El pasado 9 de julio, el Comandante del US SOUTHCOM Almirante Craig S Faller expuso ante el “Subcomité sobre Amenazas y Capacidades Emergentes” la necesidad de que los EEUU refuercen su presencia en América del Sur atento la competencia que resulta la creciente presencia de China, Rusia e Irán. También recalcó que en paralelo se debe hacer frente a las organizaciones criminales transnacionales, las cuales representan un medio de desestabilización para naciones aliadas y un riesgo para la seguridad nacional de los EEUU.

Faller, de visita recientemente por Argentina y Chile, hizo hincapié en los buenos resultados que se obtienen con las visitas de alto perfil, la realización de ejercicios multinacionales con presencia visible en los Estados Unidos (UNITAS 2019 por ejemplo) y con los diversos niveles de cooperación en materia de seguridad, capacitación y creación de capacidad con las naciones aliadas, destacando los programas de asistencia de seguridad del Departamento de Estado, como Educación y Capacitación Militar Internacional (IMET) y Financiación Militar Extranjera (FMF).

En lo que refiere a medios, el portal Defense News hizo eco de las palabras del Almirante Faller al referirse sobre el futuro despliegue de un buque de la tipo LCS (Littoral Combat Ship) en el mes de octubre. Pese a que no se determinó cuál será la unidad, el sabido que el Pentágono ha presionado durante meses para que la US Navy cuente con mayor presencia de medios navales con el objetivo de endurecer la lucha contra el narcotráfico. Tal como lo expresa su designación, los LCS son buques diseñados para el combate en aguas próximas a la costa. Relativamente baratos de operar y de poco desplazamiento en comparación con los destructores y cruceros norteamericanos) el programa LCS no ha estado exento de polémicas debido a inconvenientes técnicos e incógnitas en cuanto a sus capacidades y supervivencia.

Los Littoral Combat Ship están constituidos por dos clases: El diseño monocasco LCS-1 denominado clase “Freedom”, desarrollado por Lockheed y contruido en los astilleros de Fincantieri/Marinette. Y el trimarán LCS-2 clase “Independence” , el cual fue diseñado por General Dynamics y que actualmente se construyen en los astilleros de Austal. Ambos buques rondan las 3000 toneladas de desplazamiento a plena carga, contando con la posibilidad de ser configurados con Paquetes Modulares de Misión según los requerimientos. Estos paquetes pueden ser del tipo Guerra Anti-Submarina, Guerra Anti-Superficie o Desminado. Como armamento estandarizado para ambas clases disponen de un cañón Mk 110 de 57mm, un lanzador de misiles RIM-116 RAM y ametralladoras M-2 12.7mm, pudiendo embarcar un helicóptero MH-60R/S Sehawk o los UAV de la familia Fire Scout. En total, la US Navy ha ordenado 35 LCS, incluidos los tres para el año fiscal 2019.

P-8A Poseidon.

Faller también mencionó la necesidad de contar con medios adicionales para misiones de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento, entrando en esta categoría un gran número de aeronaves y Vehículos Aéreos No Tripulados, siendo lo más probable que la US Navy refuerce la presencia de P-8 Poseidon o P-3C Orion en sus Cooperative Security Locations que dispone en Centroamérica y en el Caribe: Comalapa (El Salvador) y Aruba-Curaçao (Antillas holandesas).

Imágenes: US Navy.

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