Imagen cortesía de Defense News

Este lunes, las fuerzas militares rusas en el este del país, comenzaron a prepararse para los juego de guerra que involucraran también a China y Mongolia. Dicho juegos serán, según declaró el ministro de defensa ruso, Sergei Shoigu, la demostración de poder más grande en casi 40 años.

A su vez, Sergei dijo que, los cinco días que durará el simulacro, servirán para allanaran el camino para el ejercicio militar Vostok 2018. Shoigu dijo que esas maniobras, programadas para el próximo mes, serán las más grandes desde los masivos Juegos de Guerra Soviéticos de 1981.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el presidente Vladimir Putin podría asistir al ejercicio.

Asimismo dijo que las unidades del ejército, la fuerza aérea y la armada participarán en el ejercicio que se realizará en el Lejano Oriente y en Siberia, agregando también que participarán unidades militares de China y Mongolia.

Como parte de un ejercicio militar menor y separado, esta semana bajo los auspicios de la Organización de Cooperación de Shanghai, aviones cazas chinos aterrizaron el lunes en una base aérea rusa en la región de Chelyabinsk en los montes Urales.

El ejército ruso ha aumentado tanto el alcance como la frecuencia de sus maniobras en medio de las tensiones con Occidente. También ha ampliado los lazos militares con China.

Moscú y Pekín han llevado a cabo una serie de maniobras militares conjuntas, incluidos ejercicios en el Mar del Sur de China y ejercicios de la armada en los países bálticos el verano pasado.

Los dos países han forjado lo que describieron como una “asociación estratégica”, expresando su oposición compartida al mundo “unipolar”, el término que usan para describir la dominación global que perciben de los EE. UU.

 

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