En una ceremonia realizada en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves (29.08.2019) la puesta en marcha de un nuevo comando de las Fuerzas Armadas, cuya misión será proteger los intereses de su país en el espacio, un dominio considerado cada vez más reñido ante el creciente interés de sus dos mayores adversarios: China y Rusia.

“El Comando Espacial defenderá los intereses vitales de Estados Unidos en el espacio, que es el campo de batalla del futuro. Creo que resulta obvio, todo depende del espacio”, sostuvo Trump en el acto, donde también participó el secretario de Defensa, Mark Esper. “Ahora vamos a tratar el espacio como una región independiente con un nuevo comando de combate geográfico unificado. El establecimiento de este 11º comando de combate es un momento histórico”, agregó.

Este nuevo mando va a supervisar los satélites y las aeronaves de gran altura como un terreno de combate con un rango equivalente al que tienen centros de comando de EE.UU. en Oriente Medio o en el Pacífico. “Spacecom va a asegurarnos que la supremacía de EE. UU. en el espacio nunca sea cuestionada ni amenazada”, agregó el mandatario. “Al igual que la tierra, el mar, el aire y el ciberespacio, ahora vemos el espacio como un nuevo escenario de guerra”, dijo el comandante en jefe.

“Único” objetivo: velar por la seguridad

En la ceremonia también se dio a conocer el nombre de quién estará al frente del nuevo comando. Se trata del general de la Fuerza Aérea John Raymond. “Cabe preguntarse qué diferencia existe entre este nuevo Comando Espacial y aquel que existió entre 1955 y 2002; pues bien, el Comando Espacial de hoy en día comparte el nombre con el original, pero está diseñado para un entorno estratégico muy diferente”, explicó Raymond.

El general detalló que el Space Command operará como un “comando geográfico” cuyo “único” objetivo será velar por la seguridad de los intereses estadounidenses y de sus aliados en el cosmos. El Comando Espacial contará con cinco centros de operaciones, una plantilla de 287 funcionarios y un presupuesto de 83,8 millones de dólares.

La creación de este nuevo puesto de mando en estos momentos, dijo Raymond, obedece a la creciente amenaza que representan China y Rusia, dos de los mayores enemigos de EE.UU., que en los últimos años han desarrollado herramientas capaces de bloquear las comunicaciones en el cosmos o de derribar satélites desde la superficie terrestre.

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