Ministerio de Defensa Argentina
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Se acercan las PASO y como no podría ser de otra manera la Defensa Nacional brilla por su ausencia dentro de las distintas propuestas de gobierno de las principales fuerzas políticas de la Argentina. El espacio que vela por la salvaguarda de los intereses de la Nación se mantiene cautivo de un silencio desolador mientras las dificultades por las que atraviesan otros temas de relevancia ocupan las primeras planas de todos los medios de gran alcance.

En un contexto ideal para avanzar con el debate de lo que hay o lo que sucede dentro de las dependencias del Edificio Libertador y en misma medida en los distintos cuarteles del país, muy pocas propuestas son deslizadas por los referentes tanto del oficialismo como de la oposición. El minúsculo debate ronda actualmente entre una continuidad automática de la gestión actual, sin mucho esmero por devolverle fuerza a un instrumento militar derruido, y un sector opositor que no dista demasiado en profundidad sobre los ejes programáticos de la política oficial actual. Llamativo.

Cuando hablamos de grieta abordamos el abismo que divide dos posiciones, físicas u ontológicas y que estiman una supina dificultad para ser reunidas. En el caso de la Defensa Nacional no existen puentes, solo posiciones impermeables dedicadas a marcar mas un ego partidario o incluso personalista (por parte de grupos de referentes académicos y profesionales defensores a ultranza del modelo actual o pasado) que a generar estímulos prácticos para cambiar el rumbo de colisión al que va inevitablemente nuestra defensa.

Las posiciones opositoras solamente se paran en un vetusto y bastardeado control civil como su caballo de batalla de política publica, descontando volver a hacer pura política militar y nula política de defensa. Por el otro lado, mantener su microgestión que contempla (o que minimamente deja) convertir al instrumento militar en una suerte de fuerza rapida dedicada a misiones subsidiarias.

La Defensa Nacional queda presa de un recorte de su concepto. Nacional pero sin Defensa para un sector, con recelos absurdos permanentes sobre la profesión militar. Por otro lado Defensa, pero no Nacional, atendiendo preceptos globalistas ingenuos e imposiciones de modas que desintegran la noción de soberanía y travisten la misión principal de las fuerzas para ser agradables al exterior.

Sin duda se necesita avanzar en cuestiones superadoras e integradoras de lo mejor que tengan las distintas posturas, pero nunca descartando la naturaleza misma de una fuerza armada nacional. Han pasado ya 36 años desde el retorno a la democracia y con esfuerzos contados con una mano, la tendencia degradante de nuestra defensa se mantiene pase quien pase por el sillón de Rivadavia.

¿Hay lugar para la Defensa Nacional en esta nueva moda de debatir decálogos de buenas intenciones transpartidarios? ¿Se podrá avanzar en un consenso profundo que asegure un compromiso de las fuerzas políticas mayoritarias sobre lineamientos estratégicos que se cumplan a largo plazo?

Sea quien sea el ganador en octubre, la cuestión de la defensa debe ponerse en la mesa de discusión nuevamente. No ya para volver a barajar, sino para reunir y acercar posturas agrietadas. Para volver a hablar de asuntos militares sin que sea tabú para los partidos, y por sobre todo, para que la Defensa vuelva a ser nacional, tal como es en los países mas serios del mundo.

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4 COMENTARIOS

  1. Creo que ningún gobierno a querido ni a tenido intención de rearmar a nuestras obsoletas FFAA siempre guiados por trasnochados sin conocimiento en la materia como siempre sucedió en el país. Por otra parte tampoco an logrado potenciar la educación, la salud y la justicia pilares básicos y elementales a la hora de intentar ser una nación verdadera y no un circo lleno de payasos oportunistas. El único lugar que aún guarda lo poco que queda de dignidad y de sentido de patria está guardado en los grados medio y bajos de las fuerzas armadas y de seguridad. Los únicos que juntos a sus familias atesoran lo que queda de amor a Dios,patria y familia.ruego a Dios nuestro señor para que toqué el corazón de aquel que será el nuevo guía de la patria. Que lo ilumine para sacarnos de esta situación y de esta República bananera.

  2. Felizmente Mansilla, la compra últimamente de 4 guardacostas oceánicos y la adquisición de los 5 Super Etendard M-que algunos tontitos tildan de fierros viejos – más las 4 patrulleras fluviales israelíes, podrían estar marcando un cambio de rumbo incipiente en materia de re equipamiento militar.

  3. No puedo dejar de estar más de acuerdo con los conceptos vertidos por Mariano es esta nota. Con respecto a las opiniones no creo que el cambio pueda ser llevado a cabo por la intensión de ningún ejecutivo. El cambio debería plasmarse desde el congreso. Allí están nuestros representantes y son ellos los que deben realizar el cambio, por más que algún Bolsonaro pudiere eventualmente ocupar el sillón presidencial. Hay que luchar para cambiar la mentalidad. Somos nosotros, los habitantes no militares pero que comprendemos y nos compenetramos con la realidad quienes debemos cambiar la historia, no los políticos “bananeros” como bien dice Mario, que llegan a la política para quedarse y vivir toda su vida de ella; entonces ésta se convierte no en una fuente de orgullo personal por haber servido a la nación, si no en su fuente de ingresos personales y entones la nación pasa a servir al individuo. Hablando de la grieta tal como lo plantea Mariano, quizá los que no somos políticos ni vivimos de la nación pero la amamos, deberíamos empezar a cambiar la historia. Formemos grupos de presión para llevar conciencia al congreso de la peligrosidad que implica la indefensión. Miremos más que veamos a quienes votemos en las próximas elecciones. Los políticos argentinos de todos los partidos (si es que quedan ideologías) se han sacado de encima el asunto de la defensa y lo postergan para alguna etapa futura en que el país se encuentre en condiciones de afrontar “gastos de defensa”. Ambas posiciones de la brecha política (M/CFK) no tienen en cartera ninguna opción ni presente ni futura. Quizá la opción de los moderados (AF, o lo que surja de ella) sea más viable para encontrar caminos que nos permitan ser escuchados y logren conciencia de la realidad. Argentina Está “en guerra abierta” en tres “guerras sin armas” simultáneamente, y en las tres estamos perdiendo. La primera es contra los depredadores de nuestras riquezas marítimas; la segunda es contra los contrabandistas y narcotraficantes en nuestras fronteras norteñas, y la tercera es una guerra diplomática con Gran Bretaña. No es lugar para analizar ninguna de ellas, pero resulta evidente que estamos siendo perjudicados enormemente en todas esas áreas… Argentina necesita imperativamente una ley de defensa moderna y nacionalista que tenga objetivos nacionales claros, precisos y sostenibles en el tiempo, que no dependa de los caprichos de quien detente el poder de turno. Esta necesidad sólo puede satisfacerla el congreso, y en el congreso están los políticos. Allí hay que ir a buscar respuestas. Ánimo!

    • Estimado Fer, gracias por tu aporte. Tus palabras son mas que constructivas. Es la intención de este grupo editorial colaborar para que los asuntos de defensa se posicionen como ámbito estratégico imperativo en el arco político argentino.

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