando su objetivo de 131 unidades para el año 2019.
Por otro lado, un informe del Pentágono dado a conocer en agosto, informaba que el costo del programa F-35 había aumentado en USD 25 mil millones en 2018, y fue el principal impulsor de un aumento del 4 por ciento en el presupuesto del Pentágono ese año. Ese aumento se atribuyó a mejoras en los aviones, con mayores gastos en el despliegue de los aviones y costos asociados, que incluye la modificación de los aviones para portar armas nucleares.
El costo del programa continuó aumentando durante el 2019 lo cual generó malestar en el Congreso de los EE.UU. y entre algunos clientes extranjeros, quienes optaron por buscar otra alternativa al avión de combate estadounidense por considerarlo excesivamente costoso. Sin embargo, la compañía considera que el cierre del 2019 fue beneficioso para el programa F-35.
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