PROSUB
Imagen cortesía de la Marina de Brasil

Brasil inició en el 2008, como parte de su Estrategia Nacional de Defensa, el Programa de Desarrollo de Submarinos (PROSUB). El mismo implica la producción de cuatro submarinos convencionales y un submarino nuclear.

Recientemente la Marina de Brasil botó el “Riachuelo” (S-40), el primero del programa PROSUB. Posteriormente, se botaría el Humaitá (S-41), el Tonelero (S-42), y el Angostura (S-43) y finalmente el submarino nuclear “Álvaro Alberto”, todo un game-changer en la región.

El proyecto fue iniciado por Lula Da Silva, pero con las idas y venidas, de una situación política y económica inestable, el proyecto se fue retrasando. Sin embargo, con la llegada al poder de Michel Temer, el programa volvió a latir con fuerza, anunciando la puesta en marcha del primer submarino con propulsión nuclear de la región para el año 2029 o 2030. Hecho que sin duda, no puede pasar desapercibido entre los vecinos del sur, ni entre las potencias mundiales.

No obstante, existe un detalle que no es menor. Brasil sería el primer país a nivel regional, en poseer un submarino nuclear de ataque con un fuerte uso disuasivo. Aunque su estatus de submarino nuclear no implica que porte armas nucleares, el uso de esta tecnologia dentro de su instrumento militar podría generar dudas en la región.

Entonces, ¿cuál sería el interés de poseer un submarino nuclear sin armas nucleares?

La ventaja radica en el rendimiento del submarino, puesto que a diferencia de los submarinos convencionales impulsados por motores diésel-eléctricos, la propulsión nuclear no necesita aire, lo cual remueve la necesidad del submarino de emerger con frecuencia, como sucede con los submarinos convencionales que necesitan salir a la superficie, con cierta frecuencia, para recargar sus baterías. A su vez, un reactor nuclear permite al submarino alcanzar una mayor velocidad durante largos períodos de tiempo. En conclusión, un submarino nuclear posee mayor autonomía que uno de tipo convencional, lo cual le permite planificar su estrategia de vigilancia marítima desde una posición aventajada.

Por su parte, Brasil plantea que, en una extensión con dimensiones continentales de 8500 km de costa rica en recursos naturales, que acoge el 95% de las exportaciones e importaciones del comercio derivado de la pesca, y que a su vez, alberga un 90% en reservas de petróleo, supone una zona sensible que requiere de estrategias de protección para las actuales y futuras amenazas.

Así, lo manifestó la misma Marina de Brasil cuando dijo que, como consecuencia, “la posesión de este medio naval garantizará a Brasil innegables capacidades de disuasión y de negación del uso en el mar; por su gran movilidad y autonomía, el submarino con propulsión nuclear es el medio capaz de monitorear las áreas marítimas distantes, condición que se adecua a los intereses brasileños de proteger su enorme plataforma continental y disuadir intenciones hostiles”.

Para proteger su plataforma marítima, Brasil invirtió en el proyecto PROSUB, 30.000 millones de reales, más de 8.000 millones de dólares, y espera con el mismo, poder proteger el litoral marítimo y brindar seguridad al Atlántico Sur.

El submarino nuclear Álvaro Alberto, podrá permanecer sumergido durante varios meses, y a su vez tendrá la capacidad de alcanzar una velocidad de 35 nudos, unos 65 kilómetros por horas.

Brasil ahora juega con los grandes 

De concluir el proyecto, Brasil se posicionaría en un nivel comparable al que posee el Reino Unido o Estados Unidos en sus zonas de influencia, pero aquí, en el Atlántico Sur. Sin embargo, cuando el Ministerio de Defensa argentino fue consultado sobre el tema, el mismo, respondió que la Argentina no debe preocuparse por la construcción de un submarino nuclear, y negó que la misma acarreara malestar alguno, subrayando que no existen hipótesis de conflicto entre los países vecinos.

Pues, ¿que implica que Brasil tenga disponible dicho sistema de armas?

El submarino Álvaro Alberto es un submarino nuclear de ataque que tiene como objetivo funcionar como un arma disuasiva, sin embargo, nada quita que de no sea una herramienta con un enorme peso y efecto a nivel regional y porque no, internacional.

Por su parte, dicho submarino le permitirá a Brasil posicionarse como un verdadero jugar global, puesto que al poseer mayor autonomía, y el poder estar sumergido por varios meses, le brinda la capacidad de sumergirse, moverse e incluso atacar, desde donde quiera con menor riesgo de ser detectado. Un recurso con el que solo cuentan las grandes potencias mundiales.

Como consecuencia, existirá un aumento en su margen de maniobra, tanto en materia estratégica militar como política con la cual Brasil podrá contar, transformándolo en un jugador dentro del tablero, en vez de un mero observador, como estamos acostumbrados a ser, el resto de los países de la región.

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4 COMENTARIOS

  1. Brasil pretende ser un actor global, y actúa en consecuencia. Por mi parte, si bien desearía que Argentina cuente con submarinos nucleares, me confirmaría con que tenga submarinos AIP, que si bien no están a la altura de los nucleares en lo que hace a autonomía, implicaría (a mi juicio) un pequeño gran salto adelante para el arma submarina, y acortaría la distancia que -en ese aspecto- nos separa de los países de la región (es más, hasta quizá en algún caso hasta nos ponga delante: me refiero a aquellas armadas que no tengan submarinos nucleares ni AIP). Dios quiera que este pensamiento no se trate tan solo de un simple ejercicio de imaginación, y que en el corto plazo la ARA pueda recuperar sus submarinos convencionales, y en el mediano plazo pueda contar con unidades AIP y/o nucleares. Gracias.

  2. “…la Argentina no debe preocuparse por la construcción de un submarino nuclear, y negó que la misma acarreara malestar alguno, subrayando que no existen hipótesis de conflicto entre los países vecinos…”, esto es desconocer que las situaciones políticas, sobre todo en nuestra región, no son permanentes. Hoy la situación es de paz entre los vecinos, pero nadie puede asegurar que esto se mantenga en forma permanente. Este es un error de apreciación potencialmente peligroso que puede derivar en la pérdida de territorios. No olvidar que Bolivia todavía llora su salida al mar.

  3. De poco sirve generar espacios económicos ampliados e intentar establecer cooperación regional si continuamos pensando en términos de realidades geopolíticas desfasadas. La posición política argentina es en nuestra humilde opinión, la correcta. Brasil no desea obtener un submarino nuclear para hundir buques argentinos en un hipotético conflicto entre las dos naciones. Un conocido eslogan asegura que quien desea reinar en los mares debe dominar bajo las aguas. El proyecto Prosub es una realidad desde el año 2008, pero ya desde los primeros años de la década del ’80 medios gráficos como “Revista Internacional de Defensa”, “Defensa” y otras similares, tienen documentado en sus entrevistas a los responsables de la MdoB de aquellos años el deseo de poseer una nave de esas características. La energía nuclear convierte a un submarino en un arma disuasoria. Prosub (incluyendo un submarino nuclear) es la expresión de una férrea voluntad política de salvaguardar su integridad territorial y recursos naturales de todo aquel que intente atacarlo; la disuasión consiste en que el agresor (cualquiera sea su origen) concluya que la posesión de semejante artilugio bélico puede ocasionar daños tan gravosos que se abstenga de realizarlos. Argentina debiera tomar merecida nota de tales actitudes, no para generar rivalidades pasadas de moda sino hacerlo con ojos de aprendices. Prosub es uno de los tantos buenos ejemplos que deberíamos tomar de nuestro país hermano. Se ha mencionado a la propulsión AIP como alternativa a la nuclear. Éste sistema consiste en la generación de energía eléctrica químicamente en un circuito cerrado que se retroalimenta, con muy poca pérdida de energía y escasos subproductos en forma de gases que se pueden eliminar lentamente, por lo que es un sistema muy silencioso y altamente rendidor. Como se puede generar oxígeno en forma de subproducto, no requiere del aire para la renovación atmosférica, haciendo del sistema AIP muy recomendable para los submarinos, pues permite realizar navegaciones en inmersión por perídos bastante largos antes de renovar los componentes químicos, y a velocidades muy cercanas a las que proporciona un motor de energía nuclear. Existen bastantes submarinos equipados con estos sistemas e incluso el diseñador de los submarinos de 5ta generación clase Skorpène (DCNS/Navantia) que fabrica Brasil, ofrece dos sistemas AIP distintos como alternativa a la solución diésel-eléctrica (para lo que al diseño estándar se agregaría una sección extra conteniendo el motor, alargando su casco), pero ninguno de sus usuarios actuales ha elegido esta alternativa excepto India, que a los 6 que actualmente tiene en construcción (proyecto P75), se sumarán otros 6 (P75A) con sistema propulsivo AIP. Es que en realidad, actualmente este tipo de motor tiene un alto costo de adquisición y operación, y conlleva mayores riesgos funcionales que el nuclear. Con respecto a este último, Argentina tiene mucha experiencia en proyecto, desarrollo y construcción de reactores nucleares y la CNEA en cooperación con el INVAP y Cinar estarían en condiciones de adaptar un reactor nuclear tipo híbrido, de dimensiones compactas (y pesos similares a la de la planta de poder actual), para ser instalada en el casco (uno en servicio y otro construido, aún sin botadura) de dos submarinos tipo TR1700. Este proyecto no es un sueño, sino un objetivo con posibilidades de concreción reales, a mediano y largo plazo, y cuya ejecución no demandaría fondos imposibles para nuestro país. De todas maneras, aún quedan para Brasil (como para Argentina) algunos aspectos geopolíticos a tener en cuenta. Estos motores nucleares deben utilizar tecnología de combustibles que no superen el 20% de enriquecimiento de Uranio U-235 (material fisible) para cumplir con el Tratado de No Proliferación Nuclear, del que ambas naciones son firmantes. Argentina cuenta actualmente con tecnología de placas y pastillas adecuadas para la concreción de un reactor nuclear para submarinos. Con respecto a que un submarino nuclear pueda o no portar armas nucleares, podemos objetar que el armamento nuclear es independiente del tipo de motor del submarino. Existen numerosas armas nucleares de lanzamiento subacuático capaces de ser equipados con cabezas nucleares, como torpedos, misiles de crucero capaces de ser lanzados por los tubos de torpedo (y VLS) y misiles balísticos (de lanzamiento mediante silos). Es decir que cualquier submarino podría portar armamento nuclear, independientemente del tipo de planta propulsora. Por último, consideramos que la posesión por parte de Brasil (y eventualmente Argentina) de uno o más submarinos con planta propulsiva nuclear, no lo convierte en jugador global como plantea el artículo. Una nación es jugador global porque tiene intereses económicos, políticosociales, y compromisos asumidos con otras naciones, de ese carácter. No es comparable la posición de países como EE.UU y Gran Bretaña o China con Brasil, por el mero hecho de poseer uno o más submarinos con capacidades incrementadas; por otra parte, nos estamos refiriendo a submarinos de ataque (armados con tubos lanzatorpedos), que en realidad son buques tácticos, de teatro operativo, destinados a destruir otros buques. Eventualmente pueden ser armados con misiles antibuque pasibles de ser disparados desde los tubos lanzatorpedos (SM-39 Exocet, Harpoon, etc.) e incluso misiles de crucero (Tomahawk, SS-N-27 Calibr, etc.), lo que los capacitaría para atacar posiciones terrestres además de blancos navales. De todas maneras, un submarino nuclear, para ser considerado “estratégico” debería portar misiles balísticos de lanzamiento subacuático (SLBM). Por el momento los submarinos brasileños serán armados con torpedos, aunque el gobierno brasileño firmó en el mismo año de 2008 un acuerdo para fabricar íntegramente en Brasil el misil AB Exocet bloque 3, cuya adaptación para lanzamiento subacuático está aún en desarrollo (?), pero que seguramente éstos submarinos los llevarán en su dotación de armamento. Argentina y Brasil han emprendido algunos proyectos en conjunto, como el desarrollo de drones de vigilancia; no sería descabellado pensar en desarrollar conjuntamente reactores nucleares para submarinos y equipar ambas armadas con buques de este tipo fabricados íntegramente en Sudamérica. Bueno, soñar es gratis.

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