Imagen usual en muchos blindados actuales, la adopción de las estaciones de armamento operadas remotamente se ha tornado casi obligatorio en los último años. La particularidad de los conflictos recientes así como ciertos requerimientos operacionales allanaron el camino para la adopción de esta tecnología, la cual ofrece la mejora ciertas capacidades pero con su lógico costo.

La gran difusión de las estaciones de armamento operadas remotamente (RWS en inglés) se dio en la última década, fruto de los exigencias  que emanaron de los campos de batalla de baja intensidad /contrainsurgencia que asolaron Iraq, Afganistán y otros puntos de medio oriente. Su incorporación giró en torno a las mejoras en protección que ofrecen en comparación a las clásicas torretas y afustes clásicos, permitiendo al artillero operar desde la seguridad del interior del vehículo, característica más que bienvenida cuando se combate en terreno urbano o en espacios reducidos.

FLW200 montado en VCBR Boxer alemán. La imagen corresponde a uno de los despliegues en Afganistán. Créditos: Bundeswehr

Las RWS usualmente están compuesta por los siguientes elementos:

– Montaje/interface con el vehículo: dependiendo del modelo y variante, podrá contar con blindaje adicional, tubos lanzadores de fumígenos entre otros opcionales. La tendencia actual es por montajes ligeros, de bajo perfil y con capacidad de 360° (limitado según configuración del vehículo)

– Sistema de alimentación y almacenaje de munición: Generalmente con sistema automático, se ofrecen distintas capacidades según modelo.

– Armamento: el mismo consta de ametralladoras (pesada, ligera o media, incluso de tipo minigun) o lanza-granadas automático de 40mm. Algunos modelos ofrecen capacidad dual.

– Módulo electro-óptico / infra-rojo: Aloja las distintas cámaras (diurna, nocturna, termal), telémetro láser, designador, etc.

– Estación de control: Compuesta por pantalla HD, unidad de control de tiro y joystick de mando.

CROWS II. Se aprecian los distintos componentes de la estación de armamento. Créditos: US Army

Tal como se puede apreciar, las RWS disponen de una gran variedad de equipos state-of-the-art que les otorgan capacidades muy superiores a sistemas convencionales. La principal ventaja de las estaciones remotas se aprecia en su precisión, ya que sus sistemas generalmente están completamente estabilizados (contando con mecanismos de control de retroceso), operando asociados a unidades de control de tiro. Estas características le otorgan la capacidad de auto-traqueo, impacto con la primera descarga, fuego de precisión en movimiento y ser empleadas como plataformas de vigilancia (con sus respectivas limitaciones)

El conjunto EO/IR es de gran utilidad, no solo para identificación positiva (muy útil a la hora de evitar los “daños colaterales”) y atacar blancos distantes, sino que también proveen una inestimable capacidad cuando se debe operar durante horas nocturnas, con climatología adversa o escasa visibilidad.

Pese a que algunos modelos cuentan con baterías de respaldo, lo común es que la energía para operar las RWS provenga del mismo vehículo. Para casos de emergencia o ante una falla, la gran mayoría de estos sistemas disponen de un modo automático de operación.

Habiendo nombrado algunas de sus bondades, no podemos pasar por alto las limitaciones que presentan las RWS presentan, tal como lo haría cualquier SdA moderno. La principal desventaja se centra en su costo de adquisición y mantenimiento (en especial la complejidad de los equipos que integran el conjunto EO/IR, unidad de control, etc). Otras críticas provenientes de usuarios se han centrado en el limitado campo visual de los equipos EO/IR (paliado en parte con la adopción de nuevas ópticas), la pérdida de conciencia situacional al tener que operar desde el interior de un vehículo blindado (por la lógica restricción visual y auditiva) y complejidad a la hora de operar modo auto-foco (preferencia por uno manual).

Marine operando la estación de comando de un CROWS desde el interior de un HMMWV. Créditos: USMC

Actualmente el mercado ofrece una amplia gama de modelos y variantes, siendo uno de los más populares la serie M153 Protector/CROWS II de la compañía noruega Kongsberg. Entre otras RWS que podemos mencionar se encuentran la familia RCWS de Elbit, las FLW100/FLW200 del consorcio germano KMW, Hitrole de Leonardo, la serie Samson de Rafael y la WASP de Safran. A nivel regional podemos mencionar al modelo REMAX de la brasilera Ares (destinado a los VCBR Guaraní)

A nivel local podemos mencionar algunos esfuerzos por desarrollar un Sistema de Armamento Remoto con aporte de la industria local, tema que trataremos en un próximo artículo.

Imagen de portada: VCBR 6×6 Pandur A2 austríaco equipado con una estación WSR Panther. Créditos: Bundesheer

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