La nación centroamericana de Costa Rica no opera fuerzas armadas, pero sus Fuerzas Públicas están emergiendo en una entidad policial competente y bien equipada. Si bien su tarea principal es la aplicación de la ley, las Fuerzas Públicas operan patrullas fronterizas, unidades aéreas y navales.

El brazo del Servicio Nacional de Guardacostas de las Fuerzas Públicas recibió recientemente un gran impulso con la transferencia de dos patrulleros de clase Island en 2018. Estos dos barcos, aunque antiguos, aumentarán enormemente las capacidades de la pequeña Guardia Costera.

Los barcos patrulleros, al servicio de los EE. UU., fueron algunos de los buques más prolíficos y más utilizados en la Guardia Costera de los EE. UU. En el servicio de Costa Rica, la clase ahora se conoce como la clase Libertador y las embarcaciones pasaron a llamarse Juan Rafael Mora Porras y General José María Cañas Escamilla.

Las tripulaciones costarricenses realizaron un extenso programa de capacitación de tres meses para permitirles operar y mantener las embarcaciones, lo que jugará un papel fundamental para detener el flujo de narcóticos al país.

De hecho, en 2018, Gustavo Mata Vega, ministro de seguridad pública de Costa Rica, señaló que estos dos barcos patrulleros serán cruciales para cortar lo que él llamó el “tsunami de cocaína” que podría traer hasta 3,300 toneladas de droga a través del país en 2018.

Alentada por esta transferencia exitosa, un tercer barco de clase Island también está destinado a ser transferido a Costa Rica en un futuro cercano.

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