Últimamente, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia han aumentado. Una de las principales causas fue el abandono del tratado INF (Tratado Sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio) por parte de EE. UU. y seguido de Rusia. Este fue firmado en 1987 y pretendía la eliminación de misiles balísticos y de crucero nucleares y convencionales de medio y largo alcance ubicados en bases militares de Europa Occidental y Oriental. A pesar de ello, a fines del 2018 y principios de este mismo año, EE. UU. acusó a Rusia del incumplimiento del tratado por el desarrollo de misiles como el Novator 9M729, que tendría un alcance de 3000 kilómetros y tendría la capacidad de hacer contacto con Europa en pocos minutos. Pero el ministro de Exteriores de Rusia afirma que el misil solo tiene un alcance de 10 kilómetros, por lo que el tratado no se habría violado. Seguido a esta inculpación, Rusia también acusó a EE. UU. de no cumplir con el tratado.  Aseguran que los sistemas antimisiles instalados en Rumania con el sistema Aegis Ashore pueden ser reemplazados en los lanzamientos por misiles de medio alcance. Por otro lado, los sistemas aéreos no tripulados desarrollados por EE. UU. tienen una capacidad de carga y alcance similares a la de un misil. Estas mutuas acusaciones finalizaron en la salida de ambas partes del tratado.   

Sin embargo, esta semana, el 17 y 18 de julio, representantes de ambos países se encontrarán para discutir un nuevo tratado de control de armas en Ginebra, Suiza. La delegación de Estados Unidos será encabezada por el subsecretario de Estado, John Sullivan, junto con representantes del Consejo de Seguridad Nacional y el Pentágono. Asimismo, la delegación rusa será dirigida por el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov.

Se prevé que la conversación no girara en torno a la extensión del tratado Nuevo START. El Nuevo START (tratado de reducción de armas estratégicas) fue firmado en 2010 por EE. UU. y Rusia, es el único tratado vigente entre las dos potencias para limitar el armamento nuclear y expirará en 2021. Mientras que el gobierno ruso está interesado en comenzar conversaciones para extender su vigencia, a EE. UU. le parece que es un tanto anticuado sostener un tratado bilateral que sigue manteniendo el orden mundial de la Guerra Fría. Es fundamental tener en cuenta a una tercera superpotencia, China, que está teniendo un papel central en materia militar. Tiene armas nucleares, misiles balísticos y la posibilidad de desarrollar armas químicas, y, si bien ha firmado acuerdos de control de armas, todavía no firmó ninguno referido al control y limitación del arsenal nuclear. De esta manera, EE. UU. quiere hacer el intento de introducir a China para la negociación de un nuevo tratado trilateral que abarque a todos los tipos de armas nucleares. La idea fue expuesta por Trump a Putin y Xi Jinping en la cumbre del G20 en Osaka, Japón, pero solo Rusia demostró interés por el acuerdo, China no. El Ministro de Relaciones Exteriores de China explicó que el país no está dispuesto a unirse a estas negociaciones. No obstante, según la Arms Control Assosiation de EE. UU., ambos Rusia y Estados Unidos siguen teniendo posesión del 90% de armas nucleares del mundo, pero se estima que dentro de una década China tendrá el doble de arsenal nuclear del que posee actualmente. Si bien China no formará parte del evento, será unos de los principales tópicos de conversación.

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